Viernes 19 de abril 2024

La cultura pampeana recuperó un espacio lleno de historia

Redaccion Avances 14/10/2022 - 10.40.hs

Con 61 años de existencia, la Peña El Alero se transforma en uno de los espacios culturales más antiguos de La Pampa, sin dudas un lugar único en General Pico, puesto en valor por una nueva comisión que apunta a continuar con la exitosa trayectoria.

 

El ahora llamado Centro Cultural El Alero organizó la 6° Encuentro Regional Artístico, los días 14, 15 y 16 de octubre, actividad que se retoma luego de 50 años, “revisando la actas de esta institución tan histórica encontramos que se hacía un Encuentro Folclórico para artistas pampeanos, con un formato de talleres, noche de exposición, y la idea tenía mucho que ver con nuestros objetivos por lo que nos preguntamos por qué no retomar esta actividad tan importante.

Esto tiene que ver con valorar y circular la obra de quienes habitamos este territorio, juntarse a hacer preguntas, a fortalecernos, generar nuevas redes, así que fue encontrar esta joya y traerla”, contó Ana Escudero a la Agencia Provincial de Noticias,

La actividad está destinada a artistas pero es abierta al público en general, el viernes se reciben las acreditaciones (con inscripciones abiertas en el Instagram @CCELALERO), “en estos tres días la organización pensó en talleres teóricos-prácticos, en círculos de la palabra y en asambleas, donde se va a llegar a conclusiones a partir de una pregunta ¿cómo a través del arte las sociedades generan identidad?. Buscamos potenciar el arte local y esta transmisión que se dé entre hacedores, la comunidad, artistas”, agregó Pablo Díaz.

Asimismo, habrá dos noches de escenario, la primera el viernes, en El Alero, con la participación de la orquesta comunitaria de tango Faito y la segunda el sábado, en El Viejo Galpón, con múltiples artistas.
“Para nosotros es muy importante seguir con lo importante que ha dado a la sociedad este lugar, la vieja Peña El Alero, la hemos convertido en un centro cultural, dándonos cuenta que este espacio debe ser utilizado por todos los habitantes de La Pampa y alrededores, porque sabemos que las instituciones si no son poblada no tienen sentido”, sostuvo Díaz, quien pidió a la comunidad apoyar esta causa.

Los organizadores agradecieron la colaboración del resto de las sedes, Microcine de la Asociación Italiana, Contraviento, Médano, y también el establecimiento educativo Lubetkin, donde se alojarán quienes vienen de otras localidades.

A modo de cierre se refirieron a los cambios realizados para reacondicionar el tradicional espacio. “Hace más de un año nos conformamos como comisión, esta idea de empezar a habitar el lugar de forma genuina venía de hace tiempo, empezamos a conversar con quienes estaban antes, con el lugar, que nos recibió de gran forma, hicimos modificaciones edilicias, investigamos contando que nuestro interés era armar un espacio comunitario, auto-gestivo, independiente, y se fue dando de forma orgánica. Hay un grupo de hacedores, hacedoras, y más allá de la comisión, que es simbólica, hay un montón de gente acompañando todo el tiempo”, concluyó Ana Escudero.

 

La huella de Violeta Parra.

La extraordinaria artista chilena pasó por Argentina a mediados de los ‘50, cuando se embarcó por primera vez a Europa, pero no fue hasta 1962 que estableció un vínculo. El inicio fue una operación de rescate familiar en General Pico. En esa acción respondió Violeta Parra y su madre Clara Sandoval, que en tan solo tres días llegaron al hospital donde se recuperaba, en la entonces pequeña ciudad de General Pico, en la provincia de La Pampa.

“Los tres abrazados lloraban”, recuerda Clara Parra en El hombre del terno blanco, el libro que dedicó a su padre Eduardo. En las mismas líneas, Clara Parra describe cómo su tía se hizo cargo del embrollo: “Faltaban cuerdas que afinar y muy importantes. Había que recuperar a mi Panchito del hogar de menores; pero no hay que olvidar quién llevaba la batuta, Violeta Parra. En menos que canta un gallo habló con el juez, con la policía, el capitán de bomberos, el cura. Y en un par de días el pequeñín volvía a su nido. Mi padre feliz, sus cachorros a salvo, otra vez a su lado”.

¿Cómo lo hizo? Contactó a Rafael Eiras, el fundador de la peña folclórica El Alero, quien la envió a la casa del diputado Joaquín Blaya. Él la ayudó a reencontrarse con el “Tío Lalo”. “Yo imagino que lo liberaron con la condición que se vuelvan a Chile. El pasaje se lo pagó mi padre”, recuerda Cristián Blaya, hijo del político argentino, según consta en una biografía sobre Violeta Parra que el periodista Víctor Herrero publicará este año con el sello Lumen. “Violeta se volvió con ellos a Chile y mi padre le dijo que viniera a pasar una temporada a Argentina. Y ella volvió”.

En General Pico, Violeta Parra vivió tres meses que le permitieron recuperar “fuerza y confianza”, según Cristián Blaya. Instalada con la familia argentina, repartió sus días entre la peña El Alero y el comedor de la casa, que convirtió en un taller de artesanía, cerámica y pintura. Además, hizo cursos abiertos en la localidad. “Imagínate General Pico, una ciudad muy ávida de cultura, pero donde no pasa nada. De pronto, una mujer aparece dando cursos de tapiz y de arcilla: se juntaron 500, 600 mujeres; fueron muchas amas de casa”, relata Cristián Sergio Blaya. Por eso, nunca olvidó esos días en General Pico y la ayuda que le brindó Joaquín Blaya. En los meses y años siguientes, le escribió con frecuencia para contarle de sus aventuras, siempre con singular cariño: “Yo no sé, don Joaquín, qué hubiera sido de mí sin usted. El mundo es pequeño, y algún día podré encontrarlo y retribuirle en lo que me sea posible su bondad y su actuación por mí”, le aseguró en una de sus cartas, incluida en El libro mayor de Violeta Parra.

 

En otra, fechada en agosto de 1963 y en París, recalcó “la inmensa gratitud que amarra mi corazón a un lejano pueblito de la Pampa Argentina”. Además de enviar saludos a toda la familia Blaya, en la misma carta escribió: “Usted, don Joaquín, es ese pueblito mismo. Yo no puedo separar, en este caso, el sentido del pueblo y lo que es usted como ser humano. Y como primera autoridad política de dicho pueblito, el que brilla en mi pensamiento, recuerdo como si fuera ayer que estuve allá para buscar a mi hermano, ayudado y defendido por usted”.
 

 

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