La siembra de peces
En este artículo, el autor explica y da detalles históricos sobre la piscicultura, la siembra de peces, en la laguna Quetre Huitrú Lauquen, de la zona de General Acha hacia principios de 1900.
Ruben Salvador Giordano *
El país de monte en la otrora Pampa Central, es quebrantado en su intensidad, por valles transversales con características muy propias respecto a sus orígenes y conformaciones. Para destacar, el valle Quiñe Malal, en sus múltiples interpretaciones como grafema: “un corral” según Guaycochea.
Quiñe (uno), malal (cerco, corral), del diccionario mapuche–español de Sebastián Erize (Cuadernos del Sur); “corral de cortaderas” aporta Alberto Vúletin; “un corral” en “Viaje al país de los Araucanos” de Estanislao Zeballos, entre otras acepciones.
El extenso recorrido del valle está surcado por un arroyo, al que (en los escritos de Zeballos) es llamado Chadi (salado); a lo largo de su serpenteante cauce, une múltiples espejos de agua, con diversas características. Entre las lagunas, se destaca Quetre Huitrú Lauquen o Lafquén, una de las más representativas para los primeros pobladores del Valle que con el transcurrir del tiempo fue nombrado como “Valle Argentino” (en honor al poeta y músico Carlos Alberto Fourcade, achense, apodado por la familia Vanoli de Buenos Aires cómo “Argentino Valle”).
El primer trazado urbano de General Acha (nombre dispuesto por el entonces jefe de la 3er. Brigada de la 3era. División del Ejército Argentino, coronel Manuel Jorge Campos), ocupó un sector de la pendiente Sur de la extensa y rocosa planicie que delimita el valle respecto de ese punto cardinal. De esta manera se ocupaba un sector más elevado del relieve, evitando las posibles inundaciones provocadas por el crecimiento del área palustre. Allí se dispuso el trazado de cinco cuadrículas: una central para la construcción de una plaza (la que llevaría el nombre de General Manuel Belgrano); una al sur, donde se alojaría el regimiento de infantería; otra al oeste, sede de la Comandancia; una cuarta al norte, para el Cuartel de Caballería y, la quinta al este, destinada a construcciones de particulares.
Un 12 de agosto de 1882, se levantó una pirámide donde se depositaría la piedra fundamental, documentación referida a la fundación y algunas pertenencias del entonces coronel Campos.
El sector del valle fue ocupado por inmigrantes de distintas procedencias, destinadas a la producción frutihortícola, animales de granja y, posteriormente al cultivo intensivo de alfalfa. La cosecha (en los primeros tiempos, fue destinada para alimentar a más de 1200 soldados y oficiales, radicados en el área urbanizada).
Don Cirilo.
Se puede citar entre los primeros chacareros o quinteros, a don Cirilo Paoli, un inmigrante procedente de Trento (territorios ocupados a fines del siglo XIX por los austríacos, indicando en la cédula de inmigrante a Paoli como de origen austríaco); el espacio productivo fue bautizado en el nombre de “Quinta Trentina”. El área ocupada por estos labriegos, quedaba (en gran parte) aislada del precario radio urbano, por el sistema de lagunas (de las cuales la más representativa, era Quetre Huitrú). Para cruzarla utilizaban una barcaza de grandes dimensiones, propulsada por remeros conocedores de la navegación.
Entre los múltiples emprendimientos de don Cirilo, se lo considera como el precursor en promover la siembra de peces en dicha laguna; para ello realizó gestiones directas con el gobierno nacional, rescatándose de sus esquelas lo interesante de sus iniciativas. Decidió hacer la gestión, con nota expresa del 14 de mayo de 1906, al área del Ministerio de Agricultura de la Nación, aduciendo al fomento que hacía el área de Ganadería, Zoología y Policía Veterinaria (citando nota del 6 de diciembre de 1905, con la firma del secretario Sr Pedro Ezcurra, donde explica la difusión que se está haciendo en el país, para el desarrollo de fomentar siembras en lugares adecuados, ejemplares de trucha y de pejerrey); para esto, envía planilla con las precisiones del pedido.
La planilla (en el caso de pedido de alevinos de pejerrey) tiene 15 puntos con detalles de mucha precisión, entre otros: “la laguna, ocupando unas 120 hectáreas de superficie, con profundidades superiores a cinco metros; con una vertiente activa al Norte y agua de precipitaciones, procedente del sector OSO; no hay turbiedad y el fondo tiene algo de tosca u otros tipos de rocas; hay un sector de árboles y arbustos de la zona y, además la introducción de: álamos criollos, mimbres, sauces, tamariscos. El espejo de agua es propiedad del Municipio de General Acha. La estación Ferroviaria (donde arribarán los contenedores con los ejemplares de alevinos de pejerrey), se encuentra a unos 300 metros del lugar”.
En corto tiempo, se envía un giro telegráfico, dirigido a don Cirilo, fechado el 24 de octubre de 1906, anunciando el próximo arribo de los alevinos de pejerrey solicitados y expresa, muy especialmente, llevar los elementos de traslado en condiciones para realizar las siembras respectivas. El 5 de noviembre de 1907, existe otro registro telegráfico donde se anuncia la llegada de nuevos ejemplares para su siembra.
Luego de la primera experiencia de siembra de alevinos de pejerrey, con la supervisión del piscicultor Luciano Valette, escribe a la División de Ganadería, Zoología y Policía Veterinaria de la Nación, en mayo de 1907.
