Lunes 15 de abril 2024

El grito más sagrado

Redacción 18/08/2009 - 01.14.hs

General Belgrano es nuevamente el campeón del Torneo Oficial de la Liga Cultural de fútbol. Como ocurrió el año pasado, al final el gran festejo fue del Tricolor, pero en este caso tuvo un sabor muy especial, porque dio la vuelta olímpica en cancha de su clásico rival, All Boys, tal cual había ocurrido la última vez que habían definido un título cara a cara, en 2002. Ayer, el triunfo del elenco de Villa Alonso fue por 2 a 0, lo que le permitió automáticamente coronarse como el mejor de la liga, ya que en la ida habían igualado 1 a 1.
Sin embargo, no sólo el resultado final quedará en el recuerdo de las más de tres mil personas que ayer vieron la final en un estadio Doctor Ramón Turnes que estuvo repleto. Es que el partido tuvo de todo y fue más trabado y disputado que bien jugado, situación que propició en gran parte la mala actuación del árbitro Alejandro Juan, que sacó tarjetas a cuanto jugador se le cruzaba por delante y que terminó expulsando a siete futbolistas, cinco del local (uno desde el banco) y dos de la visita, en varios casos de manera apresurada e injusta.
En lo futbolístico, y mientras el partido transitó por los carriles normales, Belgrano fue un poco mejor que All Boys, principalmente porque impidió que Mauro Barreiro, el mejor jugador del Auriazul, pueda jugar con tranquilidad. Y esa tarea recayó en Alejandro Morettini, quien cumplió perfectamente con su labor y le dio así la tranquilidad que Belgrano necesitaba para hacer su propio juego.
De todas maneras, en el primer tiempo ninguno de los dos pudo imponer definitivamente sus ideas. El comienzo fue vertiginoso, porque a los 2' Belgrano avisó con un tiro libre de Diego Domínguez que pasó cerca, y a los 3' All Boys respondió con un centro de Alexis Sánchez que se cerró y rozó el travesaño.
Pero después empezó el show de Juan, que cortó permanentemente el juego y empezó a sacar amarillas, "calentando" un partido que había comenzado limpio y con un ida y vuelta interesante. La primera tarjeta se la llevó Néstor Erro apenas pasado el minuto de juego -por una falta que no merecía tal sanción-, y a partir de allí fueron sumándose casi todos a la lista, la mayoría de las veces por faltas insignificantes.
Tal fue la "locura" en la que entró Juan que a los 25' expulsó a Cristian Santamaría y Diego Domínguez por un encontronazo que, como mucho, se arreglaba con una amarilla. Sobre un lateral, Domínguez cayó al piso y cubrió la pelota con su cuerpo; el árbitro marcó una falta y Santamaría le pegó al balón cuando su rival lo tenía en las manos. Pero allí se terminó todo, aunque el árbitro expulsó a los dos sin que nadie entendiera nada. Desde ese momento el partido se convirtió en una seguidilla de tiros libres, algunos por simples roces, y en un ir y venir de tarjetas amarillas (hubo siete en total en el primer tiempo, más las dos rojas).
El despertador sonó a los 35', cuando tras un centro de Barreiro con mucha pimienta no llegaron a empujarla Martini, Schaab ni Baldissoni con el arco a su merced. Y en la vuelta apareció en escena uno que nadie tenía en cuenta de mitad de cancha hacia arriba y cambió el marcador: Javier Benvenuto recibió en el área rival y descargó hacia atrás para Nicolás Muñoz, que desde más de 25 metros le pegó de primera y clavó la pelota abajo y contra el palo izquierdo de Adrián Bartel, para que estalle la tribuna de Belgrano en un espectacular grito de gol.
All Boys sintió el impacto y desde allí hasta el final el dominio fue de Belgrano, aunque no tuvo la claridad necesaria como para irse a los vestuarios con una diferencia mayor. La firmeza de la defensa, la buena distribución de Diego Metz en el medio, la implacable marca de Morettini sobre Barreiro y la calidad de Benvenuto de mitad hacia arriba habían sido suficientes para que el 1-0 fuera merecido.

 

Caos y control.
El segundo tiempo fue un verdadero torbellino, aunque quedaron dos posturas bien marcadas: el caos que fue generando Juan y los jugadores de All Boys con las expulsiones, y el control que ejerció Belgrano apoyado en la experiencia de sus futbolistas.
El inicio fue todo del local, porque Eugenio Rodríguez acertó con los ingresos de Jeremías Lucero y Javier George, quienes desbordaron una y otra vez a los defensores, generando varias situaciones de peligro. Pero All Boys no pudo igualar porque falló en las definiciones y porque se encontró con un inspirado Leonardo Oliván, que apareció en los momentos justos para cerrar su arco.
A los 2' Lucero remató de frente al arco, la pelota se desvió en Sergio Bassa y pegó en el palo. A los 3' George envió un centro y Juan Abraham, en su afán por despejar, remató en contra de su valla y encontró una espectacular respuesta de Oliván para tapar lo que era el empate. A los 15' Barreiro habilitó a Lucero, pero la volea del delantero fue otra vez desviada por Oliván al corner. Y a los 19' Lucero desbordó y envió el centro atrás para Cristian Baldissoni, que definió de primera y se encontró con las seguras manos del arquero, fundamental en ese momento del partido.
Allí se terminó el empuje del local, que se fue quedando sin fuerzas y empezó a dejar espacios atrás, situación que fue muy bien aprovechada por Benvenuto, quien a los 22' dejó a tres marcadores en el camino y le sirvió el gol a Juan Zubeldía, pero éste definió muy mal.
A los 29' Claudio Beserra recibió la segunda tarjeta amarilla, All Boys se quedó con uno menos, y a los 31' Belgrano cerró la historia. Benvenuto encaró con la pelota, le metió un espectacular caño a Juan Vassallo y, cuando se preparaba para definir, fue tomado por Alexis Sánchez, quien le cometió penal y también se fue expulsado por doble amonestación. El propio Benvenuto transformó la falta en el segundo de Belgrano, y a partir de allí sólo hubo que esperar a que termine el partido para que empiecen los festejos.
Sin embargo, quedaba algo más de Juan. A los 35' expulsó al arquero suplente de All Boys, Mariano Pascua, por protestar desde el banco, a los 36' le mostró la roja a Barreiro por un supuesto insulto (luego el jugador intentó agredirlo), y a los 41' expulsó a Agustín Olguín, de la visita, por una falta sobre Baldissoni, quien no vio la roja a pesar de que reaccionó con un empujón.
Fue el triste cierre de una final que pintaba para fiesta, pero que se empañó por la gran cantidad de expulsiones e incidencias. De todas maneras, Belgrano ganó con armas claras y es el digno bicampeón de la Liga Cultural.

 


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