Lunes 22 de abril 2024

La pasión western

Redaccion Avances 27/11/2022 - 06.00.hs

Narrador, editor y diseñador editorial, Matías Castro Sahilices, nació en Rosario en 1979, y, tras vivir seis años en España y en diversas ciudades de la Argentina, se radicó en San Martín de los Andes en 2010. Es el creador de Salvaje Sur.

 

Gisela Colombo *

 

Como escritor literario, algunos de los cuentos de Matías Castro Sahilices fueron publicados en medios digitales y gráficos.

 

En este artículo, habla sobre Salvaje Sur, su último proyecto. “Salvaje Sur es un proyecto editorial pulp que recupera la estética de las revistas dedicadas al género que se publicaron desde fines de siglo XIX hasta fines de los años ‘60. Este tipo de publicaciones presentaba obras de diversa extensión –a veces cuentos, a veces nouvelles– que venían acompañadas de algunas ilustraciones. Además, entre los textos, se hacía publicidad de diferentes artefactos y servicios. Con respecto a las temáticas abordadas por las publicaciones pulp, podemos hablar de western, aventuras, terror, ciencia ficción, relato extraño (o weird), crimen, por sólo nombrar algunos subgéneros.

 

- ¿Cómo nació? ¿Qué propósito la animó en principio?

 

- Podría decirse que Salvaje Sur nació a partir de un fracaso. En el 2020, participé de un famoso concurso de una entidad bancaria, presentando una historia western interactiva, cargada de efectos de sonido y de ambientación. Además de narrador, yo soy diseñador editorial y siempre me gustaron los rescates estéticos, así que decidí que el formato pulp encajaba bárbaro en la propuesta. La cuestión es que el relato no prosperó en dicho concurso y, preso del enojo, decidí que iba a sacar una versión en papel de aquel proyecto digital. Así que junté algunos cuentos western que tenía, convoqué a diferentes narradores y narradoras de la región y me puse a diseñar el número uno. Cuando imprimí la primera tirada, no pensé que se iba a agotar tan rápidamente. A esa tirada le siguieron otras, y ahí fui entendiendo que el proyecto gustaba y que había que continuarlo.

 

- ¿Qué función tenés en la realización?

 

- Hombre orquesta, jaja. Aunque sea un chiste, tiene mucho de cierto. Actualmente dirijo la publicación, realizo la curación de los textos, curso las invitaciones a los autores y autoras, maqueto y diseño íntegramente todos los números, coordino las ilustraciones, me ocupo de las redes, la distribución, las ferias, etc. Por eso te digo: hombre orquesta.

 

- Más allá de los famosos forajidos norteamericanos que acabaron en nuestra Patagonia, ¿Qué otra relación hay para vos entre el paisaje del Lejano Oeste del Norte y este desierto Sur?

 

- La cuestión no tiene que ver sólo con el paisaje, sino con los géneros que trascienden fronteras, que pueden mezclarse y transformarse en otros. De hecho, la idea es apropiarse del género western y transformarlo a gusto y piacere. Siempre digo que en una Patagonia plagada de bandidos rurales, ladrones de bancos, tahúres, buscadores de oro y cazadores de pieles, todos luchando para sobrevivir en la inmensidad de un territorio salvaje, sobran las historias. A eso sumale los episodios de las guerras civiles, las relaciones con los pueblos originarios, el culto al caballo, las actividades pastoriles: todos ingredientes del western, pero también de la gauchesca y del relato de aventuras. Si bien el paisaje acompaña, sostengo que estas historias funcionan porque se acercan al arquetipo de historia primigenia, al viaje del héroe compilado por Joseph Campbell, a la Ilíada, a la Odisea. Ahí radica esta cuestión común entre las historias contadas en el norte y las contadas en el sur, o entre el western y la gauchesca. Para finalizar la idea del cruce, te cuento una pequeña anécdota: cuando la policía fronteriza acribilló a los bandoleros norteamericanos Bob Evans y William Wilson en Río Pico, además de las armas y varios artefactos, encontraron una libretita con la letra del tango “La morocha”, de Villoldo y Saborido. Qué más puedo agregar a eso.

 

- ¿Qué incidencia tiene el paisaje de San Martín de los Andes, donde vivís, con este producto que es la revista?

 

- La verdad es que funciona un poco a nivel promocional, porque la revista se realiza en la Patagonia y eso llama la atención. Por supuesto que la cercanía a las historias de los bandoleros que asolaron la región también suma unos porotos, pero la verdad es que, desde lo creativo, en mi caso el paisaje no tiene incidencia. Edito esta revista acá como podría editarla en Rosario, en México DF o en Barcelona. Sí existe un gran problema con editar Salvaje Sur acá y tiene que ver no sólo con la distribución, sino con la mirada que se tiene en la capital del país sobre los productos realizados en el “interior del interior”. En un país que sigue siendo unitario, esta cuestión geográfica dificulta bastante la promoción y difusión del proyecto.

 

- ¿Cómo se realizó la convocatoria a los autores? ¿Se trata de textos ya publicados o son inéditos y especialmente escritos para la revista?

 

- Los autores y autoras fueron elegidos por la calidad de sus textos, más allá de sus nombres o sus logros literarios. Muchos autores nóveles me escriben preguntando si pueden colaborar y a todos les digo lo mismo después de mandarles la propuesta de escritura: si el texto es bueno, se publica. Por supuesto que muchos de los y las invitadas están en la publicación porque me gusta lo que hacen, porque los he leído o porque los descubro en otras publicaciones. Asimismo, también me llegan por recomendación de otros autores. A medida que van llegando los textos de los y las invitadas, se hace una curación del material y se decide qué ira (y qué no) en cada número preconcebido. Una vez que tengo los once cuentos que van a componer la revista, se revisan, se corrigen y se los paso al ilustrador de turno. El artista lee cada texto, en conjunto decidimos la escena que será ilustrada. Una vez que recibo todo el material gráfico, me ocupo de definir el orden de los cuentos y de la puesta en página. Finalmente, toca componer las publicidades que llenan los huecos y se conectan con cada uno de los textos. Siempre digo que las publicidades son pequeños universos literarios que reafirman la experiencia de lectura y el proceso de zambullida histórica.

 

- Hay algo llamativo en “Salvaje Sur” y es que desde los diseños de tapa, el color de las páginas y su aspereza natural, las ilustraciones internas, la tipografía y el contraste de la tinta sobre el papel hasta los avisos que la pueblan hay una meticulosa reconstrucción del estilo de publicaciones western tradicionales. ¿Querés contarnos algo del trasfondo de esta estética característica?

 

- La nostalgia es uno de mis motores creativos. Por ello, en el caso particular de Salvaje Sur, la idea fue recuperar el formato de las publicaciones pulp -impresas en pulpa de papel barato - rescatando formatos, tipografías y la estética de las publicidades para generar un universo propio y, a la vez, que se conecte con la memoria emotiva. Si a esto le sumamos la pluma impecable de los dos ilustradores - Diego Fiorucci y Javier Mattano -, y la elección del papel, sólo me resta cuidar los tonos de los textos para que la experiencia de lectura sea análoga a las viejas publicaciones.

 

* Docente y escritora

 

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