Jueves 25 de abril 2024

Denuncian violencia laboral

Redacción 26/07/2022 - 08.45.hs

Una mujer denunció ante la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia que "el presidente del Círculo de Suboficiales y Agentes de la Policía de La Pampa, Raúl Núñez, ejerció violencia laboral y maltrato físico y psicológico" contra ella e informó que inició una demanda penal por violencia de género. La víctima, Susana Quintín (61), refirió los detalles del incidente y aclaró que envió "una carta dirigida a la Comisión Directiva del Círculo, para informar a sus miembros, pero no llegó a destino porque la destruyeron después de recibirla". Por eso decidió acudir a la prensa para visibilizar la situación "y evitar que sus malos tratos queden impunes, como ocurrió con la persona que me antecedió en las tareas".

 

En diálogo con LA ARENA recordó que se hizo cargo de la limpieza de las instalaciones ubicadas en Luther King 2.245 en 2010. "No querían contratarme en relación de dependencia. Tuve que armar una mini empresa de limpieza y cada año acordábamos precios y condiciones mediante un contrato". Con las sucesivas ampliaciones ("primero era solo el salón grande, pero luego construyeron otro salón y 13 habitaciones para alojamiento") incorporó también a su hija, Mónica Valeria Ponce De León (37). Además, también debían limpiar "el quincho con siete parrillas, pasillos, patios internos y cocinas".

 

Sin contrato.

 

Durante la pandemia Susana trabajó "sin contrato, pero acordamos que al comenzar este año acordaríamos un nuevo presupuesto para normalizar la situación y blanquear a Mónica". Sin embargo, un desacuerdo en torno a las condiciones provocó que siguiera "trabajando sin contrato durante todo el primer semestre de este año".

 

Según la denunciante, "Núñez redactó un contrato sin respetar el convenio que habíamos hecho verbalmente, que incluía inicialmente un presupuesto de 145 mil pesos mensuales para limpiar todas las instalaciones, de lunes a viernes y cumpliendo una jornada de 8 horas diarias".

 

La mujer no firmó el contrato "porque no respetaba el arreglo previo, ya que fijaba un precio de 120 mil pesos". Ella había cotizado "el precio mínimo que permitiera registrar como empleada a mi hija, quien trabaja cuatro horas, de lunes a viernes, limpiando las habitaciones".

 

Según ella, el titular de la entidad no solo redujo el monto acordado. También agregó "la limpieza de las oficinas, de lunes a viernes, tarea que no figuraba en el arreglo original, y no incluyó horas extras ni feriados y domingos, tal cual habíamos acordado".

 

Fuerte discusión.

 

También tenían acordado que "el precio se actualizaría cada tres meses, pero dispuso un aumento semestral". Luego de varias discusiones, "durante la última semana de marzo le ratifiqué que no firmaría el contrato porque él no mantenía su palabra, ya que nuestro arreglo verbal no se plasmaba" en ese documento. Según Susana, "ese día le informé que no continuaría trabajando, aunque estaba dispuesta a sostener el servicio mientras encontraban otra empresa que aceptara sus condiciones".

 

Ambas siguieron trabajando. "Yo presentaba facturas por los 120 mil pesos que el Círculo pretendía pagar, pero en junio informé que mi contador calcularía una actualización y ese monto sería volcado en la siguiente liquidación". Si bien esa estimación resultó de 158 mil pesos, "Núñez solamente depositó 120 mil pesos, el 30 de junio".

 

Un tiempo antes, "Núñez puso a su esposa, Susana Guette, a supervisar mi trabajo y me entregó dos planillas con detalles a tener en cuenta, entre ellos limpiar el microondas nuevo, controlar las heladeras y mantener los baños", situación que "intensificó la presión" sobre ella. Finalmente, el 10 de junio, "me convocó a su oficina, cerró las puertas para evitar que las cámaras captaran lo que pasaba y me acusó de faltarle el respeto a su esposa. Rechacé su acusación, porque era mentira, y empezamos a discutir en tono de voz muy alto, hasta que me sujetó de ambos brazos y me empujó".

 

Susana cayó al piso y el golpe la dejó "medio inconsciente", pero igualmente pudo escuchar que gritaba "yo te voy a enseñar modales, acá vas a aprender a respetar".

 

Al escuchar los gritos, un empleado y su hija Mónica "ingresaron a la oficina, me levantaron del suelo y me sentaron en un sillón". Luego convocaron al SEM: "me atendió la doctora Fernández y en el centro de salud del barrio Río Atuel me recomendaron hacer la denuncia en la Unidad Funcional". Al día siguiente, cuando desde esa dependencia la convocaron para ampliar su denuncia, le aconsejaron "enviar una carta dirigida a la comisión directiva del Círculo de Suboficiales".

 

Juicios penal y civil.

 

Después de la agresión, Susana no acudió más al Círculo, donde la limpieza sigue a cargo de su hija: "tuve que inscribirme como monotributista, pero me pagaron solamente la mitad de la factura que presenté. El viernes pasado quise hablar con Núñez, pero me atendió el tesorero y me dijo que ya no necesita mis servicios. Quedé sin trabajo y por eso voy a iniciarle una demanda por indemnización", explicó la joven.

 

"Queremos contar la historia para que la Comisión Directiva tome cartas en el asunto y evite seguir provocando perjuicios al Círculo, porque no es la primera vez que pagan sentencias en contra por casos similares", concluyeron.

 

El Círculo desmiente.

 

"Desmiento semejante acusación. De ningún modo agredí ni empujé a esta persona. Tuvimos una discusión, yo estaba detrás de mi escritorio, ella tropezó con un balde, cayó sentada al piso y la ayudé a levantarse. No hubo ninguna agresión. Si presenta una denuncia, deberían funcionar los mecanismos legales, como corresponde. Hasta ahora, a mí no me han notificado nada, y prefiero no hacer declaraciones sobre esta cuestión", respondió Raúl Núñez.

 

El presidente del Círculo asumió en enero de este año. "Me había retirado de esta función en 2015. Cuando me hice cargo nuevamente, encontré una institución diezmada, rota, sucia y abandonada. Había que adoptar algunas medidas, tomar decisiones, y una de ellas era este cambio", explicó. También aclaró que "aunque esta señora dejó de prestar servicio, su hija pretendía seguir trabajando, pero ella nunca fue empleada nuestra sino de la empresa que dirige su madre". Si bien atendió con gentileza la consulta de LA ARENA, Núñez se excusó de responder nuevas preguntas ni ofrecer otros detalles "para evitar una polémica innecesaria, que solo perjudicaría a nuestra institución".

 

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