Violencia irracional

Los tiroteos con muertes masivas son noticia frecuente en Estados Unidos. Solo en el primer mes del año hubo 33 ataques con armas que dejaron 69 muertes; son hechos en los que no se discriminan edades ni categorías sociales: mujeres, niños, ancianos de diversos grupos étnicos caen bajo las balas de quienes manejan armas de alta potencia que, trágica paradoja, son de venta libre, con un muy modesto registro de compradores y que hasta hace poco tiempo podían adquirirse por correspondencia. El promedio es aterrador: al menos un tiroteo masivo al día entre el 1 y el 23 de enero, con el agravante de que mientras las tasas de delincuencia descienden aumenta la violencia armada.

Hay otra circunstancia estremecedora: según datos de la Oficina Federal de Investigaciones "las revisiones de antecedentes para compra de armas de fuego aumentaron de 10 millones en 2005 a 40 millones en 2021". Como se advierte el fácil acceso a las armas parece ser el factor determinante de la epidemia de violencia.

Es más que evidente que esa sociedad rica, capitalista, de ascenso social y grandes oportunidades tan elogiada por los grandes medios occidentales posee un lado oscuro como lo muestran estos hechos y las estadísticas que generan. Como dijo un senador de California: "No queda lugar en Estados Unidos que esté libre de la violencia armada"; y terminó con un ruego: "esto debe parar, es suficiente".