Domingo 13 de julio 2025

¡Dale rojo!

Redaccion Avances 13/07/2025 - 09.00.hs
Práctica de basquet, década de 1940.

En estas páginas se recuperará parte de la historia del club Atlético Macachín a través de algunas de las acciones que se están realizando desde un proyecto de extensión universitaria para resguardar las memorias relacionadas con la trayectoria de la institución.

 

Stella Cornelis y Mariana Funkner *

 

En Argentina la actividad asociativa experimentó una considerable expansión entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Muchas de esas asociaciones fueron de origen étnico; no obstante, en el período de entreguerras surgieron otras como las sociedades de fomento, las bibliotecas y se multiplicaron extraordinariamente los clubes sociales y deportivos.

 

La fundación.

 

Luego de las campañas militares de Julio A. Roca (1878-1885), el actual territorio de La Pampa fue puesto en producción y ese proceso se relacionó con la fundación de pueblos, en algunos casos con la llegada del ferrocarril, la conformación de una estructura administrativa, la aparición de instituciones educativas y la creación de espacios para desarrollar actividades sociales, recreativas y culturales. En ese contexto surgieron los clubes. Las iniciativas que dieron origen a esas primeras asociaciones provinieron de las inquietudes de los propios vecinos; en algunas oportunidades fueron inmigrantes, en otras trabajadores, o bien profesionales del medio local los que impulsaron su creación.

 

En su mayoría los clubes se originaron con un propósito central, que fue la práctica del fútbol. En muchos casos ocurrió que un grupo de once personas se reunían y formaban un club-equipo. Igualmente, al surgir bajo la denominación de clubes sociales y deportivos, no solamente la práctica de deportes fue el eje de sus actividades, sino que también tuvieron un rol activo en la vida social y cultural. En los primeros tiempos de existencia presentaron una organización de carácter más bien informal, pero luego comenzó un proceso de institucionalización. Ello también se relaciona con el aumento del número de seguidores, la organización mediante Estatutos y Reglamentos, la incorporación a las Ligas de fútbol, la adquisición -mediante el esfuerzo de sus asociados- de una sede e infraestructura propia, entre otras características. Es decir que, al mismo tiempo que ampliaban su oferta deportiva -paulatinamente los clubes sumaron al fútbol otras disciplinas- concretaron actividades sociales y culturales. En este sentido, crearon bibliotecas, tuvieron sus grupos de teatro, organizaron fiestas y bailes.

 

Tanto el deporte como las prácticas sociales originaron lazos de solidaridad y pertenencia a la asociación. En este punto no podemos soslayar la cuestión identitaria que producen los clubes locales. En las ciudades del interior han generado esos sentimientos ligados a la comunidad; lo que cobra mayor relevancia en lugares donde existe solamente una institución de esas características. Siempre hay un adversario con el que se miden fuerzas durante los espectáculos deportivos y los espectadores o la “hinchada” desplegarán todo tipo de elementos y prácticas que darán cuenta de esa identidad -banderas con los colores del club, cánticos, dichos que se popularizan, gestos, entre otros elementos-. Esos rituales cotidianos crean una comunión y pertenencia entre simpatizantes, jugadores/as y dirigentes, muchas veces difuminando diferencias sociales, de género, étnicas y políticas.

 

Rescate de las memorias.

 

Esta entidad se fundó en el año 1918 y su historia se entrelaza con la de la ciudad de Macachín y su zona de influencia. En sus primeros años de existencia se produjo un desmembramiento de socios y de ese modo se originó un nuevo club; así, se constituyeron el Sportman y, posteriormente, el Sportivo. Pero, hacia fines del año 1930, según una nota publicada en el diario Gobierno Propio, mediante la iniciativa de un grupo de jugadores de primera división del Sportman se iniciaron las gestiones para concretar la fusión el 30 de noviembre de 1930; finalmente, la unión se formalizó en 1931. Estos aspectos, y otros vinculados con la historia institucional, fueron recuperados en un relato escrito por Arturo Pérez Manzano para el libro conmemorativo del centenario de Macachín.

 

A través de un proyecto de extensión universitaria, que se encuentra en curso, un grupo de docentes, graduadas y estudiantes -oriundas de Macachín y pertenecientes a las carreras de Historia, Letras, Geografía y Comunicación Social-, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), planteamos una serie de acciones para recuperar y resguardar la memoria histórica de esa institución. El proyecto se enmarca en los postulados de la extensión crítica, que busca establecer, por un lado, un diálogo constante y recíproco entre los saberes académicos y no académicos, con los distintos actores de la comunidad y, por otro lado, asumir la responsabilidad y puesta en práctica de una formación profesional -tanto de docentes como de estudiantes- comprometida con la sociedad. De este modo, y ante una demanda concreta de la Comisión Directiva (en adelante CD) de la institución en 2021, buscamos resguardar y difundir para las generaciones futuras el patrimonio histórico y documental del club Atlético Macachín.

 

El rol que la entidad ha desempeñado, a lo largo de más de cien años de actividad en el medio, ha quedado plasmado en diversidad de documentos, fotografías y en la memoria de las personas que formaron parte de su devenir histórico. Lamentablemente en el club se conserva muy poca documentación sobre su accionar institucional, social y deportivo. Por este motivo las y los integrantes de la CD consideraron que era fundamental emprender un trabajo de recuperación de ese patrimonio, que se encuentra esencialmente en manos de particulares y es parte de su memoria colectiva. También, desde la asociación se planteó la urgencia de rescatar del olvido relatos e historias de vida enlazadas con el club. Esto permitirá conocer en primera persona experiencias, anécdotas y trayectorias de individuos -de distintas generaciones, pero sobre todo de personas con avanzada edad- que formaron parte y, de una u otra forma, contribuyeron al crecimiento de la institución.

