Viernes 26 de abril 2024

El Antropoceno, un debate obsceno

Redacción 24/03/2024 - 00.16.hs

La geología no es una ciencia donde suela verse mucho movimiento. Después de todo, estos laboriosos y sacrificados científicos lidian con cosas inanimadas, y con períodos de tiempo de millones de años. Desde esa perspectiva que tienen, el índice de inflación de febrero debe verse como un dato muy pequeño. Pero no vaya a creer el lector que este lote de personas es incapaz de la pasión, la discusión, incluso de las escenas de pugilato. Es un poco lo que pasó la semana pasada cuando, poniendo fin a un debate que llevó unos quince años, un comité que incluía a un par de docenas de especialistas de todo el mundo decidió por amplio margen que nuestro planeta continúa, todavía, en la era geológica conocida como "Holoceno".

 

Antrodos.

 

Esto equivale a decir, que la propuesta de considerar que desde la mitad del siglo pasado, nos encontraríamos en un período llamado "Antropoceno" -esto es, una época geológica definida por la influencia disruptiva de la actividad humana en el mundo mineral- no resulta adecuada, pese a la intensa prédica de los grupos ecologistas al respecto.

 

La votación de la comisión geológica internacional terminó 12 a 4, pero el resultado fue impugnado por algunos delegados, como suele ocurrir cuando se calienta el debate y la sesera. Hubo quien pidió se decrete nula la votación, alegando que varios miembros del comité habían sufragado prematuramente, sin haber evaluado toda la evidencia. Hubo incluso denuncias de que algunos miembros de la comisión, en lugar de consultar los áridos gráficos y estadísticas que se les presentaron, se entretenían en cambio con una revista Patoruzito.

 

Otro argumento para la impugnación fue que algunos delegados no deberían haber votado para empezar, ya que sus mandatos estaban vencidos. Lamentablemente no existía el recurso del ir al VAR para verificar si realmente existió alguna posición fuera de juego.

 

Lo que llama la atención es que para decidir una materia tan de la ciencia dura, hayan recurrido a un método tan humano, tan cultural, tan voluble como el conteo de votos.

 

Soberbia.

 

Aunque atractiva, la idea de que los humanos estamos dejando una cicatriz visible en el planeta, no deja de ser algo soberbia y egocéntrica. Parecería indicar que somos algo distinto, ajeno al propio planeta sin el cual no existiríamos. Por otra parte, y como bien se ha señalado, no es que todos los humanos seamos responsables del desastroso estado del ecosistema o el calentamiento global: sólo la codiciosa minoría que toma las grandes decisiones económicas es responsable, por ejemplo, de la deforestación del Amazonas. De ahí que haya quien haya propuesto una denominación alternativa, como por ejemplo, "Capitalisceno".

 

Pero "Antropoceno" se impuso en la cultura popular -hasta hay un álbum de música pop, de la cantante Grimes, con ese nombre- y los propios geólogos que votaron su rechazo, reconocieron sin embargo que la palabra ha venido para quedarse, y seguirá siendo usada, como un "descriptor invaluable del impacto humano sobre el sistema terrestre".

 

Se ha señalado, no sin razón, que la designación implica también una actitud derrotista, apocalíptica, como dando por sentado que los desastres que hemos creado con nuestro sistema de vida no podremos resolverlos o retrotraerlos en algún momento futuro.

 

También se ha cuestionado, razonablemente, que se fije el inicio de esta supuesta nueva era en la década de los años 1950, cuando, después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó una serie de pruebas nucleares que llenaron de plutonio y radioactividad prácticamente a todo el mundo. ¿Por qué fijar allí la línea, y no -por ejemplo- en el comienzo de la agricultura, o en la Revolución Industrial?

 

Pobrecito.

 

Acaso lo que haya inclinado la votación haya sido un sentimiento de lástima, de compasión por el período geológico en curso, el Holoceno, que lleva "apenas" 11.700 años de vigencia, coincidente con la última desglaciación. Se trata de la era más breve de las que se han clasificado, y parece razonable darle algo más de vida, pobrecita.

 

Por otra parte, los geólogos tienen otros debates no menos calientes de los que ocuparse, por ejemplo, cuándo catzo fue que empezó el Pleistoceno tardío. Esto es, el momento, hace unos 130.000 años, en que el planeta era incluso más caliente que hoy, y comenzó a enfriarse rápidamente, en un período de glaciación durante el cual los Neanderthals y otros tíos lejanos nuestros fueron borrados de la faz de la tierra, dejándonos solitos a los humanos modernos. Esa pelea promete estar para alquilar balcones.

 

Quién sabe. A lo mejor el problema es que la Unión Internacional de las Ciencias Geológicas es incapaz de mirar al presente. O no quiere ensuciarse los piececitos en el barro de la política internacional. O no quiere ahuyentar a posibles sponsors entre las multinacionales que están fregando el planeta a más no poder.

 

PETRONIO

 

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