Miércoles 30 de julio 2025

La Policía pampeana salvó a un inocente

Redacción 14/04/2010 - 01.02.hs

El trabajo realizado por personal de la División Criminalística "salvó" de una segura acusación a un albañil de 37 años. El caso de la pequeña Leonela, violada y hallada en un volquete, conmocionó a Puerto Madryn.
Leonela Aguirre tenía 10 años y el 17 de marzo apareció violada y sin vida en un contenedor con escombros en la ciudad chubutense de Puerto Madryn. Había desaparecido el día anterior al salir de la escuela. Enseguida la policía y el poder político le apuntó a un sospechoso, Pablo Bell, un albañil de 37 años que vivía cerca de la casa de la familia de la niña y que una vecina dijo haber visto cuando se llevaba a la víctima a su vivienda. Por eso una jueza lo procesó con prisión preventiva por 30 días (ese plazo vence hoy).
¿Qué tiene que ver este crimen con La Pampa? Que como la policía de Chubut no cuenta con la tecnología necesaria para analizar las pruebas colectadas del cuerpo de Leonela, envió a La Pampa los levantamientos de un centenar de muestras papiloscópicas (huellas digitales, palmares y plantares) para que sean analizados por personal de la División Criminalística.
La conclusión no fue la esperada por los investigadores: después de revisar los rastros traídos desde Chubut, Criminalística descartó que Bell -que no tiene antecedentes- pudiera ser el asesino. Muy a pesar de que la policía de aquella provincia llegó a anunciar públicamente -y así lo reflejaron los medios de prensa- que había detenido al asesino y violador de Leonela. Y de que hasta el propio gobernador Mario Das Neves hablara del caso. "Fue una tarea que duró dos semanas porque hubo que cargar ese material en el sistema AFIS (ver aparte) y luego cotejar las muestras", indicaron fuentes locales.
La autopsia reveló que la causa de la muerte fue asfixia por estrangulamiento y que el o los victimarios utilizaron un cable para ahorcar a Leonela. Si Bell fue preso se debió a que la testigo clave afirmó haberlo visto ingresando de la mano de la menor a una vivienda y haber observado con nitidez los rostros de ambos. Igualmente, la justicia chubutense todavía está esperando los resultados del ADN para cotejar unas manchas de sangre.
El caso conmocionó a Puerto Madryn, a tal punto que los restos de la niña fueron despedidos por una multitud y se organizaron marchas en reclamo de justicia.

 

¿Huellas de un policía?
El envío de las muestras a La Pampa generó críticas de la prensa, con el argumento de que la Policía de Chubut destinó cientos de miles de pesos a la adquisición de tecnología, instrumental, laboratorios y logística para la investigación científica de los delitos, pero al momento de tener que resolver el crimen no pudo hacerlo.
Con relación a las huellas dactilares recogidas de la bolsa que cubría la cabeza de la niña asesinada, la tecnología existente en Chubut mostró trece coincidencias con las del único detenido, lo que permitió a los investigadores incriminar aún más a Bell. Pero el mismo perito que realizó ese cotejo recomendó que la prueba sea sometida a un instrumental más avanzado, por lo que las muestras fueron remitidas al laboratorio pericial pampeano. Las pruebas patológicas, en cambio, se enviaron al Instituto Balseiro, en Bariloche, Bahía Blanca y La Plata.
A sabiendas de que difícilmente la justicia pueda mantener encarcelado al albañil, el Diario de Madryn informó ayer que la huella dactilar hallada en la bolsa que cubría a Leonela sería del primer policía que llegó al contenedor, ya que habría tocado el cuerpo para constatar que estaba muerta.
A su vez la fiscalía pediría una prórroga de 10 días para mantener la acusación contra Bell, ya que recién esta semana llegarían los resultados de una serie de comparaciones de perfiles genéticos; aunque sería un hecho que esas muestras serían insuficientes en calidad y cantidad para poder encontrar a un posible culpable.

 


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