Niñez: un regalo y una sonrisa

Un juguete y una sonrisa, el motivo de la felicidad de centenares de niños y niñas que viven en el barrio Villa Tomás Mason y sus alrededores. Muchas actividades por el Día de las Infancias se suspendieron por la lluvia y el frío que azotó la ciudad capital, pero para nada opacó las caritas de alegría que tuvieron aquellos y aquellas pequeñas que obtuvieron su juguete y, en algunas ocasiones el primero que recibían.

En cada punto de la ciudad, siempre hay una persona que se preocupa por el bienestar de sus vecinos y vecinas, para que a nadie le falte comida, elementos de higiene, ropa y en el mes de agosto, un juguete para cada integrante de las familias. Esa persona solidaria, que muchas veces deja de lado sus cuestiones personales para ser intermediaria entre las autoridades y quienes necesitan vivir el día a día.

En el barrio Villa Tomás Mason, sin dudas, la referente es María del Carmen Rodríguez, quien desde hace muchos años se solidariza con vecinos y vecinas. “Siempre me gustó ayudar, pero desde la inundación en 2017 me aferré a esto”, explicó la mujer de 52 años en diálogo con LA ARENA.

“En aquel momento, con la gente del barrio brindábamos las viandas de comida en el Club Argentino y con los kayaks les llevábamos lavandina. Las inundaciones fueron de terror”, recordó María. A partir de allí, todas las personas se juntaban para celebrar alguna fecha especial, como el “Día de la Madre, del Niño, los Reyes Magos. También llevábamos juguetes al hospital y nos acercábamos a asilos de ancianos”.

“Se van felices”.

Ahora todos los años, María organiza las actividades para celebrar el Día de las Infancias junto a otras mamás del barrio, familiares y compañeras. “Siempre lo hago en el parque de la calle Mendoza y La Rioja”, explicó, pero ayer llovía y todas las propuestas se suspendieron, excepto la entrega de regalitos y facturas.

“Lamentablemente no nos acompaña el día, los chicos buscan su regalo, su golosina y se van”, expresó y, durante toda la tarde, llegaron al garaje de su casa centenares de chicos y chicas. El espacio estaba ambientado con globos, música infantil que se escuchaba en toda la cuadra y una mesa llena de facturas, además de los bolsones de regalos.

La mujer hizo hincapié en que los obsequios y la comida fueron donados “por la gente del barrio y del Gobierno. Gracias a ellos puedo festejarlo, como todos los años. Tenemos 200 regalos para niños y 200 para niñas, ya no están quedando casi”, dijo ayer luego de las 17. Además de golosinas, las bolsitas contenían pelotitas, anteojos, vinchas, espejos, para todos los gustos…

“Siempre vienen los mismos chicos y cada vez se suman más”, aseguró y agregó que “por la situación económica que estamos pasando, los niños se llevan un caramelo y se van felices”.

Emocionada.

No solo las infancias de Villa Tomás Mason recibieron la solidaridad de María, ya que ella junto a un grupo de mujeres se acercó al hospital Lucio Molas para sacarles una sonrisa a los niños y niñas que se encuentran internados en el área de Pediatría. “Llamamos para pedir permiso y nos dijeron que había seis chicos, así que llevamos juguetes para repartir”, señaló.

“Fue una emoción muy grande para ellos y para mí. Uno de los chicos lloraba porque, como dijo su mamá, nunca había recibido un regalo. Otra nena, que tenía la camiseta de Boca, estaba muy contenta porque le llevamos una pelota de fútbol. Verle una sonrisa a un niño y que se ponen felices, me emociona mucho”, finalizó María.