Sabado 27 de abril 2024

Hay gente que es así de necesaria

Redacción 22/10/2023 - 12.17.hs

La prudencia, la discreción, la moderación son valores apreciados en una persona. Y si se trata de un chofer ni hablar que lo convierte –virtudes conductivas al margen- en alguien sumamente especial.

 

MARIO VEGA

 

A lo largo de la vida nos vamos encontrando con gente con la que debemos compartir, y en el transcurrir vamos armando relaciones con quienes nos rodean. En el ámbito laboral, en el deporte, en el barrio, en un café… O donde sea.

 

En ese devenir se dan situaciones de amistad, de aprecio, de compañerismo y de camaradería en las que predomina cierto afecto por el otro. Aunque es verdad también se producen circunstancias de desavenencias, de poca o nula armonía, e incluso en casos extremos de rechazo por otras personas.

 

Entonces es cuando, de acuerdo a lo que sentimos, pensamos y hacemos consideraciones… “es buena persona”, o “es infumable”, o cualquier adjetivación según apreciemos o no a alguien. Será nuestra sensación que podrá o no ser compartida.

 

Difícil conformar a todos.

 

¿Pero vieron que hay algunas personas que no tienen demasiadas contras? Estoy convencido que todos -en la consideración de los demás- podemos tener gente a favor, pero también y seguramente en contra… En síntesis, y usando un término futbolero, nadie tiene toda la tribuna a su favor. Y basta mirar alrededor para apreciarlo…

 

Ni el Papa Francisco, ni Messi, ni Maradona, ni Jorge Luis Borges… ni el personaje que se nos ocurra. Y ni hablar de nosotros, comunes mortales, que también somos observados de tal manera que nunca llegaremos –ni ahí- a conformar a todo el mundo.

 

No obstante, y por suerte, hay personas que salen de esa media. Que si se las conoce un poco se puede considerar que son apreciadas, agradables, que tienen un halo de amabilidad que las torna particularmente queribles.

 

Buenos los Erro.

 

Conozco a los hermanos Erro de no sé cuánto tiempo. A Rubén –”El Callejero”, inefable, desfachatado y querido personaje de nuestro fútbol- de enfrentarlo alguna vez cuando él apenas iniciaba a jugar en General Belgrano. Y a los demás, a casi todos de muchas fantásticas tardes compartidas cuando nos divertíamos detrás de una pelota en la cancha del IPAV. Y no tengo dudas, son buena gente…

 

En el caso de Hugo Doer –”Chupete” para muchos- el contacto fue más frecuente, por mi condición de periodista y la suya de chofer de encumbrados funcionarios (sobre todo vicegobernadores) que nos hacía encontrarnos en muchas oportunidades. Hincha de San Lorenzo, peronista a carta cabal, Hugo tiene la característica del hombre que cultiva el bajo perfil, y siempre trató en lo posible de eludir una nota periodística.

 

Su seriedad, esa forma de ser, es muy valorada por Rubén Marín, Norma Durango, muchos diputados, y funcionarios y funcionarias que debieron compartir un viaje con Hugo manejando.

 

Hablar lo justo y necesario.

 

Es de esas personas que hace de la discreción un culto, porque cerca de las esferas del poder habrá escuchado jugosas frases de tanta dirigencia política que debió transportar. Y nadie podrá decir que alguna vez soltó la lengua para transmitir algo de todo eso.

 

Él en un viaje más o menos largo se circunscribirá a poner toda la atención en el manejo –es puntilloso y cuidadoso cuando lo hace-, y sólo responderá cuando le pregunten algo.

 

Y no es que no le guste compartir una charla, sino que sabe cuándo es el momento… con sus amigos del café, a la vera de un campo de juego, o en un asado habla de todo, y le gusta la cargada sana que recibe y hace muchas veces usando su celular.

 

Historia de una “traición”.

 

En algunas oportunidades le planteé que él era un tipo especial para una nota de domingo, con experiencias de tantos años de andar los caminos del país. Pero Huguito cada vez se negó, y siempre que se lo propuse me salió conque yo debía entrevistar a Fulano o Zutano que, “esos sí”, merecerían ser nota.

 

Por eso esto es, de alguna manera, la historia de una “traición”. Sí, porque ahora mismo –en este domingo de elecciones-- Hugo tomará LA ARENA y se desayunará conque la nota de hoy, la del personaje -que acostumbra a seguir como lector hace años- tiene que ver con él. Porque lo cierto es que nunca supo que, a sus espaldas, un grupito de gente se puso de acuerdo para rescatar aspectos de su vida para volcarlos en estas páginas.

