Jueves 25 de abril 2024

Un suceso escandaloso

Redacción 20/03/2023 - 08.07.hs

El trueque de bienes a cambio de favores políticos es una práctica tan vieja como la humanidad misma. En libros y tradiciones abundan y sobreabundan ejemplos de ese proceder al que suelen ser tan apegados los seres humanos, en el que caen pasando por encima de creencias y morales varias.

 

Obviamente la práctica no reconoce fronteras pero pocas veces ha sido desembozada, optando los protagonistas por disfrazarla o directamente negarla, más allá de cualquier argumento que la hiciera justificable. La actualidad, en tiempo y espacio, no ha sido mejor ni menos variada y no son pocas las historias -la argentina entre ellas- en las que aparecen sospechosas maniobras de cohechos, coimas para decirlo en lenguaje popular, a menudo disfrazadas de regalos o gratificaciones.

 

Las consideraciones vienen al caso al considerar las recientes noticias al respecto que atañen al ex presidente de Brasil, el ultraconservador y liberal Jair Bolsonaro, responsable del triste mérito del retroceso de su gran país en cuanta materia se piense: industria, educación, ecología, sociedad, salud... desde ya que presumiendo de una moral intachable pero que, prudentemente, lo llevó a un exilio dorado en los Estados Unidos, desde donde amaga con un regreso que no cumple.

 

A estar por las noticias más recientes, Bolsonaro ahora debe devolver en un muy breve plazo joyas regaladas por Arabia Saudita. Bolsonaro intentó importar ilegalmente esas joyas valuadas en más de tres millones de dólares que recibió como regalo, un escándalo que sacude al país..

 

El conjunto que reflejan las fotografías es realmente impresionante y, evidentemente, apunta también a la esposa del ex mandatario, ya que comprende reloj, anillo, gargantilla y pendientes rebosantes de piedras preciosas engarzadas en oro o platino, que justifican la valuación de millones de dólares. Según la ley brasileña, los funcionarios públicos sólo pueden quedarse con obsequios que sean "muy personales y de mínimo valor monetario".

 

"Si alguno de los dos criterios no se cumple, (los regalos) deben ir inexorablemente a formar parte del patrimonio de la Nación", señala el texto.

 

Por cierto que el suceso rebosa escándalo e inmoralidad por dónde se lo mire pero ¿podemos los argentinos escandalizarnos con semejante suceso? Se diría que no, porque a poco que hurguemos en la memoria nacional nos encontraremos con muestras similares...o peores, máxime que en la materia rige para con nuestras autoridades una ley similar a la brasileña.

 

Para el caso, está el ejemplo de los años noventa, durante la presidencia de Carlos Menem, cuando el riojano recibió como regalo de un empresario italiano nada menos que una Ferrari de último modelo, uno de los coches más prestigiosos y caros del mundo. El hecho abrió en su momento una polémica sobre los obsequios que reciben los funcionarios públicos.

 

Como para desechar cualquier sospecha piadosa hacia la mera simpatía que había motivado el regalo, simultáneamente se conoció el interés del empresario en obtener la concesión de una autopista en el gran Buenos Aires.

 

La justicia brasileña conminó a Bolsonaro a devolver las joyas en un brevísimo plazo. Cuando se le planteó la misma opción, Menem optó en cambio por una argumentación difícil de justificar. "La Ferrari es mía, mía, mía", dijo.

 

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