En uno de sus párrafos informa: “con sentimiento debo manifestarle al Sr Director que, el resultado ha sido negativo debido (sin duda) a la época avanzada de la siembra, no a la calidad del agua que existen en zanjas que existen en mi quinta; no obstante esto quiero hacer las indicaciones siguientes emanadas de mi observación: como sabe el Sr Valette tenía formadas unas especies de zanjas con agua dulce y un criadero de pececillos traídos de Buenos Aires, los que estaban aclimatados de tal manera, que la procreación se hizo asombrosa y, en una de las lluvias que produjo una creciente, se desbordó la laguna (referido a la Quetre Huitrú Lafquen). El agua de esta laguna invadió las zanjas con mucha potasa (hidróxido de potasio); los pececillos ingresaron por las zanjas a la laguna y allí habitaron con tan buena suerte como si estuvieran en su propio elemento. Saqué entonces 113 pececillos y los alojé en una de las primitivas zanjas provistas de agua dulce y, al día siguiente de este cambio, todos perecieron, lo que prueba que la alimentación se puede hacer en la citada laguna”. Por esta razón, don Cirilo, solicita nuevos ejemplares de alevinos de pejerrey y algunos de salmón para iniciar la prueba. Siempre acompañado por el Sr Valette como guía.
En octubre de 1907, el propio Sr Valette, le escribe desde Castelli (Buenos Aires) y le pide envíe a alguien con las condiciones requeridas, para transportar ejemplares de huevos de pejerrey para la siembra.
El 5 de noviembre del mismo año, el propio director de Ganadería de La Nación, envía una misiva aclarando que, la única manera de enviar ejemplares que soporten el proceso de transporte, es con ejemplares recién nacidos, los que sufrirán menos las inclemencias del viaje.
Recomienda sembrarlos rápidamente en la laguna y, además, le propone que, entrado el periodo invernal, se mida la temperatura del agua para analizar la posibilidad de sembrar ejemplares de trucha.
Con buenos resultados, no solo se desarrolló el proyecto de piscicultura, sino que, además, comienza a enviarse a la zona cercana a General Acha, por la vía del ferrocarril. Así se puede observar que, por nota expresa, al Sr José Gonzáles de la localidad de Hucal, le envío 30 ejemplares para experimentar con la cría en el vivero de su propiedad.
A fines de 1908 don Cirilo había desarrollado la producción de peces, de los llamados “de colores”, “de estanque” o “de pecera” y, con otro nivel de desarrollo, la producción de pejerrey en la laguna. En el primer caso, inicia un proceso de comercialización activa en la zona, y, con su gran vocación de movilizar al ambiente agrario, con donativos de ejemplares a muchos de sus vecinos y amigos. Para afianzar lo expresado, se manifiesta en contenido de remitos y cartas de recepción de los compradores y de quienes recibían pequeños cardúmenes como obsequio.
Algunos de esos documentos explicitaban; un 13 de febrero de 1909, la Sra. Eulogia de Muñoz, da cuenta de haber recibido 36 peces de colores destinados a don Leopoldo Rodríguez (Toay), a Máximo Fernández (Sarandí) y los doce restantes para la que suscribe. En la misma fecha, remite al Sr Cirilo Veralli tres docenas de peces, destinados a estanques de agua semisurgente en la zona.
En carta del 6 de marzo de 1909, los Srs. Franco y Serafín Culla, informan del gran desarrollo de peces en un estanque que contiene unos 310.000 litros de agua. Un 1 de abril del mismo año, los hermanos Conti de la Estancia “Pichi Utracán”, dan cuenta de la ubicación de un grupo importante de peces, en una laguna llamada “de los Patos”; en tiempos de seca, reduce su volumen de agua y trasladan lo rescatado a un estanque que se alimenta de un pozo semisurgente. Pasado unos meses se observa una gran proporción de crías en desarrollo.
A partir de allí, la expansión de la especie, se hace masiva. Revisando cartas y notas de vecinos quinteros, de establecimientos rurales de la región, se puede apreciar: de don Arturo Forteza (2/4/1909); del Sr Ricardo Cabrera; un 17/04/1909; del Sr Marcos Roldán; del 27/08/1909, de la Sra. Lucía Lang off; del 9/11/1909, del Sr Bernardo Valdés Uriburu; del 29/12/1909, del Sr Martín Larraburu (quién fuese posteriormente, Comisionado Municipal de General Acha); del 3/1/1910, firma de Alejandro Prósperi; de Quilmes, provincia de Buenos Aires, carta del 21/02/1910, de la Asociación de criadores de peces Argentina.
A todo esto y, a pesar de la voluntad y la vocación de progreso de don Cirilo, el envío de ejemplares de alevinos de pejerrey para repoblar la laguna Quetre Huitrú Lafquen, comenzó a espaciarse en el tiempo. Por ende, escribe el 2 de enero de 1910 al señor Valetti (el especialista en piscicultura que apoyaba, a nivel nacional su programa de desarrollo pesquero), reclamando por la no recepción de sus pedidos a la Dirección de Agricultura de la Nación.
Estas experiencias que se instalaron en la memoria de los pobladores de la zona, movilizando a grupos de pescadores de General Acha (miembros de la Institución de Caza y Pesca) a reactivar esta siembra con efectivo desarrollo en el período 1998 – 2004.
* Profesor de Historia y Geografía
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