Piquenses piden mayor seguridad
Un grupo de vecinos del barrio Frank Allan de esta ciudad, reclamaron que se tomen medidas urgentes ante los últimos hechos de inseguridad que se registraron durante el último tiempo en ese sector de la ciudad. Se refirieron a hechos puntuales, la mayoría de los cuales fueron protagonizados por menores de edad.
Ayer a la mañana se reunieron con el comisario Adolfo Martínez, titular de la comisaría Primera de General Pico, a quien le entregaron una nota avalada por un importante número de vecinos de ese sector de la ciudad.
Remarcaron que algunos de ellos sufrieron hechos de gravedad, incluso fueron atacados con herramientas en sus lugares de trabajo, y temen que se produzca «un nuevo caso Prodolliet», en referencia al odontólogo piquense que fue asesinado en marzo del año en el interior de su domicilio, mientras descansaba junto a su familia.
En sede policial, algunos representantes de este grupo de vecinos, se reunieron con el jefe de la dependencia, tras haber «consensuado entre nosotros las medidas preventivas que podemos tomar ante los hechos delictivos y violentos a los que estamos siendo sometidos desde hace unos meses».
También marcaron que durante las últimas semanas los hechos se repitieron «cada tres días» y que ya quedan «pocos domicilios que no hayan sido objeto de robos».
Vecinos.
Tras la reunión con las autoridades policiales, marcaron que las cuadras afectadas, son habitadas en muchos casos por personas mayores que viven solas, «algunas con discapacidades», y en otros casos, por parejas con niños pequeños.
«Hemos evaluado que en cualquier momento podemos estar ante otro «caso Prodoliet», por lo que pedimos que se tomen las medidas necesarias», señalaron.
En la mayoría de los hechos a los que hacen mención y que muchos los tuvieron como damnificados, fueron protagonizados por menores de edad que no son alcanzados por la ley penal.
«No hace falta mencionar los nombres, porque los tienen en las denuncias que hemos efectuado algunos de nosotros en la comisaría, donde por las huellas dejadas en nuestras casas, han constatado que los agresores son nuestros propios vecinos. Siempre hablando del hijo de los dueños y de los nietos», agregaron.
En la nota hicieron referencia a una vivienda de las calles 28 y 5 en la que reside una persona que tiempo atrás salió de prisión, y que desde ese entonces «no hemos estado más en paz».
Por último, señalaron que los hechos de inseguridad en esa zona se acrecentaron desde el inicio de la pandemia, y que previo a ello, la convivencia entre todos los vecinos, era muy buena.
«Todos vemos los movimientos, acerca de las drogas, las caminatas por los techos del barrio, los elementos que nos robaron, y los golpes a uno de los vecinos. Tenemos miedo, sólo falta una muerte. Sería el colmo cuando todos sabemos quiénes son», puntualizaron.
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