Domingo 14 de abril 2024

Traslados en camiones cayeron 20%

Redacción 21/01/2017 - 01.27.hs

Juan José Reyes - El sector espera un año con expectativas moderadas a pesar de que hay una disminución de hembras en la faena total, aunque el consumo sigue en picada y en torno a los 48 kilos por habitante año.
En La Pampa cayó fuerte el envío de remesas de animales del abasto local hacia el mercado concentrador de Liniers. Los envíos se depreciaron 20% por una fase de retención de vientres ya finalizada y menor demanda por recesión económica (respecto de 2013 el descenso fue del 31%).
Se estima que para junio o julio de 2017 habrá mayor liquidación en campos de engorde de novillos y una apuesta local a la invernada. El total de cabezas que salieron de aquí fue de 69.297 versus las 86.131 de 2015 y las 101.213 de 2014. Sin embargo La Pampa continúa abasteciendo el 7% (se llegó a capturar el 12% en 2005) de carnicerías y frigoríficos de todo el país.
La Pampa cuenta con alrededor de 800.000 terneros, de los cuales se engordan 650.000 cabezas y se faenan alrededor de 280.000, y además ya hay feedlot de 3.500 a 4.000 cabezas.
La competencia con Brasil y Uruguay está perdida pues ofrecen menores precios que el mercado doméstico, Sucede que el mercado interno paga mejores precios que exportación por retraso cambiario y altos costos de producción. Hoy el promedio de parición es bajo y se ubica en torno al 60%, por tanto es necesario mejorar la oferta de forraje, la nutrición y la sanidad de los animales. En medio de un escenario mundial con precios a la baja para la carne, aunado a los problemas del sector frigorífico, desde firmas faenadoras vinculadas a la exportación han advertido el impacto de los costos en el negocio, lo cual provocó una merma en el valor de la hacienda en pie.
En este contexto, el sector espera un año con expectativas moderadas a pesar de que hay una disminución de hembras en la faena total, aunque el consumo sigue en picada y en torno a los 48 kilos por habitante año.

 

Un año complicado.
Después de un período de una seca muy fuerte entre 2007 y 2010 donde se perdió más de un 30% del stock vacuno, estimado en aquella época en 4,25 millones de cabezas; hoy, una década después, apenas llegamos a 3,1 millones. El incremento del stock está dado por el aumento de vacas, que hemos pasado de 1.100.000 a 1.300.000 cabezas. La notable mejora climática, el incremento de la producción de forrajes y la caída del precio de los granos debería haber impactado sobremanera en el negocio de la hacienda en La Pampa, pero no fue así. La brusca caída en el consumo y la fase de retención han dado resultados negativos a la colocación de carnes. Los envíos de camiones jaulas con cabezas bovinas a Liniers por los caminos vecinales y rutas nacionales se derrumbaron después de remontar la crisis cárnica de hace dos lustros. Además la inflación pega fuerte en el costo de los fletes (suba en combustibles y peajes) y un quilaje de faena que no mejora a pesar de varios intentos por subirlo. Los consignatarios de hacienda concentran la mayor parte de sus actividades en las ventas directas a Liniers (64%) y en menor medida en la realización de remates ferias (36%).
Por su parte, los comisionistas tienen una variedad más amplia, donde los remates ferias y las ventas directa a invernada son las que mayor presencia tienen seguidas de las ventas directa a faena y por último a Liniers. Según las 5 principales casas consignatarias de animales en la provincia, 2017 surge como un año complejo para la hacienda pero con mayor previsibilidad que años anteriores.

 

Estadísticas cárnicas.
Según datos de los transportistas de los camiones jaulas, el 23,9% de las salidas fueron vacas, el 20,7% terneros, el 15,6 de terneras, 13,8% de novillitos, 12,9% de vaquillonas, el 11,5% de novillitos y el 1,5% de toros. Las categorías terneros y terneras juntos suman un 36% de participación, siendo por lejos la más importante, con destino principal fueron establecimientos dedicados a la recría e invernada y de ahí a la venta directa.
La Pampa provee buena parte de los más exquisitos consumos de las carnicerías y restaurantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las guías de ganado de animales, que nutren de fondos a las comunas locales, siguen siendo bajas, y en relación a períodos anteriores, deberían remontar. Ha finalizado la fase de retención de vientres como alternativa económica para mejorar los stocks ante un año que se presenta interesante en el mercado mundial pero incierto para la ganadería local.
El Mercado de Liniers en su conjunto bajó en 2016 sus ventas de cabezas en un 6,2% con respecto al año anterior, es decir en valores muy inferiores a los de La Pampa, cuyo descenso arañó el 20%. El mes de mayor venta de animales pampeanos se dio en septiembre con 7.713 cabezas.
En la cadena de valor de la carne vacuna existen gran cantidad de actores entre el productor primario local y el mercado consumidor nacional. Rápidamente se pueden citar a los criadores de reproductores, los criadores de animales, los invernadores, los faenadores o frigoríficos junto a los consignatarios y transportistas. Nadie pone en duda que la cadena de la carne bovina se encuentra desarticulada y continúa con la histórica baja integración entre los sectores primario, industrial y comercial. El gran número de empresas intervinientes y los intereses contrapuestos entre ellas dificultan que algún actor tome la iniciativa y señale el rumbo a seguir para buscar el beneficio conjunto. La industria frigorífica está diezmada en la provincia, sin embargo La Pampa es considerada una provincia hasta ahora sin cierres y suspensiones de personal. La cuestión es saber cuando podrán conjugarse estratégicamente los distintos componentes de la cadena en la región. Es decir generar una identidad propia que consolide su presencia, habida cuenta del corrimiento de la frontera ganadera en detrimento de la soja y el maíz.

 

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