Sabado 12 de julio 2025

Problemas de la gente en el existir cotidiano

Redacción 19/03/2016 - 04.53.hs

Señor Director:
Tomé nota de la expresión de una dirigente política y diputada nacional (Margarita Stolbizer) por parecerme sensata.
Dijo que "la agenda del gobierno", se refería al nacional, "no va de la mano con los problemas que tiene la gente en su vida cotidiana". Tuvo otras expresiones llamativas, como cuando dijo que Macri sabía lo que iba a hacer pero que la gente lo votó pensando que iba a hacer otra cosa. Esta expresión atrae para una reflexión acerca de la distancia que puede llegar a existir entre los propósitos reales de un aspirante al poder y su forma de comunicarse con "la gente". En buena tesis, la comunicación debería ser pensada para evitar que "la gente" entienda otra cosa más a tono con sus expectativas. Sugiere este comentario que hay trampa en la comunicación o que "la gente" cree escuchar lo que prefiere oír. O una combinación de ambas cosas.
Todo un tema propone este segundo dicho. Por ahora, para esta nota, me quedo con el primero, que establece una relación, necesaria y preferente, entre los problemas que la gente debe resolver en su vida cotidiana y la agenda a que se atiene un gobierno. También parece haber un problema (o una trampa) de comunicación o una incapacidad de la gente (antes se solía decir Juan Pueblo, pero el protagonista es el mismo). Se supone que un partido al elaborar su propuesta toma en cuenta los "problemas de la vida cotidiana" como un elemento condicionante de lo que se puede y lo que se debe hacer.
En cuanto a problemas de la vida cotidiana creo que es posible coincidir en un estándar: tener cómo atender necesidades elementales propias y de las personas que dependen de cada adulto. Las necesidades propias son el comer, el vestir, la disponibilidad de transporte accesibles para transitar desde la casa al trabajo, la casa a la escuela; que la casa funcione (que tenga lo necesario y que esto funcione), que existan servicios públicos eficientes...
El mismo día que salían esas manifestaciones de una dirigente política nacional pudo leerse (en nuestro diario), esta expresión del presidente de la Cooperativa Popular de Electricidad: "No podemos no invertir porque el socio se instala en los suburbios, la ciudad sigue creciendo y los servicios exigen expansión, nuevas redes, columnas, instalaciones, fibra óptica...y todo está dolarizado. Estamos obligados a seguir el crecimiento de la ciudad".
Esto es, ciertamente, lo que hace y lo que siempre ha hecho la CPE y puede creerse que mantener esta tradición de acompañamiento al vecino, que es su socio, es una cuestión de lógica o de sensatez: Llegar con él y aún estar esperándolo en el nuevo asentamiento.
En contraste con estas expresiones de sensatez convendría observar si las expansiones tan frecuentes y caudalosas que se producen en esta ciudad han tenido y tienen tal acompañamiento en todos los casos o, siquiera, en lo referente a servicios esenciales. Una recorrida por el barrio sur de Santa Rosa (la suma de barrios desarrollados en ese sector) y una conversación con los vecinos revelaría que no siempre se hace o se atiende todo lo que la sensatez reconoce prioritario. Cito ese sector por haber sabido de sus necesidades ahora, cuando ya hay allí unos veinte mil vecinos y resalta la falta de una escuela. Cuando Santa Rosa tenía menos de 20 mil habitantes ya contaba con media docena de escuelas primarias y dos secundarias. Una cosa es tener la escuela elemental a pocas cuadras de la vivienda y otra tener que patear veinte o más cuadras de ida y de vuelta y no contar con un transporte a tono con la necesidad.
La "vida cotidiana", sus exigencias elementales e ineludibles, son la prosa, lo prosaico, de la realidad en todo asentamiento humano. En verdad, son lo que condiciona la existencia y posibilita que la mente y el corazón tengan los estímulos necesarios para desarrollarse. La poesía de la existencia viene después. O llega tarde, mal y nunca.
Atentamente:
Jotavé

 

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