Miércoles 22 de octubre 2025

Un trabajo que germina a diario

Redacción 22/10/2025 - 09.30.hs

“...Yunador, yunadooor, vamoo Villa Germinal el Desayunador!”, se escucha la voz de Joel al inicio del video. “Es el alentador oficial, es la voz que siempre acompaña. Cuando vamos a los partidos de fútbol él alienta todo el tiempo”, lo presenta Pablo y a Joel se le iluminan los ojos. Tiene 11 años y su cantito abre el ‘fanzine periodístico’ que un grupo de chicos y chicas armaron para contar e informar sobre la historia de ese lugar que nació bajo las brasas de un país incendiado, en 2002, y que hoy sigue siendo un lugar comunitario de ayuda real, contención necesaria, aprendizajes varios y abrazo cálido.

 

“Estuvo bueno armar la revistita, cada uno hizo distintas cosas”, dice con timidez Jenifer (14) sentada junto a Jazmín (11) en el pequeño escenario que sirve para las juntadas musicales que se arman en ocasiones y fechas especiales. Es un sábado por la mañana y ese espacio está cubierto por una sombra necesaria ante el sol y el viento de octubre. Es sábado y el Desayunador está en su día de mayor ebullición. En la cocina se prepara “un alto guiso” para el mediodía, en otro espacio hay unas galletitas para un desayuno, en una sala se brindan clases de apoyo para distintas materias escolares, en la canchita ya se armaron los picados hace rato, en la huerta reluce el verde mientras las carretillas, las palas y rastrillos van y vienen, llegan los nuevos profes para comenzar con un taller de Electricidad y Soldadura, entra gente a pedir una vianda, un grupo de chicos y chicas agrega más pintura al mural reciente en apoyo a Palestina. Nadie parece estar quieto. En el ‘Desa’ siempre hay algo para hacer. Y todo está en movimiento.

 

“La revista se llama ‘Germinal Germina’ y ahí se cuenta un poco como en una línea de tiempo la historia del Desayunador. Es nuestro segundo fanzine, que además de la impresión tiene un video con las voces de los chicos, y la idea es hacerlo todos los meses para seguir contando nuestra historia y al mismo tiempo contar las novedades y las cosas que se hacen”, explica Pablo Prato (33) que trabaja como docente en el nivel secundario y también en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLPam, y que se acercó al espacio de la esquina de Italia y Chaplin hace seis años. Y ya no quiso irse.

 

“En ese momento hice las prácticas universitarias y se incluía el Desayunador, pero esas prácticas parecían más como algo turístico y a mí me motivó porque se trata de una organización independiente, autónoma, y que hace un gran laburo. Estamos con el Bachillerato Popular desde ese entonces y es algo que me entusiasma mucho, al igual que al resto que lo hacemos. Los sábados a las 10 también brindamos apoyo escolar, en mi caso con Matemática, y cada lunes nos juntamos en Asamblea para organizar las actividades que vamos a hacer en la semana. Somos unas 20 personas y todo lo hacemos de forma voluntaria”, le cuenta Pablo a LA ARENA acerca de uno de los pilares en que se apoya el funcionamiento del Desayunador del barrio ubicado al norte de la capital provincial y que los chicos y chicas se encargan de difundir en su rol de “comunicadores”.

 

“Mucha gente que está afuera del barrio nos sigue en las redes sociales y sabe las cosas que se hacen, pero no estábamos tan seguros de poder comunicarnos bien con los vecinos del barrio, por eso los chicos y chicas salieron a repartir el fanzine casa por casa, a contar un poco lo que hacemos y, de paso, preguntar si quieren colaborar con el Desa. Nosotros difundimos datos de la cuenta, hacemos campaña de socios padrinos y madrinas y con esa plata sostenemos los talleres y se compra lo que hace falta. Este es un lugar de encuentro del barrrio, lo sostenemos con plata de la huerta, con alguna peña, con una pizzeada”, agregó Pablo al explicar los andamiajes del funcionamiento diario.

 

Lectura.

 

Micaela Bagliani tiene 31 años y trabaja en la Facultad de Exactas. Es otra de las personas adultas que en su momento se acercó al espacio comunitario y valora que el trabajo para “Germinal Germina” sirva también como lugar de aprendizaje y práctica de los más chicos.