 

Sí, de alguna manera es la “traición” a un amigo… Hubo otros/as que colaboraron para eso, aunque quedo yo como quien la llevó adelante, si bien la intención no fue otra que ponderar a un muy buen tipo.

 

Por eso, no te enojes Huguito…

 

Familia numerosa.

 

Es integrante de una familia muy numerosa –nada menos que 13 hijos tuvieron doña Haydeé Ávila y papá Doer Vicente Erro-, y sus hermanos son Sergio, Carlos, Claudio, Dante, Ricardo, Marcelo, Gladys, Rosana, Mónica y Lorena. Uno de ellos, Néstor Aníbal (“El Pata”) falleció en el 2021.

 

Hugo Doer tiene tres hijos, Sofía, Candela y Tomás, y está en pareja desde hace siete años con Flor Marrón, quien trabaja en la Cámara de Diputados. Hizo la primaria en la Escuela 4, y el secundario lo concluyó con un plan que, precisamente, contiene a empleados legislativos.

 

Supo contar que aunque era una gran familia, “por suerte la comida nunca faltó… además papá tenía una huerta en el fondo de la casa (en Formosa 345, a metros de la Rural) y nos arreglábamos. No nos sobraba pero nunca nos faltó nada… una familia humilde que pudo salir adelante”, sintetiza.

 

Haydeé, centro de la familia.

 

Mamá Haydeé me confesó hace tiempo, en una charla que mantuvimos, que fue una sorpresa para ella cuando se produjo la separación de uno de sus hijos. “Chamaco fue el primero y casi me muero –dijo-, pero después me acostumbré porque los nueve varones se separaron… algunos volvieron a formar pareja, y hoy mis nueras y ex nueras son mis amigas”, explicó benévola.

 

Cada mañana Hugo se hace un tiempito para pasar por la casa materna y tomar un tecito con Haydeé, casi un ritual que disfrutan juntos.

 

Siempre la pelota.

 

Obviamente que desde muy pibe la pelota fue el juguete de todos los tiempos. “Sí, de chico jugué primero en un equipo que se llamaba Casa Baretto, luego en All Boys, donde me fichó ‘Chicho’ Weiss; y tengo un gran recuerdo del ‘Bochi’ Ramírez, técnico de las inferiores, con el que ganamos varios campeonatos en tercera, cuarta y quinta división”.

 

Sin saberlo –trampita que le hicimos porque creía responder a un cuestionario de su nieto para la escuela-, recordó que “había excelentes jugadores, pero en aquellos años All Boys era de traer de otras provincias y era difícil llegar a primera. De todos modos debuté en 1978 a los 15 años en un clásico con Belgrano; con compañeros como ‘Chuleta’ Cufré, Aldo Bafundo, Cacho Ledema, Julio Pérez, Marcelo Urtiaga... ¿Cómo jugué? Creo que marqué muy bien a Miguel Díaz (goleador de Belgrano), pero cometí una infracción en el área al Ruso Schulmeister y perdimos 2 a 1”.

 

Después su carrera deportiva tuvo un lapso en que fue a Atlético Santa Rosa para regresar luego a su club de origen”.

 

Trabajo en la Legislatura.

 

Pero el fútbol iba a sufrir un paréntesis en la vida de “Chupete”. Sucedió que ingresó a trabajar en la Legislatura provincial: “Fue por intermedio de All Boys y por gestión de ‘Chimbo’ Moslares, excelente persona a la que siempre le agradezco, hasta el día de hoy”.

 

Tiene bien presente el momento del ingreso: “Fue el 19 de octubre de 1983, y entramos junto con José Luis Erni”, que entonces era el arquero de All Boys. “Sí, pasaron 40 años… Los empleados de la Cámara éramos muy poquitos, alrededor de treinta, y entre ellos Luisito Yoli, Enrique, El Negro Cejas, Mónica Medina, Silvia Pérez, Luis Tomaso, Oscar Fontán, Felo Lucero, ‘Rocoto’ Calvo, don Sterkel, ‘Capi’ Cornejo, Leonor Rojas y algunos que se me olvidan”.

 

Nace el chofer.

 

Fue ordenanza, hasta que al llegar a la Cámara Manuel Baladrón como vicegobernador, al año lo probaron para manejar: “Marcelino Rolhaiser, que era su chofer en un Ford Fairlane me consideró, y quedé como su eventual reemplazante. Era época de choferes con traje y corbata y tiempos en que había 21 diputados. Viajábamos muchísimo con Tito Eiffes y Héctor Paglino que falleció hace pocos años”, rememoró.

