Absurdos

Desde la asunción del actual Presidente, no hace todavía tres meses, fueron tales las torpezas y errores cometidos, de todo tipo y en cualquier nivel, que en la actualidad acaso la principal preocupación de sus funcionarios sea evitar que caiga en el ridículo y todavía peor: que persista en él. Tarea nada fácil por cierto ya que aparece casi a diario como protagonista actos y medidas grotescas y de escasísimo fundamento remitiéndolas a que a lo que proclamó desde su asunción: el ahorro por parte del Estado que tanto detesta, cayendo en medidas que su torpe vocero pretende justificar. Pruebas al canto.

 

Los habituales cafés de las oficinas de la Casa Rosada han desaparecido por orden superior, lo mismo que la leche para eventuales cortados, que dejó de adquirirse. Precisamente esa ingesta de líquidos alcanzó límites insospechados cuando, en el brindis de fin de año con los periodistas, se limitó a gaseosas y agua.

 

Lo mismo para con los diarios impresos en papel, que eran una eventual herramientas de interpretación de la realidad para los funcionarios de rango mediano y cuya lectura –hay que reconocerlo—solía acompañar la ingesta del café. Con la misma orientación de economizar papel hubo una muy severa restricción en los gastos de fotocopias, al parecer de uso desaprensivo por los empleados.

 

En estas medidas “ahorrativas” el presidente está acompañado (si no motivado) por quien es su hermana y secretaria general de la Presidencia. A estar por los trascendidos y no desmentidos, las tradicionales bolsitas de sal fina que matizaban los ligeros almuerzos del personal a mediodía, están a un paso de ser suprimidas para dar lugar a una suerte de “bolsa común” de la que deberían proveerse quienes la necesiten.

 

Pero al margen de estas medidas que con buena voluntad podrían considerarse pintorescas han aparecido otras de más de fondo y que hasta se diría que conllevan agresiones ideológicas. Tal el caso de la supresión o disminución de custodios para con ex primeros mandatarios nacionales, algo que hasta el momento, con la excepción del caso de Cristina, aparecía como una ganga. La pregunta se impone: ¿se incluirá a Mauricio Macri en la medida?

 

Otras disposiciones aparecen como absurdas y/o sin sentido, como esa suerte de conjuro al bajar un busto de Néstor Kirchner en el Senado o la transformación del Salón de las Mujeres en un sitio de reunión, claro está que con previo retiro de los retratos de las féminas notables de nuestra historia, especialmente “la que te dije…” A ella se agregan la medida de prohibir el lenguaje inclusivo, que puede discutirse, y la miserable medida de levantar el programa de Madres de Plaza de Mayo en los medios de difusión oficiales.

 

El colmo semejantes medidas radica en la disposición de utilizar el avión presidencial para los viajes al exterior, remitiéndose los viajes oficiales a los aviones de línea. La incongruencia de esta medida salta a la vista: los pasajes de las comitivas que acompañan al Presidente en sus viajes al extranjero –funcionarios, médico personal, custodios, invitados, viáticos…-- deben superar largamente el costo de usar el Tango 01. El Presidente mismo dio el ejemplo en su viaje a Medio Oriente y Europa y acaso por allí venga la medida, ya que fue elogiado por el pasaje del avión que lo trasportaba. Dados los precios prohibitivos de esos viajes evidentemente muchos de quienes lo aplaudían integraban “la casta” sobre la que encabalgó su campaña electoral.

 

Para el final otro absurdo; los economistas que han tenido la paciencia de estudiar este tema señalan que la incidencia de su costo en el presupuesto presidencial es ínfima. Ridícula, como quien dice.