Viernes 19 de abril 2024

«Del campo a la góndola»

Redaccion 12/12/2020 - 05.30.hs

Una familia de Winifreda se dedica a la cría porcina en sus nueve hectáreas, y luego de faenar en Anchorena, vende su producción en una carnicería propia. Esperan con ansias la apertura del frigorífico local, para ahorrar los costos de transporte.
LUIS BARBASCHI

 

Una familia winifredense destina nueve hectáreas a la producción porcina, con 60 madres productivas, faenan los animales en un frigorífico de Tomas Manuel de Anchorena, y redondea la cadena productiva, con la venta directa al público en una carnicería que abrieron recientemente en la localidad, única en el rubro.

 

En el local comercial despliegan una amplia variedad de cortes de cerdos frescos y productos elaborados. De esta manera, se propusieron mejorar la rentabilidad de su pequeño emprendimiento e integrar los eslabones del negocio del cerdo desde el campo a la góndola.

 

Esta experiencia, fruto de un trabajo incesante, es llevada adelante por una familia campesina compuesta por Virginia Porlay, su esposo Pablo Di Dino, su hijo Bautista y sus padres Nicasio y Marcela. Todos son de Santa Rosa, pero están radicados en Winifreda desde hace dos años.

 

El criadero lo tienen en un predio de nueve hectáreas que alquilan en jurisdicción de Mauricio Mayer. «Trabajamos la raza Che Tapuy, tenemos cuatro padrillos puros de Mendoza y 60 madres mestizas. Queremos demostrar que esta raza se adapta muy bien a esta zona de la provincia y con una buena alimentación podemos alcanzar un buen producto final», señaló Porlay a LA ARENA DEL CAMPO.

 

«De a poquito vamos incrementando el plantel y mejorando la pureza. Contamos con el asesoramiento de un ingeniero de Santa Rosa. Los animales permanecen encerrados en corrales grandes y consumen una dieta basada en núcleo vitamínico y minerales, reguladores de micotoxinas y alimento balanceado compuesto por maíz, expeller de soja y sorgo», detalló.

 

Faena.
En cuanto al proceso de faena, Porlay explicó que todas las semanas trasladan unos seis animales vivos hasta el frigorífico de Tomas Manuel de Anchorena, donde se realiza la matanza y el resto del proceso. Luego, un camión frigorífico de la planta lleva las reses hasta una carnicería de Santa Rosa y otro transporte térmico las trae finalmente a Winifreda.

 

Este movimiento les genera un alto costo mensual. «Estamos esperando ansiosamente que abra lo antes posible el frigorífico de Winifreda, eso nos abarataría mucho los costos porque no es lo mismo recorrer 60 kilómetros que 20 kilómetros», apuntó con razón.
Sin embargo, lejos de desanimarse, adelantó que sumará una nueva cámara de frío para duplicar la faena destinada a la venta previendo el futuro crecimiento de la producción.

 

Asimismo, explicó que en la carnicería ofrece «todos los cortes derivados del cerdo, que son exactamente los mismos del novillo, nada más que tienen una presentación más chica. Por ejemplo la nalga en vez de pesar 3 o 4 kilos pesa 1,5 kilos y el peceto medio kilo. También tenemos milanesas, costeletas, chorizos, salchichas, hamburguesas, carne picada que es muy similar a la de vaca, pero con una diferencia de precio muy importante».

 

Consultada por los valores, lo primero que dijo fue que «se me van de las manos las costeletas, cuestan $370 el kilo o dos kilos a $700. El corte de milanesas es muy solicitado: los dos kilos a $600. Tenemos carne picada a $300 el kilo, chorizo puro de cerdo en oferta: dos kilos a $800 pesos. Costilla $380 el kilo llevando más de dos kilos. La pulpa es muy versátil, la tenemos a $340 el kilo o dos kilos $640. Es una carne que sirve para hacer milanesas, churrasquitos; con el cerdo se pueden preparar infinidad de recetas». Desde esta semana ya tiene chorizos secos 100 % de cerdo. Además dispone de grasa derretida y chicharrones. Sumará anexos de morcilla y queso de cerdo.

 

Felices.
Porlay y su pareja manifestaron sentirse «súper felices» por haber abierto el comercio que tanto deseaban a la vez que confesaron que fue «todo a pulmón y con horas y horas de trabajo en el campo». Advierten que los productos frescos «tienen cada vez más salida» y los consumidores sorprendidos les dicen que la carne es «súper tierna».

 

La carnicería fue bautizada «Don Manuel» en homenaje a Manuel Schonhoff, bisabuelo de Valeria. «Nos dejó como legado todas las recetas de los chacinados y la forma de trabajar el cerdo. Le agradecemos toda la educación que nos trasmitió, yo no lo conocí pero sus enseñanzas me llegaron a través de mis familiares», concluyó emocionada.

 


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