 

Tiene bien presente su primera comisión: “Me tocó ir con el diputado Juan Carlos Suárez a Quehué; y posteriormente a Buenos Aires. Casi no conocía, pero Marcelino Rolhaiser y la Guía Peuser me ayudaron muchísimo. Hoy en día se resuelve todo más práctico con las aplicaciones de los GPS del celular. Empecé a manejar en la Cámara en 1984, y así recorrí La Pampa y toda la Argentina”.

 

Chofer de casi todos.

 

“Siempre fui chofer de diputados, pero después quedé para llevar a varios vicegobernadores, a excepción de Cacho Campo que se trajo su chofer de confianza de General Pico. Así que estuve con Norma Durango, con Telmo Gandino, Heriberto Mediza y ahora con Mariano Fernández… y como dije antes con Baladrón fui su segundo chofer”, precisó.

 

Su destino más frecuente ha sido Buenos Aires, “ciudad a la que hoy conozco muy bien. Pero tuve la suerte de recorrer toda la Argentina y de viajar muchísimo”.

 

Al hacer una evaluación de su tarea se considera “una persona muy prudente para manejar, converso lo justo y necesario y soy muy respetuoso. Aprendí a ser muy precavido; y cuando manejo generalmente no soy de mucho hablar. Me gusta ir concentrado en lo mío”.

 

Falta conciencia vial.

 

Sabe de lo que habla cuando reprocha que “nos falta mucha conciencia y educación vial. El parque automotor en la Argentina se ha incrementado muchísimo y no creció de la misma manera la infraestructura vial, no hay autopistas o autovías...”, indicó.

 

Reconoce que reniega mucho, “principalmente cuando viajo a Buenos Aires, cuando algunos automovilistas se pegan al auto que conduzco no respetando la distancia de frenado; o los que arriesgan en sobrepaso a altas velocidades. Esas cosa me enojan”, completa.

 

De todos modos señala: “Me encanta manejar, me gusta y lo disfruto. ¿Cuántos kilómetros habré hecho? Pienso que si hacemos una cuenta por año en casi 40 debo haber hecho más de 4 millones de kilómetros, o más”.

 

Sería como haber dado la vuelta al mundo diez veces, más o menos. Y sí, es un viajecito…

 

Militante peronista.

 

Hugo se manifiesta políticamente: “Siempre estuve con el peronismo y milité en las calles, en los barrios, colaborando en lo que sea... Me identifiqué siempre con Rubén Marín y tengo muy presente cómo me asombraba lo que generaba cuando llegaba con su auto a los pueblos. Siempre lo recordaré. En la actualidad lo visito en su domicilio cuando puedo porque construimos una hermosa amistad y lo respeto muchísimo… nunca fui obsecuente pero sí consecuente. Con Sergio Ziliotto, actual gobernador, también tengo una linda amistad, nos apreciamos; y en el caso del ingeniero Carlos Verna le tengo un gran respeto”.

 

Los amigos.

 

Si algo no le falta a Hugo son amigos. “Tengo la suerte de contar con muchos, y siento gran afecto principalmente por los de mi barrio, los de mi infancia: Dani y Rulo Moca son mis hermanos del alma; Ángel Grabowsky, Pepe Mariani, Mingo Moreno, José Lipoli, Néstor Klobertanz, Cativa, Marito Montigni, y muchísimos que se me olvidan”, menciona a algunos.

 

Le gusta disfrutar “de las cosas simples, del té en la mañana con mi madre de lunes a viernes bien temprano, antes de ir a trabajar. Compartir los sábados en ‘Sabor Café’, con Caché (Giusti), el Negro Bazán, Osvaldo Feraude (ex boxeador con el que tiene pactado tres rounds en algún momento), Madera Kalinger, Nelson Saliol, Tata (Tirenne) y el Chueco Iglesia entre otros. Los viernes a la noche los disfruto también con amigos; y los domingos con Flor, mi pareja, los hijos, los nietos y futuras nietas… Porque me encanta juntarlos en el asado… En general como variado pero trato de cuidarme con las comidas”, indica.

 

Hugo en Nueva York.

