La alegría de Cruglack y Sandoval.

(Jacinto Arauz) - Leonardo Cruglack es uno de los jugadores locales que supo sacarle provecho a la experiencia de sus compañeros y de esa manera logró afianzarse con un nivel más que aceptable en el dispositivo que armó Ramón Catalino Ramírez para que Unión Deportiva Bernasconi lograra los títulos.

"Me siento muy feliz. Veo la foto y no lo puedo creer. Estoy disfrutando la noche como única, no sabemos cuándo se va a dar de vuelta", indicó Cruglack a LA CHUECA, al tiempo que agregó: "Bernasconi perdió un año la final por penales ante el mismo rival, por suerte esta vez se nos dio a nosotros después de sumar experiencia. Ojalá sigamos dándole alegrías a este club, a esta localidad".

Con respecto a cómo se acopló con los jugadores que llegaron desde otros lados, "Leo" dijo: "Los chicos que vinieron de afuera lo vivieron igual que nosotros. En el último partido, Emiliano Díaz nos dijo que había que dejar todo porque es muy difícil jugar finales y ellos dejaban lo mismo que nosotros. Estoy orgulloso del grupo. Gracias a Dios con los jugadores que están al lado mío te afianzas o te afianzas. Me formé toda la vida acá en Bernasconi y jugar a esta edad con semejantes jugadores, es una experiencia muy linda y única".

Sandoval

"Gracias a Dios vine con muchos de mi familia. Lo estoy viviendo bien, porque soy muy familiero, porque me queda lejos, pero vinimos un montón" expresó Adrián Sandoval.

Sandoval, que llegó desde La Adela, fue uno de los jugadores que en el medio se hacía sentir, se hacía respetar, con su presencia y por su juego. Y el no desentonar en una zona difícil como la del sur de La Pampa tiene su explicación. "Voy a cumplir 33 años y no me he lesionado nunca gracias a Dios. Juego de los 15 años, hubo partidos que no me pesaron porque el nivel es parecido. Siendo humilde y haciendo lo que te pide el técnico las cosas te tienen que salir bien".

-¿Cómo fue compartir con los locales y los santarroseños en el vestuario?

-Hoy puedo dar una charla ante toda esta multitud. Dentro del vestuario estaba en el medio, porque eran los chicos de Santa Rosa, los del club y yo y siempre hubo distintos puntos de vista futbolísticos pero nunca hubo malas intenciones. No existió el mal compañerismo y por eso llegamos lejos y hoy disfrutamos de esta fiesta. Todos vemos el fútbol diferente, pero cuando todos quieren el mismo objetivo, no hay diferencias".