Comenzó el juicio contra Sebastián Faría
(General Pico) - El juicio por la muerte de Walter Faría (24) comenzó con varios interrogantes sobre el arma blanca que le produjo la fatal herida. Su hermano menor, Sebastián Matías Faría (20 años), es el único imputado por el hecho.
Los relatos policiales que se escucharon ayer en la extensa ronda de testimonios, que fueron más de 20, no pudieron confirmar el origen de la supuesta discusión entre los dos hermanos. Gran parte de la atención se volcó al cuchillo con el cual se perpetró el homicidio, que pertenece a una persona de González Moreno, y que quedó escondido a dos cuadras y media del lugar donde ocurrió el asesinato.
La audiencia de debate fue presidida por el tribunal compuesto por los jueces Fabricio Losi, Alfredo Alonso y Pablo Díaz Lacava. Por la defensa oficial de Faría ofició María José Gianinetto, quien espera la absolución del joven imputado. La fiscalía estuvo representada por el fiscal general Carlos Salinas y la fiscala Ana Laura Ruffini. La acusación formal contra el detenido es "homicidio simple".
Acusación.
"Fue el Pipi", es la frase que podría acusar a Sebastián Faría y que supuestamente fue escuchada en el lugar del hecho en la madrugada del 4 de octubre de 2011. El seudónimo con el cual es conocido el joven fue usado por una persona para indicar al autor del homicidio. Algunos de los oficiales que prestaron su declaración ante la Justicia mencionaron esta circunstancia pero como si lo hubieran oído de terceros o a la pasada en medio de las pericias y otras tareas policiales que se desarrollaron durante una ardua jornada.
Uno de los testigos, que trabaja en la Comisaría Segunda, afirmó que supuestamente fue el cuñado de los Faría, Hugo Machado, quien aportó ese dato. Pero como el hombre aún no testificó, las dudas permanecen en la causa.
Por otro lado, el cuchillo que atravesó a Walter Faría por la espalda, entrando desde el costado derecho hasta tocar el corazón, llegó a General Pico el día de su deceso. Fueron el imputado y su cuñado quienes estuvieron en un asado en González Moreno y regresaron hasta esta ciudad cerca de las 22 del 3 de octubre.
Por motivos que se desconocen, uno de ellos, o ambos, trajeron el cuchillo desde esa localidad bonaerense. Pocas horas después de su arribo, cerca de la medianoche, ese cubierto se convirtió en el arma blanca que acabó con una vida.
Interrogantes.
El hallazgo del cuchillo fue tema de muchas preguntas en la sala de audiencias. Tanto la fiscalía como la defensa indagaron al personal policial sobre dónde, cómo y quién encontró el arma.
Es que hubo un primer allanamiento en la casa de un hombre de apellido Pinto pero fue negativo, aunque posteriormente los oficiales regresaron a ese lugar y encontraron el cuchillo envuelto en una bolsa de plástico y papeles, escondido a su vez en un caño de desagüe que estaba tapado por tierra.
En un primer momento Pinto fue llevado a la Comisaría Segunda, para entonces Walter Faría ya había fallecido y su hermano menor estaba demorado en la misma dependencia policial.
El hombre se negó a declarar y cuando estuvo solo en una de las oficinas, abrió la puerta y atravesó los 2,5 metros que lo separaban de la celda para hablar a través de las rejas con Sebastián Faría. Cuando esta conversación fue detectada por los oficiales Pinto fue retirado y luego, llamativamente, sí colaboró con el hallazgo del arma homicida.
El episodio.
Walter Faría estaba tirado sobre la vereda en la esquina de las calles 33 y 500, y permaneció sobre el pasto y rodeado por varias personas, como su cuñado y su hermana. Respiraba débilmente y tenía los ojos cerrados cuando llegó la primera patrulla.
Era la medianoche del 3 de octubre y la policía acudió a una solicitud realizada el Comando Radioeléctrico, minutos después el joven fue llevado en ambulancia hasta el Hospital Gobernador Centeno. Un oficial fue hasta la guardia, donde un médico indicó que el estado de Faría era crítico y luego confirmó su muerte. La causa fue una herida de arma blanca que le atravesó y causó un "Shock hipovolémico".
En la casa del barrio Indios Ranqueles esperaba la familia del fallecido, junto a la novia del hermano menor y otras personas "conocidas en el ambiente delictivo". Sobre la vereda y en la entrada exterior del domicilio había manchas de sangre.
Primero dijeron que no sabía qué había ocurrido, pero luego circuló la versión que fue "el Pipi". También un conocido del imputado, de apellido Orellano, comentó que el joven quiso esconderse y guardar un cuchillo en su vivienda pero que él no lo dejó.
Entonces comenzó la búsqueda de Sebastián Faría que se encontraba a pocas cuadras de allí. Cuando la policía lo demoró no se resistió y estaba en silencio, "como entristecido".
El trabajo policial para levantamiento de pruebas y otras pericias culminó cerca de las 4 de aquel 4 de octubre. A las 6.40 se logró encontrar el cuchillo mediante un allanamiento.
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