 

“El fanzine es una forma de darnos a conocer, mucha gente sabe que el espacio está pero no conoce todas las actividades que se realizan. Es una manera de acercanos e ir creciendo. Lo hicimos audiovisual como para lograr otra difusión y alcance, y para los chicos a los que les cuesta la lectura. Con la idea del fanzine se ponen a leer hasta que les sale y así practican lectura”, remarca Micaela en un sábado donde esperan entre 40 y 50 personas, la afluencia promedio de ese día de la semana donde se atienden distintas demandas.

 

“De lunes a viernes llegan entre 15 y 20 chicos y cuando salen de la escuela a la tarde se los espera para merendar. Los sábados sostenemos las actividades básicas y vamos renovando cada vez, por eso desayunamos, almorzamos, dibujamos, tocamos los tambores, hay taller de percusión, de guitarra, pintamos un mural. Buscamos darle variedad y atractivo”, agrega Micaela.

 

Formación.

 

Las clases de apoyo ocupan un lugar preponderante en las actividades del ‘Desa’, por eso diferentes docentes se acercan y tienen su espacio para quienes demanden un fortalecimiento del aprendizaje. Un aprendizaje que se ramifica a través de distintas propuestas, como la de las prácticas comunitarias y que el sábado pasado, por ejemplo, se extendió con un taller de Alfabetización y otro de Electricidad y Soldadura.

 

“Soy profe de secundaria y estoy haciendo la licenciatura en Educación, y dentro de la currícula están las prácticas comunitarias y elegimos hacerlas en el Desayunador a través de Electricidad y Soldadura. Vamos a brindar los elementos básicos como para hacer cosas en la casa y por supuesto que abordaremos algo clave como es la seguridad para hacer los trabajos”, detalla Ernesto justo antes de recibir a Oscar, el primer interesado en realizar el taller.

 

Claudia y Noelia son maestras de jardín y, según cuentan, participaron de las asambleas para, a partir de allí, organizar su trabajo. “Básicamente nos contaron qué necesitan, cuál es la situación y lo que se puede hacer a partir de esas necesidades. Para nosotras es muy importante salir del aula y venir al territorio, tener ese contacto imprescindible para saber de primera mano cuál es el panorama”, destacaron.

 

Ejes.

 

Tanto en el fanzine como en el video, y también en las paredes del espacio, se recorre la historia del Desayunador y se resaltan los cinco ejes por los que se rigen desde hace más de 20 años: Soberanía Alimentaria, Género, Educación Popular, Tierra y Vivienda Digna y Pueblos Originarios.

 

“Sobre esos ejes se trabaja de manera permanente, en Género por ejemplo un sábado por mes se realizan reuniones de mujeres para abordar sus derechos y sobre la violencia, con la soberanía alimentaria tenemos la huerta y los chicos salen a vender y se quedan con esa plata. Proyectamos también un gallinero como para tener otro ingreso a través de los huevos, con Educación Popular se brindan las clases porque en muchos casos las carencias son en distintos aspectos, y lo educativo es fundamental para que los pibes y pibas puedan mejorar su formación”, sostiene Miki Fiol, uno de los fundadores y referente del Desayunador y que reconoce que el escenario socio económico actual es muy complicado. Para el ‘Desa’ y para la mayoría de la población.

 

“Desde diciembre del año pasado tenemos un pico de crecimiento de las viandas, antes no nos pasaba eso y la comida tenía un rol secundario. El objetivo primordial era compartir el tiempo con los chicos y hacer las actividades, pero hoy lo urgente es asegurar las necesidades básicas. Nos han corrido los ejes de la lucha, en 2019 buscábamos el acceso a la vivienda digna y hoy no podemos comprar la carne de los sábados. Hoy la lucha es otra”, asegura Miki antes de enumerar las múltiples variedades que germinan en la huerta: cinco variedades de lechuga, acelga, espinaca, rúcula, tomates, romero, apio, curry, ruda, cebolla de verdeo, entre otras.

 

En las ollas ya se mezclan algunas de esas verduras y en cada rincón del Desayunador alguien hace algo mientras espera el plato de guiso. En la canchita, el fútbol abre el apetito; en el espacio que funciona como aula, las clases de apoyo incrementan las ganas de llenar el estómago; el trabajo en la huerta despierta las ganas del plato en la mesa y en esa esquina de Villa Germinal avanza otro sábado de contención y de aprendizajes, de comunidad y de ayuda mientras la voz de Joel se prepara para que en el nuevo número de ‘Germinal Germina” se escuche fuerte eso de “Yunador, yunadooor, vamo yunadooor”.

 

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