Jueves 18 de abril 2024

Una necesidad regional

Redacción 03/12/2022 - 00.23.hs

Un grupo de ex presidentes, cancilleres, ministros y parlamentarios presentaron una carta a los mandatarios de la región para pedir una refundación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

 

El tablero político latinoamericano ha virado en los últimos años en reñidos procesos electorales, que, aunque lograron colocar gobiernos progresistas en países como Bolivia, Perú, Chile, Colombia y Brasil, dan cuenta de que los poderes económicos, las derechas y los neo conservadurismos se mantienen robustos en la región, condicionando los programas de las nuevas administraciones y hasta tensionando las alianzas electorales hacia el interior. La post pandemia y el conflicto bélico en Europa ponen en jaque las economías mundiales con sus efectos, y la hegemonía de Estados Unidos en la región y el mundo, se ve cuestionada ante la emergencia de China.

 

En ese contexto es que siete ex presidentes latinoamericanos, ex cancilleres, ex ministros y ex parlamentarios, entre otras figuras políticas, hicieron llegar una carta a 12 presidentes de la región para impulsar una nueva Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

 

La idea de rescatar del olvido la Unasur no es nueva, sino que ha sido predicada fervientemente por figuras pertenecientes al Grupo de Puebla, la articulación de líderes progresistas de la región que ha tenido un rol clave en la reactivación de la Celac, adormecida desde 2017; en la defensa de la vida del presidente Evo Morales, cuando ocurrió el Golpe de Estado en Bolivia, y en la construcción de una postura rebelde de varios países de la región ante la última cumbre de la OEA, vaciada de autoridades en protesta por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

 

Desde el Grupo de Puebla, hace tiempo que se esgrime la necesidad de volver a articular la región. Así lo han hecho Marco Enríquez Ominami (ex candidato a la presidencia de Chile), Celso Amorim (ex canciller de Lula, en Brasil) y Ernesto Samper, (ex presidente colombiano), entre otros que impulsaron el envío de una carta y para quienes "es tiempo de dejar atrás una historia de sueños rotos, promesas incumplidas y oportunidades perdidas".

 

"América Latina registra más de un cuarto del total de fallecidos por COVID, experimentó una recesión doblemente más profunda que la de la economía mundial y vio aumentar en cerca de 50 millones el número de personas que viven en condiciones de pobreza. Priman en la región la fragilidad de las estructuras productivas, la acentuación de la dependencia de un número reducido de productos primarios, el debilitamiento de las instituciones democráticas y la fragmentación política que impide levantar una voz común frente a los asuntos globales", es el diagnóstico sobre la región que presenta la carta. También define "las cuatro mayores amenazas que acechan a la región: cambio climático, pandemias, desigualdades sociales y regresión autoritaria".

 

Queda claro que la necesidad de construir espacios de integración es fundamental y la pandemia -ese momento en la historia que hizo volar todos los consensos por el aire y demostró de manera brutal la la necesidad del Estado, pero también su debilidad ante la concentración económica- ha dejado grandes enseñanzas al respecto en la región.

 

América Latina, en posesión de infinidad de recursos estratégicos, no está condenada a jugar un papel "irrelevante" a nivel regional o mundial (tal como dice la carta), si sus pueblos se convencen de ello. (Por Paula Giménez y Matías Cacciabue, extractado de El Destape).

 

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