Juicio de Agustina: hoy leen alegatos
Con la presencia de los padres de Agustina Fernández, ayer se realizó la séptima y última audiencia del juicio en el que se determinará si Pablo Parra, único acusado, es hallado culpable del femicidio de la joven. Cabe recordar que la lista de testigos, que superaba el centenar de personas, fue recortada por acuerdo entre las partes. Con la audiencia de ayer se completaron las declaraciones.
El juicio se cerrará hoy a partir de las 8 horas, según informó La Mañana de Cipolletti. La Fiscalía, la querella y la defensa particular de Parra presentarán sus alegatos. Cuando las partes concluyan sus exposiciones, los miembros del jurado popular comenzarán a deliberar.
Antes de que iniciaran los testimonios, Parra tuvo una breve intervención, donde insistió en su inocencia y resaltó que en todo momento colaboró con la investigación.
Autopsia.
El medico forense Gustavo Breglia fue el primer testigo de la jornada. Realizó tres informes a pedido de la Fiscalía los días 6 y 30 de julio y 30 de noviembre de 2022. Antes de exponer, explicó que la autopsia no se hizo porque “Agustina estuvo con vida después del ataque y las intervenciones médicas aportaron mucha información". Detalló que se le hizo un examen "externo" al día siguiente del ataque y cuando se diagnosticó su muerte cerebral, y recordó que Agustina era donante de órganos, por lo que se contempló la ablación.
Breglia concluyó que la muerte se produjo por "edema y hemorragia encefálica por traumatismo de cráneo (golpe en la cabeza)". Certificó que tenía lesiones en la parte izquierda de la cara y la cabeza, lóbulo de la oreja y en la región posterior del cráneo. Sostuvo que fue atacada “con un elemento duro, pero que tendría un tipo de arista”, y descartó que fuera un cuchillo.
A raíz de una tomografía, pudo constatar que tenía tres fracturas en la base del cráneo. Presume que se produjeron por un mecanismo combinado que "pudo haber sido un golpe o choque, comparable con un golpe de atrás o una sacudida contra algo".
Sostuvo que la joven tenía lesiones compatibles con gestos de defensa. “La lesión del pómulo y la mano tienen un grado de similitud. La mano pudo haber estado cerca de la cara, no se puede descartar que fue un gesto defensivo", dijo.
“Un ataque con ira”.
El segundo testigo del día fue el perito Eduardo Prueger, que fue contratado por la querella y colaboró con la Fiscalía durante el caso. La defensa intentó que se excluya su testimonio, asegurando que modificó un informe entre la audiencia de control de acusación y el juicio, pero el juez Guillermo Baquero Lazcano no accedió.
Prueger aseguró que fue un ataque de “apenas unos segundos”, pero “con mucha ira” y que “demuestra un desprecio absoluto”. Para el perito, en el ataque "Agustina intentó escapar y le cerraron la puerta con una fuerza suficiente para explotarle la mano", de ahí que presentara lesiones en dos dedos. Dijo que "la agarraron de los pelos y la golpearon contra la pata del sillón", y que "fue arrastrada en dos oportunidades”.
Respecto a la coartada del robo, Prueger coincidió con el relato de los policías en que "solo había desorden en la mesa de luz del dormitorio" y que “no había rastros de otras personas”. Además, destacó que en la habitación había dos celulares en sus cajas que no fueron robados.
El padre de Parra.
Luego del cuarto intermedio, declararon testigos de la defensa. El primero fue Ricardo Parra, el padre del acusado. Recordó que, el día del ataque, Pablo llegó a las 19.30. Charlaron y tomaron mate, cuando a Ricardo le llegó un mensaje de una amiga pidiéndole ayuda por “un desperfecto con su moto”. Salió de la casa cerca de las 19.50.
Sostuvo que se enteró del robo al otro día, cuando le escribieron para consultar “cómo estaba Pablo”. Fueron al complejo junto a su esposa y se encontraron con un operativo policial en el baldío, donde buscaban rastros del ataque.
