Jueves 20 de noviembre 2025

Problemas viales

Redacción 20/11/2025 - 00.12.hs

De resultas de un acontecimiento lamentable –la pérdida de una vida en un accidente de tránsito— la ciudad está conmovida por el fallo correspondiente al juicio derivado del mismo. Las particulares circunstancias en que tuvo lugar han motivado que la atención de la ciudadanía se volviera sobre el caso.

 

Lo singular –y terrible— del hecho radica en que el accidente generó una muerte en circunstancias muy poco favorables al conductor del automóvil involucrado ya que, según los testimonios, no solamente cruzó un semáforo en rojo sino que además llevaba un manifiesto exceso de velocidad y en simultáneo con el manejo usaba un teléfono celular.

 

Más allá del siniestro propiamente dicho, es preocupante observar que pese a la instalación de radares y cámaras que imponen fuertes multas a los infractores, se mantiene cierta tendencia de automovilistas circulando a una velocidad que excede los ochenta kilómetros por hora. Se trata de una situación frecuente, por citar un caso, en la avenida de Circunvalación santarroseña y en sus calles colectoras. Cualquiera puede comprobarlo con sólo atender al tránsito en esa vía. También hay testimonios fehacientes de grandes camiones superando esa velocidad, a menudo con el ansia de mantenerse dentro de la onda verde de los semáforos sincronizados. Otro tanto se puede observar en la Avenida Perón.

 

Lo luctuoso del caso comentado explica que haya ganado la atención pública pero convendría meditar sobre cuántos accidentes similares han ocurrido en tiempos pasados. Esa posible consideración merecería tal vez contemplar la posibilidad de reforzar las medidas adoptadas con una mayor presencia y periodicidad de operativos de prevención y control de la seguridad vial.

 

Seguramente la situación mejoraría de plano si se dispusiera una vigilancia más efectiva, pensada con el ánimo de disuadir aún más a los conductores, a quienes por lo visto no les afecta tanto pensar en que cada infracción cometida deberán afrontarla con una severa sanción económica. Tal vez, es momento de pensar en penas aún más severas para aquellos que ponen en riesgo la existencia del prójimo, ya sea por imprudencia manifiesta o por ignorar las pautas que rigen la circulación.

 

Otro aspecto que merece la atención tiene que ver con el tránsito de los ciclistas, para quienes parecieran no existir los semáforos. Otro tanto queda para los motociclistas, teniendo en cuenta que en Santa Rosa circulan más de diez mil rodados menores y que muchos de ellos se desplazan con una conducción peligrosa, que obliga a que quienes se trasladan en un vehículo mayor deban extremar su prudencia.

 

Como casi siempre, el tema del tránsito da para muchas observaciones y no todas en lo que hace al dinamismo de la circulación. Para el caso, vaya también la queja de los vecinos que utilizan la calle Juncal, en inmediaciones con Córdoba: allí, muy cerca de la esquina, colocaron un cartel de prevención de un problema en la calzada, posiblemente un pozo. Lo paradójico del caso es que el propio cartel, al abarcar buena parte del ancho de la calle, provocó algunos incidentes al ser rozado por los coches que circulaban por el lugar.

 

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