Martes 16 de abril 2024

“Una vez en el trapiche”, de Suma Paz y Oscar García

Redaccion Avances 23/01/2022 - 15.30.hs
Oscar García y Suma Paz, amigos en la música.

Hay recuerdos y momentos, que por más simples y sencillos que parezcan, inspiran las más lindas canciones. Es el caso de “Una vez en el Trapiche”. Conozcamos su historia.

 

 

Ernesto del Viso *

 

 

Sigue siendo para mí muy atractivo y valioso escribir sobre las cosas que nos suceden, sobre anécdotas, aconteceres, vivencias; mucho más que toda invención de laboratorio, que por supuesto los grandes la han hecho y también me han resultado maravillosas.

 

Cuando hay una historia cierta detrás de la canción y en ello los nuestros: Morisoli, Bustriazo de las primeras épocas y sobre todo el Bardino Julio, han sido maestros: me atrae con suma preferencia. Aquellas que han nacido de una situación cierta, son inusitadas.

 

Cuando uno ingresa al recuerdo, laberintos de la memoria en vigilia, es posible que algo se modifique de aquello vivido. Nunca la historia contada será fiel a lo que el alma percibió, minuto a minuto en el antes. Muchas veces el recuerdo se inclina ante la re-creación y sobrevuela la brevedad de la infidelidad de los actos. Pero lo medular sobrevive; ocasiones se agiganta, otras un tanto desvanecidas, le batallan al olvido lo que éste intenta retacear o trasladar a las arenas de las arenas.

 

No obstante ello, la vivencia si amerita trascendencia, vuelve una y otra vez al protagonista de ella. Lo seduce, le intima a precisar el testimonio y estamparla porque no, en una obra de arte o simplemente en ese accionar autobiográfico que ensaya la escritura de un diario.

 

Lejos de la pampeanía en que sumergió por siempre su figura y su voz, Suma Paz recrea una historia simple y humilde, un momento en una población del cuyano San Luis. Recorta el aire de ese día, lo expone y lo expande de tal manera que llega al pensar sonoro de nuestro Oscar García, pues es eso la canción: “... una paloma en vuelo…” (S.P.)

 

Entonces el poema, la letra, acoge en su estructura más íntima al mensaje musical y en conjunto se convierte en canción; ese resumen poético-sonoro de apenas 2 o 3 minutos, capaz de relatar toda una historia.

 

Y se concreta así, lo que Suma Paz formula en el último verso de su obra: “…la comunión de la música entre hermanos”. Una ligazón que cuando vuela la canción, excluye los límites de los que la provocaron y convida al ocasional “oidor” de trovas y la hermandad se amplifica, se expande en anonimia de tantos territorios hasta desconocidos para sus protagonistas. Este es el misterio de la canción, irreprochable e incomprobable por uno solo.

 

 

Poesía y música.

 

Sucumbe con mansedumbre ante la emotividad del semejante que no conoce, que tal vez percibe en la inmensidad del viento que las lleva y las trae de vuelta y las vuelve a repartir como ese acto maravilloso de las “Sueltas de Canciones” que para el día de las infancias, ejercimos con el MOMUSI de Argentina.  

 

La multiplicidad de relaciones sonoras y poéticas en su infinitud, permiten la siempre parición de nuevas obras. El destino de ellas, es impensable. Nadie arriesga parámetros posibles que determinen su precariedad temporal o su decidida persistencia en el tiempo. Pero ahí están para que las abordemos tantas veces como queramos.

 

Ese abordaje depende de múltiples intereses, según quien lo decida concretar. Pero sigo pensando que el aproximarnos al conocimiento previo de algunos pocos elementos que la constituyen o que la originaron, sigue siendo importante y disparador de un nuevo acto de descubrimiento y testimonio. El asombro, la inquietud juegan un papel interesante y definitorio, en ese abordaje de tal acto revelatorio de una nueva canción. En definitiva esa melopea literaria se vuelve a crear y ya no son sus autores u compositores quienes ejercitan esa acción, es el que escucha que aporta su propia sensación, su espíritu. No la deforma nunca, la re-interpreta, la hace suya, porque por el poeta y el músico, habla su propio corazón.