Relató que su esposa y él acompañaban a Pablo cuando lo citaban por la investigación y que un oficial les dijo que en la causa que todo apuntaba a un robo. “Siempre estuvimos a disposición de todo lo que requerían la Justicia, la Policía, los peritos. Nunca ocultamos nada, nunca ampararía a una persona que haya hecho una cosa así. Mi hijo es inocente”, sostuvo.
Prima abogada.
Silvana Ayenao es abogada y prima de Pablo Parra, y fue la primera abogada que consultó el acusado. En su testimonio aseguró que el primer contacto fue "una conversación entre primos, me llamó porque soy abogada".
“Me enteré el lunes (siguiente al ataque) que mi primo estaba detenido por un hecho en su casa, por una chica que estaba grave", afirmó. Y dijo que después supo que era "una vecina que había llevado a un asado familiar".
Al martes siguiente, Ayenao habló por teléfono con su primo. “Le di un consejo técnico. Le dije que cuando la persona está siendo investigada tiene que dar todo, con lujo de detalles. Que lo que pide el fiscal se lo das, el ADN el auto, teléfono, las pericias que deban realizarse”.
Se reprodujo una escucha telefónica del martes 5 de julio en la que Ayenao le decía a Parra que "el fiscal jefe (Santiago) Márquez Gauna estaba totalmente descartado", y le aseguraba que “está todo encaminado que vos no tenés nada que ver”.
Identikit.
La última testigo fue María Nazaret Cona, una compañera de facultad de Agustina que había pedido no declarar y provocó un reclamo de la defensa. Fue citada porque durante la investigación declaró ante la Policía que en una marcha en reclamo de justicia, un hombre le dijo saber quién era el asesino.
“Cuando terminó (la marcha) fui al escenario y cuando subí, mi hijo me codeó y señaló a un hombre que lloraba. Mucha gente lloraba, pero este estaba como quebrado. Nos llamaron la atención los tatuajes en la cara y las manos". La joven dijo que se acercó al hombre, que estaba sentado en las escaleras del escenario. Le preguntaron por qué lloraba y respondió: "no me dejaron hablar, que sé yo”. Dijo que "tenía acento extranjero". Al tiempo vio en televisión el identikit que difundió Fiscalía y le resultó parecido.
Dijo que quiso hablar con la Policía de Fernández Oro “pero no me dieron bola”. Después la llamaron de la Brigada de Investigaciones y le pidieron detalles sobre la apariencia del hombre.
Buscaron imágenes y fotos de las marchas para ubicarlo, pero no lo hallaron.
Parra: “Soy inocente”.
En la séptima jornada del juicio por el femicidio de la joven pampeana Agustina Fernández en Cipolletti Pablo Parra, el único acusado del hecho, rompió el silencio y con un un escueto discurso de 35 segundos, aseguró ser inocente y explicó al jurado popular los motivos. La familia de Agustina escuchó la declaración de pie en la sala de audiencias.
“A pedido de mis abogados hablo ahora. Yo soy inocente y les voy a explicar porqué soy inocente”, dijo Parra dirigiéndose al jurado popular designado para el juicio. En su declaración aseguró haber estado siempre a disposición de la Fiscalía en el proceso de investigación.
“Hice la denuncia en la Policía, declaré varias veces en la Fiscalía y sobre todo a los medios. Les dije siempre donde estuve”, aseveró Parra.
Además, remarcó haber formado parte del peritaje al trozo de tela que se encontró en el patio trasero del departamento. “Entregué lo más importante, mi ADN”, agregó.
“Agustina se defendió y esa es la prueba de mi inocencia”, expresó Parra para finalizar su declaración. Mientras el acusado pronunciaba estas palabras, los padres de Agustina, Mariano y Silvana, escuchaban de pie el relato en la sala de audiencias de la Oficina Judicial de Cipolletti.
La declaración de Parra duró 35 segundos. Al terminar, el juez técnico del juicio, Guillermo Baquero Lazcano, pidió a los presentes en la sala abstenerse de emitir comentarios, según reflejó el diario Río Negro. Este miércoles será el jurado popular quien determine si Parra es culpable por el femicidio de Agustina en la ciudad de Cipolletti, adonde la santarroseña se había ido para estudiar la carrera de Medicina.
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