Miércoles 16 de julio 2025

Logros, austeridad y desazón

Redacción 07/08/2024 - 00.50.hs

Por Fabricio Coller (Enviado especial a París 2024).

 

La producción argentina en los Juegos Olímpicos roza el disgusto. No es novedad, teniendo en cuenta el contexto deportivo nacional y su falta de financiamiento, sobre todo en los deportes amateurs. Habrá que hacer un fuerte análisis y recapitular para intentar una perspectiva mejor, pensando en Los Ángeles 2028.

 

Mas allá de todo, a priori había muchas expectativas en algunas disciplinas grupales como el fútbol, vóley o hockey (en el femenino aún tiene posibilidades). En los deportes individuales siempre surgen algunas sorpresas, de las que ya fuimos testigos con José Augusto "Maligno" Torres en el BMX Freestyle. En líneas generales el desarrollo de las deseadas medallas es bastante más corto que en otros Juegos Olímpicos. La comparación es irremediable: es la vez que menos preseas se alcanzaron desde Sydney 2000 (una sola).

 

Es cierto que cada disciplina tiene su arista, y también que la observación debe realizarse interiormente. Es frecuente ver al hockey en los primeros planos; también al fútbol, pero esta vez no pesó ni la última Copa del Mundo ni sus representantes de Qatar en el equipo de Mascherano. Francia se vengó y festejó como si hubieran obtenido el Mundial, aunque sólo fue un paso a semifinales.

 

El vóley tuvo su cara más débil de los últimos años. Una verdadera pena teniendo en cuenta la generación actual que tanto ha conseguido, incluso el bronce en Tokio pasado. Pero nunca encontró su juego y apenas pudo ganar un set de todos los partidos disputados en la competencia.

 

En handball (Los Gladiadores) había depositadas esperanzas de triunfos y sin embargo no fue la excepción y mostró un opaco nivel. Perdió todo lo que jugó. Por suerte el "Maligno" dio el gran zarpazo y hasta ahora viene salvando la ropa. Se esperaba más, pero la realidad indica que cuando el domingo próximo todo concluya, difícilmente los objetivos estén lejos de superarse.

 

A modo de reflexión, París 2024 demostró un claro retroceso. Las políticas deportivas son un espanto. Con un gobierno que está más preocupado en quitar cualquier tipo de respaldo económico que de planificar un proyecto olímpico a largo plazo. No es casualidad que en menos de un año el cargo de subsecretario de Deporte haya cambiado tres veces. ¡Y justo en el año de los Juegos Olímpicos! Parece a propósito. Lamentablemente para el deporte argentino, el resultado de la malas decisiones está a la vista.

 

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