Jueves 03 de julio 2025

“Un poco voy a extrañar”

Redacción 10/06/2024 - 00.20.hs

Dos antiguas empleadas de la Cámara de Diputados, Mariela Roxana Argañaraz y Silvia Amorós, se acogieron a los beneficios de la jubilación y fueron despedidas con emoción por quienes fueron compañeros de trabajo durante décadas en la Legislatura provincial.

 

Las dos ingresaron muy jóvenes y arribaron a 40 años de servicio, con lo que cumplieron ampliamente con las condiciones para llegar a este momento.

 

“Yo ingresé el 10 de abril de 1984, junto a otros compañeros que aún siguen trabajando. Fue por una resolución de incorporación de varios empleados, que firmó en su momento el vicegobernador Manuel Justo Baladrón. Y como él dijo en aquel momento ninguno venía de un repollo. Todos teníamos una militancia política”, contó Amorós.

 

Pasó por Recepción, después al Diario de Sesiones, luego al Departamento de Comisiones, con un paréntesis cuando el gobernador era Néstor Ahuad, y Emi Valle ministra de Bienestar Social. “Estuve algunos meses con Emi, y después volví a Prensa y Ceremonial de la Cámara. Y, ha sido toda una vida”.

 

Silvia agregó enseguida: “¿Qué viene ahora? Tengo una vida con muchas actividades: hago mosaiquismo, siempre estoy involucrada en las cuestiones sociales; y sobre todo voy a ser una abuela muy presente. Vienen cosas para disfrutar”.

 

Con lágrimas.

 

Mariela Rosana Algañaraz también ingresó en 1984, pero el 27 de febrero de ese año, recuerda con precisión. “Soy hija de Juan Carlos Algañaraz, (fue tipógrafo, taxista) quien se dedicaba a la política y llegó a ser concejal de Santa Rosa por el peronismo. Mi mamá fue Nélida Alvarez (conocida en el ambiente político como ‘La Negrita’ Alvarez). Por supuesto voy a disfrutar del tiempo libre, y sobre todo de Bianca… pero además quiero hacer mosaiquismo, que me gusta mucho. Sí, empieza una vida nueva, distinta...”, dice ilusionada.

 

Ingresó a desempeñarse en aquel 1984 primero en la Secretaría Legislativa; pasó más tarde al Departamento Comisiones con Mirta Perachino; y finalmente a Mesa de Entradas donde la despidieron quienes han sido sus compañeros durante tantos años. Mariela se fue del edificio con lágrimas en los ojos, porque han sido muchos años y vivencias. … “Y claro que un poco voy a extrañar. Si podría escribir un libro de tantas cosas que pasamos aquí”, admite.

 

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