 

Entre las diversas actividades que realizamos destacamos la identificación, el relevamiento y la digitalización de variados documentos históricos que se hallan en repositorios locales, provinciales y en manos de particulares. A modo de ejemplo podemos mencionar las escasas actas de funcionamiento de la CD que se conservan, los periódicos regionales y locales, la documentación, en distintos formatos, que han coleccionado las y los asociadas/os. Además de un corpus importante de recortes periodísticos, nos han acercado múltiples fotografías que ofrecen pistas para rescatar del olvido parte de la memoria histórica.

 

También, complementamos esta tarea con la recolección de relatos de deportistas y personas vinculadas a la historia institucional (presidentes, miembros de las diferentes comisiones directivas, asociados con una activa participación y sobre todo de las y los deportistas). Ello nos permitió rescatar en primera persona diversas experiencias, trayectorias, anécdotas y voces que ponen en el centro de la escena a los actores y actoras que formaron parte de la organización. Esta información es fundamental para indagar en el recorrido de la entidad. Además, esperamos divulgar ese contenido a partir de la elaboración de un libro-catálogo fotográfico y una página web.

 

Más de cien años.

 

A partir del quehacer conjunto con la comunidad del club sabemos que la oferta y las actividades deportivas variaron con el tiempo y la asociación adaptó sus instalaciones de acuerdo a las demandas sociales. Por ejemplo, podemos mencionar que en la década de 1930 se inauguraron dos canchas de tenis y que, predominantemente, fueron las mujeres las que realizaban esta práctica. En los años ‘90 el paddle fue el deporte preferido por los habitantes y se instaló una cancha para practicarlo. Además del fútbol, se concretaron competencias automovilísticas, de karting, ciclismo, karate y judo; se organizaron exhibiciones de motocross, torneos de atletismo, basket, cestoball, pelota a paleta, bochas, gimnasia artística, patín, entre otros. A medida que la población creció y, en paralelo surgieron otras instituciones sociales que desarrollaron y difundieron los mismos deportes, algunas actividades del club perdieron preponderancia. La modernización de las instalaciones de entidades como la Sociedad Española o la Asociación Unión Vasca también jugó en contra y la práctica de algunas actividades decayó.

 

Además de la promoción deportiva, el Club Atlético Macachín se destacó por desplegar acciones que contribuyeron a la sociabilidad. A lo largo de las décadas, los integrantes de la CD celebraron bailes de carnaval con juegos de entretenimiento, concursos hípicos, exhibiciones aeronáuticas, carreras de sulkys, de automovilismo, festivales de doma y pialada, riñas de gallo, campeonatos de truco o encuentros de payadores. Estos eventos, junto con las rifas, eran las principales estrategias que desarrollaron los miembros de la asociación para recaudar dinero y sustentar todas las actividades que se realizaban, en su mayoría, sin recibir otro tipo de fondos más allá del ingreso mensual por la cuota de socios.

 

Asimismo, el club se distinguió por la organización de espectáculo, que permitieron, a los habitantes del pueblo y zonas aledañas, disfrutar de reconocidos cantantes; a modo de ejemplo podemos mencionar las actuaciones de artistas como Alberto Castillo, el dúo Pimpinela, Julia Zenko, Katunga, Luis Landriscina, Safari, Acuario, Los Plateros, Horacio Guarany (que compuso su canción “Sangra el Mangrullo” inspirada en un desamor que tuvo en esa localidad), Sergio Denis, entre muchos otros. Estos números artísticos generaron la concurrencia de los macachinenses, pero también de vecinos de zonas rurales y de pueblos cercanos, lo que generó un movimiento económico para la localidad.

 

Para los pobladores de Macachín este tipo de actividades significaron la oportunidad de asistir a espectáculos de calidad y, a su vez, generaron ámbitos de intercambio, de ocio y esparcimiento que favorecieron la sociabilidad local. Además, debemos tener en cuenta que hasta la década de 1980 prácticamente no existían discotecas bailables en la mayoría de las localidades pampeanas; por este motivo el club ofrecía la posibilidad de asistir a bailes, pero también concurrir periódicamente a la cantina-bar que poseía.

 

Actualmente, además de fútbol se desarrollan diversas actividades como voley, cestoball, patín, newcom y hockey. Y, en el último tiempo, se incorporó el fútbol femenino. Un aspecto a destacar es la labor que se efectúa en el fútbol infantil, ya que se organizan actividades vinculadas con el deporte, pero también con la función social que tienen los clubes: charlas sobre nutrición -con nutricionistas y psicólogos-, actividades para prevenir las adicciones y el bullying, de contención social -como meriendas-, entre otras.

 

El vínculo del club con otras asociaciones y escuelas locales es notorio. Así, podemos mencionar la colaboración con el mobiliario, prestar la ambulancia y el ómnibus, hasta la coordinación de eventos para no superponer las fechas en determinadas celebraciones o las ventas para la recaudación de dinero.

 

Como toda institución deportiva sin fines de lucro, depende para su funcionamiento de los aportes del gobierno provincial, de la colaboración y donación de sus socios y tiene momentos de prosperidad y de crisis. La participación y compromiso de sus socios es fundamental para sostener esta asociación que es primordial para la localidad.

 

Este artículo pertenece al Programa de Comunicación Pública de las Ciencias Sociales del Instituto de Estudios SocioHistóricos de la UNLPam.

 

* Docentes e investigadoras del Instituto de Estudios SocioHistóricos, Facultad de Ciencias Humanas, UNLPam.

 

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