Terminó el año 2020 sin cierre de manicomios

Con la finalización del año 2020, Argentina incumplió con los plazos legales establecidos para el cierre de los manicomios, establecimientos donde continúa profundizándose la exclusión de los pacientes con trastorno mentales. La Ley Salud Mental, sancionada durante el año 2010 y reglamentada en el año 2013, dispuso la sustitución definitiva de los hospitales monovalentes de internación neuropsiquiátrica por servicios basados en la comunidad y orientados a la inclusión social de todas las personas.
Basada en el Consenso de Panamá, la norma establecía que el plazo definitivo para el cierre de los neuropsiquiátricos sería el año 2020, pero la falta de avances y voluntad política provocó que no se cumplieran los compromisos asumidos. «En la próxima evaluación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas (con sede en Ginebra, Suiza) el Estado argentino tendrá que dar explicaciones sobre lo que hizo y lo que dejó de hacer» advirtió la coordinadora del área Salud Mental del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Macarena Sabín Paz.

«Falta de políticas».
Esta licenciada en Psicología consideró que «falta de políticas públicas concretas para materializar lo que establece la ley» fue la razón principal por la que no se cumplió el objetivo de desmanicomialización.
Durante el año 2019 se realizó el Primer Censo Nacional de Personas Internadas por Motivos de Salud Mental, cuyo resultado demostró que había 12.035 personas internadas en 162 instituciones públicas y privadas. Pero además de las cifras, aquel relevamiento arrojó datos estremecedores y escalofriantes: el promedio de tiempo de internación en el sector público es de 12,5 años: una de cada cuatro personas lleva más de 11 años internada y se encontraron personas con hasta 90 años de internación.
«Se necesita una red de salud mental en el primer nivel de atención, que atienda a los pacientes en su comunidad y sin necesidad de asilarlos» agregó Sabín Paz, aunque lamentó que en la década pasada desde la sanción de la ley de Salud Mental «no se avanzó» en ese sentido. «El encierro manicomial resulta el cruce entre la enfermedad mental y la falta de una red de atención familiar y social y la pobreza. A través de los años, las personas internadas pierden vínculos, habilidades cotidianas y también sus bienes materiales».
«Lejos de curar, el manicomio arrasa la salud mental», de los pacienmtes internados en neuropsiquiátricos donde «son víctimas de abusos, sobremedicación, enfermedades y muertes prevenibles». Violaciones, desapariciones, muertes sospechosas y salvajes se registraron en los últimos años en hospitales de salud mental: uno de los penosos episodios del año passado ocurrió en el hospital Borda, en mayo, cuando un paciente murió tras ser mordido por una jauría de perros.
«La pandemia era una excelente oportunidad para avanzar en la desinstitucionalización de los pacientes», afirmó la especialista.
Pese al incumplimiento del plazo, desde el CELS destacaron que durante 2020 hubo algunos avances, como el reciente anuncio del gobierno bonaerense para cerrar los cuatro hospitales monovalentes de esa provincia: el José Estévez (Témperley), Alejandro Korn (Melchor Romero), el Domingo Cabred (Open Door) y el Domingo Taraborelli (Necochea).