Sabado 22 de noviembre 2025

En nueva ubicación, vuelve Cine Amadeus

Redacción 22/11/2025 - 00.11.hs

El Cine Amadeus –que cerró sus puertas años atrás, en plena pandemia- volverá a abrir en un nuevo y moderno escenario. Será en el paseo que Marinelli SA viene levantando al lado de donde funcionó su histórica librería.

 

En la calle Coronel Gil 457 la firma viene terminando un innovador complejo –”no será un shopping, sino un paseo”, dicen sus propietarios- que será inaugurado en los primeros días del mes de diciembre. El lugar pretende convertirse en un punto de encuentro para la sociedad santarroseña, y sumará como gran atracción una sala de cine con 120 butacas.

 

Vuelve Amadeus.

 

Será una suerte de remake del Cine Amadeus, que tan gratos recuerdos le trae a los santarroseños. Aquella sala que administraban Walter Geringer y Bettina Tueros debió cerrar sus puertas pero siempre quedó en los propietarios la idea de reabrirlo alguna vez, más allá que posteriormente pusieron en marcha Milenium. Esta pantalla es, junto al espacio Incaa, la única que hoy exhibe películas en la ciudad.

 

De la imprenta a hoy.

 

Hace exactamente 88 años don Rodolfo Marinelli (p) se ubicaba con su imprenta de obra en Coronel Gil 457 (donde ahora está la librería, que con el tiempo sumó material escolar, tecnología y amoblamiento comercial, entre otros rubros). La firma se denominaba entonces “Marinelli e hijo”.

 

No podía saber don Rodolfo que su hijo del mismo nombre, pero a quienes hemos conocido como Titi -un visionario de los negocios- iba a convertir la empresa en un emporio muy reconocido.

 

Aporte a la ciudad.

 

Hace un tiempo Marinelli compró una propiedad al lado de la librería, donde supo funcionar la Rotisería “Carlitos” –de la familia Mansilla- y posteriormente un inmueble baldío aledaño que tenía como mayor atractivo un naranjo. Así se dispuso de un terreno de unos 35 metros de frente por 40 de largo.

 

¿Qué hacer con ese espacio? Roberto Nevares y su esposa María Laura –hija de Titi y Nylda Isabel García- empezaron a darle vueltas al tema. En ese momento participaron de la idea al padre (Titi), quien de inmediato avaló el proyecto. “Él siempre quiso que fuera un aporte para la ciudad”, afirman ahora sus hijas.

 

El naranjo no se toca.

 

Encargaron el proyecto y dirección a Arias Ranea Arquitectos (Fernando Javier Arias y Andrea Ranea), estudio que puso como condición que el naranjo –de importante altura- que estaba ubicado en el baldío no se tocara. Así que toda la planificación se hizo en torno a ese hermoso ejemplar que quedó en medio de la flamante obra.

 

Trasvase generacional.

 

Esta iniciativa, cabe destacar, de algún modo apunta a que sea una suerte de trasvase generacional, porque no sólo estarán involucrados los “mayores” de la familia, sino que también los nietos de Titi y Nylda participarán activamente.

 

En estos días, aún en plena efervescencia de obreros trabajando, que unen estructuras, pulen pisos y pintan, LA ARENA dialogó con los protagonistas de esta aventura comercial. En los tiempos que corren no es fácil afrontar una empresa como la que proponen, y así lo fueron contando Roberto Nevares y su esposa María Laura; charla a la que pronto se sumó Walter Geringer, que con Bettina Tueros se harán cargo de la administración del cine, ubicado en la planta alta del edificio que va tomando formas.

 

Se inaugura próximamente.

 

Se sabe que Marinelli es propiedad de María Laura y su hermana Marisa, en tanto Roberto Nevares es el presidente de la sociedad. Se nota en los empresarios un entusiasmo singular por lo que viene, de modo tal que ya están pensando en la inminente inauguración. “Creemos que en los primeros días de diciembre va a estar en marcha”, expresa Nevares.

 

Es María Laura la que acota que sus hijas, Martina y Carola, van a participar de lo que viene. “Ellas y Clemente, mi sobrino, el hijo de Marisa, han hecho una sociedad. Y se van a hacer cargo del bar y el restaurante... y atrás va a haber una especie de mercadito gourmet, una cosa así, con la idea de trabajar con productores todos pampeanos. Y en el piso de arriba una cosa nueva… lo que yo llamo un espacio de mujer”, señala.

 

Lo que viene.

 

Es optimista de cara a lo que viene, y se alegra que los más jóvenes “se complementen bien con la edad de los otros chicos de la familia y con algunos amigos. Entonces hay como una generación ahí que empieza a hacerse cargo para trabajar en algo tan lindo”, reflexiona.

