Domingo 28 de abril 2024

La búsqueda de Andrea

Redacción 01/08/2023 - 08.15.hs

Luego de 19 años, Víctor Purreta señaló dónde está Andrea López, buscada incansablemente desde su desaparición.

 

VICTORIA SANTESTEBAN*

 

*Abogada, Magíster en Derechos Humanos y Libertades Civiles

 

Pasaron 19 años de aquel 9 de febrero de 2004 en el que Purreta arremetía brutalmente una vez más contra el cuerpo de Andrea, hasta dejarla sin vida, a la vista del hijo de ambos, Emmanuel, de entonces cinco años. Emmanuel sería testigo clave en el juicio por el femicidio, que recién tendría lugar en 2014. La lucha de Julia Ferreyra, madre de Andrea, reivindica en cada oportunidad –y en estos días no fue excepción- el acompañamiento sororo de Mujeres por la Solidaridad y de Todas Somos Andrea, en la búsqueda de la verdad y la justicia por su hija.

 

En 2014, Purreta fue condenado por homicidio simple y proxenetismo a la pena unificada de 25 años (en 2005 había sido condenado por promoción y facilitación de la prostitución en perjuicio de Andrea). Hasta nuestros días, el femicida guardaba silencio con relación a dónde estaba el cuerpo de Andrea. No soltaba palabra para llegar a ella, quedándose entre rejas con la historia completa. Tras la desaparición física de Andrea, el ejercicio de poder sobre su existencia continúo a través del entorpecimiento del aliviador derecho a la verdad.

 

Monte Chue. El pasado jueves tuvo lugar el primer rastrillaje luego de que Purreta indicara su voluntad de contar, finalmente, dónde había enterrado a

 

Andrea. La comitiva integrada, entre otras personas, por la fiscal Martiní, la Agencia de Investigación Científica y el propio Purreta, recorrieron la zona de Monte Chue, un campo ubicado entre Santa Rosa y Winifreda.

 

La búsqueda se intensificó en los últimos días en las zonas marcadas por Purreta, tras su confesión de haber envuelto el cuerpo en una sábana y haberlo enterrado en el monte. Con la colaboración del Equipo de Antropología Forense de Nación, la búsqueda de Andrea continúa, atraviesa el paisaje en medio de una pampa jactada de apacible, donde el patriarcado tampoco da tregua.

 

Cuerpo. El femicidio de Andrea López integra el registro de trece casos a nivel nacional -entre los años 1989 y 2017– en los que los femicidas fueron condenados a pesar de no haberse localizado el cuerpo de la víctima. El registro de la ONG La Casa del Encuentro advierte sobre el modus operandi de hacer desaparecer el cuerpo de la víctima como estrategia para la impunidad, bajo la expresión común “sin cuerpo no hay delito”.

 

La ausencia del cuerpo vuelve imprescindible una investigación judicial minuciosa, que recopile pruebas consistentes -como fue el relato testimonial de Emmanuel- para arribar a una sentencia condenatoria. De manera reciente, el caso de Cecilia Strzyzowski en Chaco, que se investiga como un femicidio a pesar de que aún no fueron hallados sus restos, rememora, entre otros precedentes, el de Andrea.

 

Historia.

 

El cuerpo todavía en búsqueda, del que Andrea no disponía a pesar de ser sólo suyo por la mercantilización proxeneta, continúa aguardando el encuentro. Los datos de su localización alimentan la esperanza de recuperar una ínfima parte de esa existencia arrebatada. La historia de Andrea nos interpela en un país que todavía debate reglamentarismo vs. abolicionismo, que continúa hipócrita queriendo cubrir con manto de legalidad la explotación de mujeres bajo el rótulo de “trabajo sexual”. Purreta se beneficiaba con esta violación sistemática de derechos humanos, maximizaba sus ganancias patriarcales a costa de la vida de Andrea. Cada intento de Andrea de escape al entrampamiento brutal reactivaba las represalias de su pareja proxeneta: más palizas y más explotación, más horas en la ruta 35, tantas veces apenas pudiéndose mantener en pie, a los ojos de quienes pasaban y hacían que no veían y de quienes frenaban para continuar sosteniendo la industria prostituyente.

 

Trata.

 

Cada 30 de julio se conmemora mundialmente el Día contra la Trata de Personas, crimen trasnacional que afecta principalmente a mujeres y niñas y que representa así una forma extrema de violencia de género. Un informe reciente de Naciones Unidas registró en los últimos quince años un incremento en la detección de víctimas de la trata. Las sobrevivientes son en su mayoría mujeres y niñas (49 y 23% respectivamente), mientras que el 21 y 7% restante se encuentra representado por hombres y niños. El 83% de las mujeres son captadas con fines de explotación sexual y el 82 % del tráfico de varones tiene fines de explotación laboral. En Argentina, en el año 2008 se sanciona la ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas, que recepta lo consensuado a nivel internacional y deja en claro que el consentimiento dado por la víctima de trata no constituye en ningún caso eximición de responsabilidad penal, civil y/o administrativa de los autores, partícipes, cooperadores o instigadores. Conforme los registros nacionales, desde 2008 hasta junio de 2023, se han rescatado y/o asistido a un total de 19.152 víctimas, 655 en lo que va de 2023. Por nuestra parte, en La Pampa se registraron 23 casos de trata de personas en los primeros siete meses del 2023, los cuales en su mayoría están vinculados a explotación laboral y dos a explotación sexual.

 

Explotación.

 

La trata de mujeres con fines de explotación sexual estructura todo un sistema prostitucional cimentado en la pobreza, falta de recursos y la impunidad que dejan vía libre para la perpetración de este delito económico que lucra con la dignidad humana a nivel mundial. La cosificación y mercantilización de los cuerpos de las mujeres es propiciado por las lógicas patriarcales y capitalistas que han normalizado el uso y abuso, la disposición de las vidas y las muertes. El femicidio de Andrea perpetrado por su proxeneta y entonces pareja Purreta, grafica ese poder de disposición del laberíntico circuito prostituyente, se inserta en sus lógicas perversas de desapariciones y violencia patriarcal al extremo, que arremete sistemático contra existencias de las que todavía puede disponer post mortem, con secretismo sobre dónde están sus cuerpos.

 

*Abogada, Magíster en Derechos Humanos y Libertades Civiles

 

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