 

Algunos gustos especiales se ha dado Huguito: el pibe nacido a una cuadra de la cancha de All Boys, el que jugaba a la pelota todos los días en esa calle Formosa de tierra, frente a la casa paterna, tuvo la satisfacción de viajar al exterior… “Sí, gracias a Dios hace muy poquitos años tuve la suerte de conocer la fastuosa Nueva York, Washington… también hice algunos viajes por el Caribe. Pero la verdad es que amo mi Argentina y principalmente a La Pampa y su gente. También disfruto de viajar bastante con mis hijos…”.

 

Sus sueños.

 

Habla de sus sueños, y de sus deseos de “un país distinto, con más diálogo, con más respeto, con más equidad, con acceso a las fuentes laborales para que nuestros jóvenes no piensen en irse de nuestra hermosa Argentina. Y por supuesto pido mucha salud para todos los habitantes de nuestro suelo y ver crecer a mis hijos, nietos, y que por sobre todas las cosas sean buenas personas”, dice convencido.

 

Entre las preguntas que se le hicieron -sin que Hugo supiera que eran para este diario- se le consultó que diría si le quisieran hacer una nota: “Respondería como siempre… que nunca fui amigo de la nota periodística personalizada, ni cuando jugaba al fútbol... trataba de evitarla, siempre tuve bajo perfil”, reafirma.

 

Y bueno amigo, por eso es que había que hacerte esta trampita…

 

Gente necesaria.

 

¿Una reflexión final? Sí, para señalar que es cierto que nadie logra unanimidad al momento de ser juzgado por los demás. Porque si se trata de una persona querida no faltará el que tenga una consideración adversa, por el motivo que fuere.

 

En el caso de Hugo Doer, como me gusta decirle (es su nombre, pero el Doer lo torna para mí especial), estoy seguro que es buena gente: amigo incondicional de sus amigos, solidario y leal. Así lo definió uno de los tantos futboleros que lo conocen… Y no le erraba.

 

"Hay gente que con solo decir una palabra enciende la ilusión y los rosales,/que con sólo sonreír entre los ojos/ nos invita a viajar por otras zonas/ nos hace recorrer toda la magia./ Hay gente,que con solo dar la mano/rompe la soledad, pone la mesa, sirve el puchero, coloca las guirnaldas./Que con solo empuñar una guitarra hace una sinfonía de entrecasa./Hay gente que con solo abrir la boca llega hasta todos los límites del alma,/alimenta una flor, inventa sueños,/ hace cantar el vino en las tinajas/y se queda después, como si nada… (Hamlet Lima Quintana).

 

Como dice el poeta, que suerte conocer a gente que es así, tan necesaria…

 

“Un ser luminoso”.

 

“Me piden que hable de Hugo Erro y pienso en los ocho años que me acompañó manejando el auto de la Cámara de Diputados. Es un ser luminoso, respetuoso, discreto, muy querible... Mi relación diaria con él fue de confianza. Nunca tuve que esperarlo, y siempre estuvo al pie del cañón. Y su afecto y cariño para conmigo y con mis hijos hacen que sea realmente un amigo. ¡Feliz aniversario, Huguito! ¡Te lo merecés!”. Norma Durango, ex vicegobernadora se expresó así al tener presente el reconocimiento que se le hizo a Hugo por sus 40 años de servicio en la Legislatura.

 

“En el tiempo que los choferes usaban saco y corbata mis hijos me decían que cuando bajaba del auto el vicegobernador parecía él”, completó.

 

El cuatro veces gobernador de la Provincia, Rubén Hugo Marín también dijo lo suyo. “Es un amigo muy querido por toda mi familia. Un pibe afectuoso, prudente, siempre bien dispuesto… Él a mi casa viene cuando quiere, y es cada vez un motivo de alegría cuando aparece”, señaló.

 

Sus hermanos no dudan en elogiarlo abiertamente… “Hugo es de esas personas que siempre están cuando se lo necesita en la familia”, coincidieron.

 

Roberto Forestier –fanático del fútbol y uno de los mentores de la Liga de Veteranos-- lo destacó: “Es un gran amigo y una gran persona, incondicional, solidario y muy leal. Tuve la suerte de compartir viajes y encuentros en distintos lugares y de poder conocer gente como Huguito”, cerró.

 

Una de las personas que más lo conoce es Flor: “Es muy bueno, anda siempre contento, se levanta alegre. Es honesto, simpático y tiene cercanía con la gente. Como compañero la verdad que es excelente”, lo elogia su compañera.

 

No obstante le marca como “defecto” alguna obsesión: “Sí porque es insoportable con el auto y su limpieza, y tiene manía por el orden… Pero después puedo decir que es una persona muy optimista y que tiene casi todo a favor”, concluye.

 

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