 

Parte del nuevo inmueble va a ser ocupado por lo que hoy se ofrece en el local de Marinelli que está en Pellegrini 155. “Aquel lugar también es nuestro y va a quedar vacío por ahora… y ya veremos que se hace, porque hoy estamos enfocados en terminar esto lo más rápido posible”, explica Roberto.

 

El cine.

 

Walter Geringer está entusiasmado, y no lo disimula. María Laura Marinelli es una cinéfila declarada, y fue ella quien hablando con Camila, hija de Walter y Bettina, empezaron a darle forma a este proyecto.

 

“Habíamos cerrado Amadeus en pandemia, por una cuestión de que el local era alquilado. Nos quedó todo el equipamiento, proyectores y butacas, y siempre pensamos que alguna vez podríamos tener la oportunidad de reabrirlo. Así que en una reunión con ‘los Marinelli’ comenzamos a hablar de esto... diría que fue ‘el comienzo de una gran amistad’”, resume Walter utilizando una frase clásica de “Casablanca” (una de las películas más icónicas de la historia del cine).

 

Reflotar Amadeus.

 

“En esa reunión –sigue Geringer- nos mostraron los planos, la idea, el proyecto… Quedé enloquecido porque la verdad que con Bettina estábamos buscando la chance de poder reflotar Amadeus en otro sitio. Con ella somos socios y compañeros de aventuras, así que por supuesto aceptamos el convite”, completa.

 

“Y va a ser Amadeus, que fue una sala que resultó casi como un hito dentro de la historia del cine en La Pampa. En este complejo va a formar parte de un todo. Va a tener una programación de diferentes horarios… será un paseo en el que la gente no sólo va a venir a comer, a tomar algo, o a revisar ropa, sino que también podrá ver una buena película”.

 

Dejarle algo a la ciudad.

 

Roberto Nevares se hace un momento para recordar a quien fue el mentor de Marinelli tal como hoy lo conocemos. “Titi ya estaba alejado de la actividad, pero sabía y estaba al tanto de todo. Ha sido una persona a la que le ibas con propuestas, con cosas para hacer, e inmediatamente después de evaluarlas las aceptaba. Fue un hombre desafiante de la realidad, y quien tuvo la suerte de trabajar con él supo de su capacidad. Siempre quería más, construir, que el negocio siga creciendo… Cuando le llevamos este proyecto fue el primero en decir ‘adelante, vamos a seguir en esta línea y dejándole cosas a la ciudad’. Y de eso se trata, no tanto de crecer como empresa y transformarla en una multinacional, sino dejarle cosas a Santa Rosa con la firma Marinelli. Y en eso estamos”, cerró.

 

La nueva sala ya está lista.

 

Los propietarios y quienes administrarán Amadeus en el “Complejo Marinelli” quieren que sea una sorpresa, de modo tal que ni fotos dejaron tomar de la sala. “La idea es que el público la conozca el día que se inaugure”, expresan. Pero se puede decir que ya está todo listo para proyectar la primera película.

 

Cuando se ponga en marcha, junto a Milenium serán los dos cines de la ciudad. Si bien de vez en cuando el espacio Incaa ofrece algunos filmes.

 

Dicen los que dicen saber que la primera función de cine -cuando La Pampa todavía era Territorio Nacional- tuvo lugar el 1º de junio de 1901. Fue a sala llena en el salón de la Sociedad Italiana de Santa Rosa de Toay, para ese entonces la capital territoriana, y días más tarde se repitió la programación en la Asociación Española.

 

Está registrado que alguna vez hubo proyecciones de prueba en la Confitería del Gas, propiedad de Rogelio Vidal, y en 1906 en la Confitería La Central, también conocida como Bar Cortázar.

 

Salas emblemáticas.

 

En Santa Rosa fueron emblemáticos el Español –donde está el Teatro- y el Marconi. Más tarde, de la mano de la familia Pracilio se iban a sumar en 1959 el Gran Norte, después el Monumental en 1963, Don Bosco en 1967, y en 1972 el América.

 

Hubo otros intentos que se fueron desvaneciendo, como el Autocine en cercanías del viejo autódromo de la ciudad; y proyecciones en la Escuela Hogar; más ciclos organizados por la Dirección Provincial de Cultura, la UNLPam y el Club Estudiantes.

 

Walter Geringer y Bettina Tueros se animaron por primera vez a hacerse cargo del Don Bosco. Fue a partir del 1º de septiembre de 1995. Más tarde, cuando cerró, pudieron emprender Amadeus en Coronel Gil 31, y con el tiempo Milenium en Escalante 270.

 

Ahora la nueva sala de 120 butacas está lista y también la maquinaria. Se trata en parte de material heredado del antiguo Amadeus, y algún proyector proveniente de Milenium que renovó algo sus instalaciones. El desafío está planteado, y tal como ya lo hicieron antes, Walter y Bettina están preparados para afrontarlo.

 

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