Miércoles 09 de julio 2025

Un papel central en la disputa entre EEUU y China

Redacción 18/10/2024 - 00.21.hs

El pasaje ya irreversible del modelo anglosajón (EEUU/Gran Bretaña) al asiático-pacífico (China y el sudeste asiático) ha acelerado y reorientado el curso del comercio y las inversiones globales.

 

Eduardo Lucita *

 

La disputa entre EEUU y China forma parte no menor de los movimientos geopolíticos en el tablero mundial hoy sacudido por las guerras. Es que existe una fuerte interdependencia económica y las nuevas tecnologías tienen un papel central, tanto por el control de las mismas como por el papel que juegan en la interdependencia.

 

El pasaje ya irreversible del modelo anglosajón (EEUU/Gran Bretaña) al asiático-pacífico (China y el sudeste asiático) ha acelerado y reorientado el curso del comercio y las inversiones globales. Este es el contexto más general en que tiene lugar la disputa estratégica por el control de las nuevas tecnologías (inteligencia artificial, internet de las cosas y robótica de nueva generación). La llamada cuarta revolución industrial, en ella los semiconductores (chips) y los minerales conocidos como tierras raras (unos 15 elementos poco conocidos hasta ahora) son fundamentales y están en el centro de esta disputa.

 

En esta nota nos dedicaremos al conflicto de los semiconductores y dejaremos para una próxima entrega el tema de los minerales raros.

 

La guerra de los chips.

 

Si algo sostiene la gobernabilidad global de esta época es la dialéctica competencia-cooperación. Sin embargo, la ruptura de las cadenas globales de comercialización producto de la pandemia primero y de la guerra ruso-ucraniana después está interfiriendo en este proceso de integración mundial que es esencial a la cuarta revolución industrial.

 

Si algo caracterizó hasta este momento el avance de las nuevas tecnologías ha sido la interdependencia creciente de la producción global, también llamada cooperación competitiva. pero ahora parece querer ser reemplazada por producciones nacionales con cierta independencia del proceso de integración.

 

Restricciones 4.0.

 

En los últimos tiempos, las dos grandes potencias han tomado medidas proteccionistas recurriendo a la Seguridad Nacional EEUU (riesgo inaceptable que los productos chinos se utilicen con fines militares) y a Intereses Nacionales China (necesidad de una producción autónoma e independiente). Ante la ruptura de las cadenas globales, buscan organizar cadenas de valor regionales y vuelcan para ello fuertes subsidios estatales que tienden a favorecer la fabricación local. Sin embargo, como veremos más adelante, estas políticas chocan con los intereses de las grandes corporaciones.

 

EEUU bajo la administración Biden amplió los controles establecidos por el gobierno de Trump, y prohibió la venta de productos de alta tecnología a China, luego presionó a Japón para que se uniera a esa prohibición. Particularmente, es importante señalar que en enero 2023 se sumaron los Países Bajos a la limitación de las exportaciones a la República Popular de equipos avanzados para la fabricación de chips. Se trata de las máquinas de litografía avanzada, fabricadas exclusivamente por la empresa holandesa ASML que graban los circuitos de los semiconductores. Estos circuitos se miden en nanómetros, cuanto más pequeños son más rápido circula la información. Al mismo tiempo enumeró las empresas chinas que tienen prohibido participar del mercado de chips estadounidense.

 

La respuesta de China a las trabas norteamericanas no se hizo esperar. Restringió la exportación de dos minerales claves –el germanio y el galio- imprescindibles para la producción de los chips de última generación y prohibió también comprar productos a la empresa estadounidense Micrón.

 

Un tiro por la culata.

 

Las principales empresas norteamericanas de alta tecnología advirtieron oportunamente que la política proteccionista de la administración Biden perjudicaría a su propia industria y terminaría favoreciendo la producción china. Tanto porque prohíbe a sus empresas participar del mercado chino -exportaban unos 400.000 millones de dólares anuales en chips- como porque impulsarían la investigación sustitutiva en la República Popular.

 

Las restricciones complicaron el comercio internacional y la economía global, con efectos muy negativos en EEUU y muy estimulantes en la República Popular. No son pocos los analistas que consideran un verdadero fracaso, incluso de carácter estratégico, la política estadounidense. Política que terminó creando su propia competencia en materiales estratégicos. Es que en forma sorprendente y en muy poco tiempo, lo anunciaron en agosto 2023, empresas chinas tuvieron resultados muy positivos en desarrollar un tipo de chip de última generación, que puede competir e incluso superar a los de fabricación norteamericana.

 

Hay entonces una fuerte contradicción entre los intereses geopolíticos y los intereses de las grandes corporaciones tecnológicas. A tal punto que varias firmas importantes de EEUU y Europa abandonaron el mercado chino y se relocalizaron en países del sudeste asiático –Vietnam, Malasia, Indonesia- claro que lo hicieron arrastrando detrás de ellas a sus asociadas chinas. Una clara muestra de que el proceso de integración continúa más allá de los proteccionismos.

 

* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

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