Un gran paso en el tablero regional
I. El contundente respaldo que expresó el gobernador de San Luis a la demanda de La Pampa en favor de la creación de un organismo centralizado para administrar la cuenca Desaguadero-Salado-Chadileuvú-Curacó tiene una enorme significación. No solo porque es un planteo en favor del recurso que presentó nuestra provincia ante la Corte Suprema de Justicia sino porque implica un cambio nada menor en el tablero regional. Son ocho las provincias que participan de esta extensa cuenca hídrica -la más grande del interior del país- y hasta ahora La Pampa era la única que había alzado su voz clamando en el desierto, en absoluta soledad, para alertar sobre las catastróficas consecuencias ambientales, humanas y económicas que está provocando el saqueo del río aguas arriba.
El cambio de la ecuación no es menor. Dos voces suenan más fuerte que una sola y tirando en yunta se gana en atención por parte del resto de las provincias y del Estado nacional, Corte incluida. Esta auspiciosa novedad anima a lanzar una mirada más optimista que no descarte que, en un futuro quizás no muy lejano, otras jurisdicciones vayan modificando sus cerradas posturas en favor de un planteo más equitativo y federalista a la hora de administrar un recurso compartido.
Las palabras del mandatario puntano fueron, también, un reconocimiento a la persistencia de los pampeanos en esta larga y solitaria lucha. Una historia de la cual fueron protagonistas primordiales los poetas y músicos pampeanos, el periodismo, muchos maestros y una generación de dirigentes sociales y políticos que pusieron la cuestión de los ríos interprovinciales en el debate público hace más de medio siglo.
II. Pero también es valiosa esta expresión de apoyo que llega ahora porque significa un cambio de postura que revela la adquisición de una conciencia que antes no se observaba en la vecina provincia. Más de una vez, en los intentos oficiales y extraoficiales por sumar a los puntanos al viejo reclamo de los pampeanos, se habían cosechado apenas expresiones de indiferencia o incomprensión. Este nuevo rumbo que marca ahora el jefe de gobierno de San Luis no puede menos que ser saludado desde La Pampa porque, en buena medida, responde a la continuidad que se mantuvo aquí en esta desigual pelea en defensa del cuidado del ambiente común.
El uso arbitrario e inconsulto del río, la extracción de caudales para consumo humano, riego e incluso explotaciones mineras, ha sido una constante desde hace mucho tiempo por parte de las provincias ubicadas en el sector norte de la cuenca. Las consecuencias en el sur han sido devastadoras. El gobernador puntano habló en particular de la degradación del área de Guanacache. Hacia el sur, el tramo que corre entre San Luis y Mendoza ratifica el daño, que se agrava aún más en La Pampa en donde el río, cuando corre, es un hilo de agua que termina convirtiendo a nuestro territorio en el resumidero de sales de toda la cuenca. Por su parte, el único interés de las provincias de Río Negro y Buenos Aires se manifiesta solo ante las muy esporádicas crecidas del sistema que implican el peligro de la reactivación del río Curacó y la llegada de agua hipersalina al Colorado.
III. La notificación de la demanda a cada una de las provincias involucradas tuvo de esta forma una primera manifestación muy positiva. Ahora hay que esperar las respuestas del resto de las jurisdicciones en los próximos meses. En La Pampa no somos ingenuos y sabemos, sin ser adivinos, qué dirán algunas provincias. Pero también sabemos que en este complejo entramado el único camino posible para compatibilizar intereses es la creación de un organismo integrado por todos los participantes de la cuenca y la Nación. Que es, justamente, lo que viene reclamando La Pampa desde hace décadas y lo que planteó en su presentación ante la Corte Suprema.
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