Atrasos judiciales: ¿punta de témpano?

Es una verdad a gritos, pero nadie osa decirlo en voz alta. Se oye en los pasillos de los tribunales, en los buffetes o en las charlas de café o asado. Pero nadie lo escribe, ni lo reprocha, ni lo pone en evidencia o en discusión. Ni el Colegio de Abogados, ni los Colegios de Magistrados, ni los llamados Centros de Estudios, ni siquiera la Universidad. (Curiosamente tampoco la Cámara de Diputados, o tan siquiera la oposición legislativa que suele conformarse con poner tibios reparos a algunos nombramientos de funcionarios judiciales pero hace mutis por el foro a la hora de cumplir con su mandato republicano que es, entre otras cosas, analizar el comportamiento de ese poder que parece no tener control alguno).

En fin, a todos les gusta hablar de la búsqueda de la excelencia pero conviven con la mediocridad y la haraganería, y callan.

Por eso cuando un medio traduce al lenguaje común la jeringoza judicial y publica un reto a dos juezas, se escandalizan y le apuntan al mensajero.

Si una ministra, que se está yendo, ocupó su tiempo para escribir una nota dirigida a dos juezas de una cámara que tiene decenas de causas vencidas atrasadas, es porque ese atraso pasó la raya de lo tolerable. Lo que ya es mucho decir para una Justicia que tiene una tolerancia que exaspera para evaluar las consecuencias de la haraganería de los suyos en la vida cotidiana de los que van a la justicia a pedir lo que creen que les dará.

Parece ser que todo está bien mientras no se publique. Si cumpliendo con su función, el STJ advierte a un inferior que tiene causas atrasadas, es porque ese atraso ya paso algún límite. Pero al parecer no es porque le interesen las consecuencias que sobre los comunes mortales tienen esos atrasos, sino, por lo visto, lo es sólo para cumplir con las formalidades.

¿Eso explicaría la desmedida reacción cuando el reto toma estado público? No debería ser así, a menos que asuman que esa publicación deja en evidencia que la Justicia no es lo que aparenta ser. ¿O cuál otra sería la explicación a la negación en el ámbito de la justicia de la republicana norma de publicidad de los actos de gobierno?

¿Ocultar que allí "pasan cosas"? (Cosas que seguirán pasando mientras se mire al costado y se haga como que no pasa nada).

Un ministro colega de la que retó a la juezas y luego salió a decir que no las retó, sale a decir ahora que el atraso es porque son pocos los camaristas. O sea, que la culpa es del Poder Ejecutivo. No dice que esa cámara ya se amplió y el sistema judicial invirtió millones en informatizarse para hacerlo más ágil. Y ni la ampliación ni la costosa informatización tuvieron efecto sobre la eficiencia judicial.

Tal vez, lo que no quiere ver el ministro y buena parte de la justicia, es que el atraso parece insinuar, o más que insinuar, que es porque no trabajan lo suficiente. Y encima, cuando las sentencias se conocen, invariablemente (salvo contadas excepciones) es realmente decepcionante leerlas pues no hay allí ni atisbo de originalidad, ni de esfuerzo de hacer avanzar la jurisprudencia ni nada que se le parezca. Suelen ser un copy-paste que cualquier escribiente avispado hubiera hecho más rápido y, desde luego, más barato.