Martes 29 de julio 2025

Cinco años de prisión para los imputados del robo en la estancia La Aurelita

Redacción 23/02/2012 - 04.34.hs
(General Pico) - El tribunal colegiado integrado por los jueces de Audiencia, Carlos Pellegrino, Alfredo Alonso y Florentino Rubio, condenó ayer a cinco años de prisión efectiva a todos los acusados de cometer el robo a la estancia La Aurelita, el 7 de mayo de 2011. El fallo condenatorio fue unánime y leído ayer al mediodía en la Sala 2.
Los magistrados adhirieron a la teoría de la fiscalía ejercida por Maximiliano Boga Doyhenard y les imputó a los acusados el delito de "robo calificado por uso de arma de fuego, cuya aptitud para el disparo no ha sido acreditada, en despoblado y en banda". Los condenados resultaron Jonathan Matías Arce Yacante de 22 años de edad; Carlos Damián Ayala, de 25 años; Cristian Gonzalo Rodrigo Tellechea, de 26 años; Enzo Roberto Tellechea, de 48 años, y Diego Raúl De Rabago, de 31 años.
Los jueces dieron por probado el hecho y la actuación en conjunto de los imputados, que se asociaron para robar una cantidad de bidones de agroquímicos cuyo valor fue estimado en unos 100 mil dólares. El destino de la carga nunca se pudo comprobar ni a quién fue vendida.

El robo.
El 7 de mayo de 2011, en el establecimiento rural "La Aurelita", ubicado a 40 kilómetros de General Pico, se encontraban compartiendo un asado los empleados del campo: Diego de Rabago, Horacio Corna, Horacio Vicente Barruti y su hija de 15 años. Hacia las 22.30 ingresaron al domicilio de De Rabago, cuatro personas, con arma de fuego y pidieron a todos que se quedaran quietos. De inmediato, les retiraron sus teléfonos celulares, los cuchillos y las llaves de los vehículos.
Las personas que ingresaron a la estancia fueron descriptas "como un señor mayor, de contextura robusta, de aproximadamente 40 años, otro de 25 a 28 años, con anteojos y dos personas más jóvenes con vestimenta deportiva". Según la investigación, los delincuentes preguntaron por mercadería de valor y se les informó sobre la existencia de agroquímicos. Diego De Rabago, les dijo que era el encargado, y que por esa razón debían negociar con él.
La presencia de De Rabago no era casual. Tenía conocimiento que se iba a producir el robo, tomó parte del mismo y fue quien permitió que sucediera. Se estableció que con su teléfono celular mantuvo contacto durante las horas previas al hecho con el teléfono manipulado por Carlos Damián Ayala.
Como parte del planeamiento, organizó un asado en su casa, logrando reunir a todos los empleados de la estancia, del sector cercano a su domicilio, en su vivienda, evitando la presencia de personas en la cercanía. Al estar todos reunidos en un solo lugar -su vivienda- facilitó la tarea de los delincuentes.
Uno de los ladrones que había sorprendido a las víctimas se retiró con De Rabago hacia los galpones donde se guardaban los agroquímicos mientras los dos jóvenes fueron a buscar el camión que realizaría la carga. Tras sortear el problema de estar la tranquera cerrada, la banda cargó los bidones de agroquímicos previo a abrir y desactivar la alarma por parte de los empleados de la estancia.

 

Maniatados.
Tras hacerse del botín, los ladrones ataron las víctimas con cables que se encontraban en el taller.
De Rabago y Corna fueron maniatados en una habitación y Barruti y su hija en otra, pero sin atar. Les advirtieron que no realizaran ninguna maniobra por el término de tres horas ya que afuera se encontraba "el Chino", observando los movimientos. Pasados unos veinte minutos De Rabago logró desatarse e hizo lo mismo con Corna. Se dirigieron a la habitación donde estaba Barruti y su hija, quedándose en el lugar hasta que se cumpliera el plazo de tres horas impuesto por los delincuentes y luego mediante un celular, que no había sido advertido por los delincuentes, propiedad de De Rabago y que se hallaba cargando sobre la cama, logran dar aviso a la policía, mediante el sistema de emergencias 101.
La investigación logró establecer la trama del delito. De Rabago ofició de entregador y habría mantenido informado sobre los movimientos en el campo a otro de los imputados, Carlos Damián Ayala. Así se verificó a través del cruce de llamadas. Sobre Cristian Tellechea quedó establecido que viajó en el camión -los informes telefónicos de las antenas dieron muestra del recorrido realizado- y se comunicó en forma reiterada con Ayala. En tanto, Jonathan Arce y Enzo Tellechea, quedó probado que fueron las otras dos personas que participaron del hecho, y que acompañaron al camión en una camioneta Meriva, que pudo ser secuestrada en provincia de Buenos Aires.

 


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