“Está arrepentido y pidió perdón”
El detenido por la amenaza de bomba a la sede de la Universidad Nacional de La Pampa del lunes, fue indagado este martes a la mañana por la Justicia Federal. Fuentes judiciales le dijeron a LA ARENA que el hombre “reconoció el hecho y pidió perdón entre lágrimas. Dijo que está arrepentido de todo lo que pasó, que el tema era que no quería ir a trabajar ese día, y que por eso hizo todo”.
Asimismo indicaron que “la defensa pidió la excarcelación, y se solicitó un informe para ver si tiene antecedentes o no. Si no tiene, este miércoles cuando se reciba el informe, lo van a soltar seguramente”, informaron.
Durante la mañana del lunes, una llamada al 101 activó el protocolo de emergencia y en pocos minutos el personal de la UNLPam fue evacuado. “Recibimos un llamado telefónico que alertó sobre una amenaza de bomba en el edificio”, informó un efectivo de la Policía Federal en el lugar.
En un par de minutos, más de un centenar de personas abandonó ordenadamente la sede por sus dos accesos y formó sendos grupos sobre las veredas de avenidas San Martín y la calle Gil, arterias que ya habían sido cortadas por la policía provincial.
Inmediatamente llegaron también la fiscal federal Iara Silvestre y el jefe de la Unidad Regional 1, mientras un equipo de la Brigada de Explosivos del Cuerpo de Bomberos de Santa Rosa iniciaba la búsqueda del artefacto dentro de la sede universitaria, que consta de cuatro plantas y dos subsuelos, y donde funcionan dos ascensores. “En este momento, son las únicas personas dentro de la universidad. Ellos harán un barrido en todo el edificio para determinar si efectivamente hay un artefacto explosivo y, si eventualmente encuentran algún dispositivo, tomarán las medidas pertinentes”, explicó Silvestre.
Llamado “anónimo”.
En diálogo con periodistas, Silvestre aclaró que “la amenaza telefónica fue recibida por el Cecom, que activó inmediatamente el protocolo de emergencia para estos casos. El autor de la llamada no se identificó, ni ofreció precisiones sobre la presunta bomba. Solo hizo un anuncio genérico”. Y añadió que “si bien el llamado fue anónimo, la policía está trabajando para identificar al autor de la comunicación partir de los registros del número telefónico que quedó registrado”.
La fiscal aclaró que “en un caso así, lo prioritario y urgente es implementar el protocolo de evacuación del edificio, sin hacer especulaciones sobre si la amenaza es verdadera o falsa. Ante una amenaza, se evacúa inmediatamente”, reiteró.
Poco más de una hora después los bomberos completaron su tarea y le informaron a la fiscala que no había riesgo, por lo cual el personal podría ingresar nuevamente a la sede universitaria. Precisamente en ese momento, sobre la vereda de calle Gil, frente a un local comercial lindero a la UNLPam, la policía detenía a un joven que portaba una mochila. Luego de identificarlo, lo introdujeron en un móvil de la policía provincial y lo llevaron detenido.
Identificado por el número.
“Esta persona habría efectuado la llamada diciendo que había una bomba. Fue identificado por el número registrado y trasladado para ser indagado por el juez federal. Y según el resultado de las pericias y las pruebas reunidas, confirmaremos si fue, o no, el autor de la amenaza”, explicó Silvestre en el lugar, algo que el propio acusado reconoció ante el juez Juan José Baric en su declaración de este martes.
Aún cuando resultó falsa porque no había ninguna bomba, “este tipo de amenaza constituye el delito de intimidación pública, tipificado por el Código Penal. Frente a situaciones de esta naturaleza se actúa siempre como si la amenaza auténtica y verdadera, porque genera temor, produce un enorme movimiento y es claramente un hecho intimidatorio”.
El detenido, es un albañil de 30 años, residente en Santa Rosa, y empleado de la empresa constructora contratada para remodelar las instalaciones de la Biblioteca de la UNLPam, que funciona en el primer subsuelo.
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