Miércoles 24 de abril 2024

Un peligro sanitario

Redacción 15/07/2023 - 11.13.hs

El reciente episodios del decomiso de pollos en el puesto caminero de Catriló resulta llamativo, y hasta inquietante, si se piensa en la calidad y cantidad de la carga impedida de continuar su viaje. Diez toneladas –10.000 kilos—de carne de pollo en dudoso estado de habilitación al público es una cantidad muy considerable, máxime si como dice la información, viajaban “era trasportada con el equipo de frío apagado y no contaba con amparo sanitario”, lo que justificó la incautación.

 

La conclusión que se desprende del episodio (al margen de la correcta acción de la policía pampeana y el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) es, como decíamos, por demás inquietante porque , de no haberse concretado la intervención oficial hay que dar por sentado que la carga hubiera llegado a destino y su venta al público abierta, con las posibles consecuencias que podría tener el consumo de un alimento en regular o mal estado.

 

Más allá de la incautación y entierro de la mercadería la situación reclama la determinación de responsables de tamaña acción; si ella estuvo originada en el accionar del camionero que conducía el vehículo con el sistema de refrigeración apagado o la anomalía se originaba ya en los responsables de la planta de faena; lo indudable es que semejante proceder debe tener alguien responsable y/o culpable.

 

Resulta paradójico advertir que el vehículo portador de tan dudosa carga ostentaba en su lateral una de esas imágenes publicitarias en las que aparece un elegante y pintoresco pollo alentando su propio consumo. Más allá de la propaganda y apelando a un viejo proverbio, bien puede decirse que la procesión iba por dentro… del camión.

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?