Sabado 12 de julio 2025

EE.UU. y la Unión Europea frustran a los campesinos

Redacción 29/07/2013 - 04.51.hs

La oposición categórica de la delegación estadounidense y, con matices, de los países europeos, impidió la aprobación en el Consejo de Derechos Humanos de un proyecto de declaración multilateral, respaldado por el mundo en desarrollo, sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en zonas rurales.
La diplomática boliviana Angélica Navarro, presidenta del grupo de trabajo intergubernamental encargado de redactar la declaración, recomendó que el organismo celebre una nueva sesión a mediados de 2014.
En el ínterin, Navarro se comprometió a hacer consultas con representantes de gobiernos, la sociedad civil y también de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que promueve la iniciativa a través de su Consejo de Derechos Humanos.
"Desde el comienzo sabíamos que el proceso sería difícil, porque las posiciones de algunos países confrontaban con ciertas disposiciones de la declaración", señaló Malik Ozden, representante del Centro Europa-Tercer Mundo, una organización no gubernamental con sede en Ginebra que impulsa la declaración.
Ozden indicó que las naciones industrializadas críticas del proyecto pretenden suprimir del texto propuesto algunas referencias fundamentales, como las referidas al acaparamiento de la tierra y a los derechos de propiedad intelectual sobre técnicas e insumos agrícolas, en particular las semillas.
El proyecto de declaración promueve la protección de los campesinos que trabajan la tierra por sí mismos y dependen sobre todo del trabajo en familia, en actividades de agricultura, ganadería, trashumancia y también de artesanía relacionada con la agricultura.
El término "campesino" se aplica igualmente a las personas sin tierra y a familias que se dedican a la pesca, las artesanías para el mercado local o la prestación de servicios.
Además de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el texto reconoce a esa categoría social la obligación de que se le provea de una alimentación saludable y culturalmente apropiada, producida mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles.
También se le atribuye al campesinado el derecho a definir sus propios sistemas de alimentación y agricultura.
La declaración ratifica el derecho de los campesinos al acceso a la tierra y al territorio y a beneficiarse de la reforma agraria.
Les reconoce además el derecho a determinar las variedades de semillas que quieran utilizar y a rechazar las variedades de plantas que consideren peligrosas desde el punto de vista económico, ecológico y cultural, aspectos que entran en colisión con intereses de las empresas agroindustriales de carácter transnacional.
Christophe Golay, de la academia de derecho internacional humanitario y de derechos humanos de Ginebra, destacó que el borrador de la declaración consagra derechos individuales que pueden ejercerse de manera colectiva.
Pero en los casos de las semillas y la diversidad ecológica, el proyecto de declaración está consagrando derechos totalmente nuevos, comentó. Sin embargo, Golay observó lagunas, como la ausencia en el texto de referencias a la seguridad social de los campesinos y al amparo de ese sector en los territorios asolados por conflictos.
El grupo de trabajo, que sesionó en Ginebra, escuchó informes de expertos, académicos y delegados de organizaciones campesinas. Entre los intervinientes, el actual relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, el belga Olivier de Schutter, y su antecesor (2000-2008), el suizo Jean Ziegler, respaldaron sin titubeos el texto propuesto.
Estados Unidos planteó objeciones jurisdiccionales argumentando que el Consejo de Derechos Humanos y sus órganos subsidiarios no son foros apropiados para discutir muchas de las cuestiones que propone la declaración.
Un delegado estadounidense llegó a indicar que el Comité Asesor del CDH, donde se originó la iniciativa a favor de los campesinos, menciona con frecuencia en su informe a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Por esa razón, muchas de estas discusiones deben realizarse también en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO, sostuvo.
El Comité Asesor reconoció que el borrador de la declaración incluye nuevos derechos, pero muchos de ellos no son de carácter humanitario, criticó el estadounidense.
(Gustavo Capdevila, IPS)

 


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