 

Claro está, como me decía hace muchos años el compositor de la música de esta canción: “Ernesto, el arte no debe apuntar a la intelectualidad sino a la sensibilidad del que escucha una canción, observa una obra artística plástica o una obra teatral, o se queda pensando en una artesanía”. Y esta canción que hoy acerco, llega profundamente al corazón del pueblo. Su sencillez, la simpleza del relato porque la historia fue eso, deja en quien la escuche, una brisa de ternura y asombro simples.

 

 

Una historia simple.

 

La historia de esta obra me la contó el ahora lejano sábado 18 de mayo de 2019, el músico Oscar García. “No recuerdo bien el año pero sé que a Suma Paz la habían mandado a actuar a San Luis junto a Víctor Andrada y un recitador de cuyo nombre no me acuerdo. Como estaba previsto, Suma canta a la noche y en esa actuación hace su versión de la bellísima zamba ‘Bajo de un sauce solo’. Andrada, terminada la misma, le pide a Suma que le pase esa zamba y es allí donde la cantante relata la anécdota que la ubica en Tucumán. Luego de esa actuación norteña, se le presentó un señor ya mayor y muy humildemente le refirió: ‘Quiero que tenga esto’. Ese ‘esto’ era un casette con la grabación de ‘Bajo de un sauce solo’; el señor no era otro que Rolando ‘Chivo’ Valladares, su autor, que Suma no conocía. Lo conoce ahí.

 

Pero aquella noche en San Luis, al pedido de Andrada, Suma saca de su cartera aquel casette que le había dado Valladares y se lo presta para que saque la zamba.

 

Al otro día de la actuación puntana de referencia, a los tres los llevaron a realizar un paseo de conocimiento del lugar. Para esto Suma le pide a Andrada que se traiga la guitarra. Andando y andando llegan los tres a Trapiche donde se arriman a un ‘bolichito’ que vendía pan casero, compraron uno y se sentaron a la sombra a degustar ese pan regional, con unas gaseosas. Entre tanto Suma lo interpela a Andrada si ya sacó la zamba a lo que muy suelto de cuerpo Víctor le contesta que sí y se la canta”.

 

Así es de simple y maravillosa la historia que dará pie a esta letra “Una vez en el trapiche”  que luego musicalizará Oscar García. En la canción se cuenta todo, menos que se trataba de la zamba del Chivo Valladares “Bajo de un sauce solo”.

 

Suma conoce allí la obra de Rolando Valladares y la grabará mas tarde en su disco “Canto de nadie” (Epsa Music – 2003), realizando una versión dotada de una gran ternura y demostrando que con lo austero de su voz y su guitarra, se puede lograr una versión con esencia, delicadeza y grandiosidad.

 

Hoy las distintas redes sociales nos permiten acceder a la escucha de la canción que hemos comentado. “Una vez en el Trapiche” fue grabada por Oscar García para su álbum “Distancia” (Edición 2020) y se puede escuchar en la plataforma de Spotify o en YouTube.

 

 

* Músico

 

 

 

“Una vez en el Trapiche”

 

 

Letra: Suma Paz

 

Música: Oscar García

 

 

En la clara mañana del Trapiche

 

alzó el agua su canto desde el río,

 

y halló en la sombra, al frente de un boliche,

 

una guitarra y tres amigos míos.

 

 

Era fraterno el sol del ancho cielo,

 

que amparó el hermoso contrapunto,

 

y la canción, una paloma en vuelo,

 

cuando hombre y río la cantaron juntos.

 

 

En la clara mañana del Trapiche,

 

en la pequeña mesa un pan casero

 

oloroso y crujiente aún entero,

 

se repartió más tarde con la mano

 

y yo sentí que en aquel gesto

 

había otra manera de la eucaristía,

 

la comunión de la música entre hermanos.

 

 

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