La emoción de recibir la casa propia

Camiones, camionetas, motocicletas y fletes cargados de colchones, muebles, heladeras y demás mobiliario llenaron ayer el sudeste de la capital pampeana. El sueño de la casa propia se hizo realidad en 102 familias santarroseñas. La emoción, felicidad, el dejar de alquilar, de vivir con familiares, el poder pensar en otro futuro fue lo que se vislumbró en las caras de las personas adjudicatarias que tras recibir la llave, inmediatamente, se instalaron en su vivienda para comenzar a escribir la historia del nuevo hogar.

 

Las historias de cada familia son diferentes, los años de espera también. Algunos pasaron casi toda su vida esperando la casa propia y otros tuvieron un golpe de suerte y en solo unos meses ese sueño se hizo realidad. Algunas familias son más numerosas que otras. Pero a todos los invadió el sentimiento de felicidad que se trasladó a todos los familiares, amigos y allegados que se acercaron a ayudar a las personas adjudicatarias con la mudanza.

 

Durante todo el día de ayer, se pudo observar en la ciudad muchos vehículos cargados de muebles del hogar. Y todos se dirigían al sudeste de la ciudad. No importó el viento ni la tierra porque todos aprovecharon el día para instalarse en la nueva vivienda. Hubo muchas risas, abrazos, felicitaciones, música y obviamente que muchos se juntaron ayer por la noche para festejar el fin de semana largo y el nuevo comienzo.

 

Techo digno.

 

Claudia Marcela Lucero fue una de las adjudicatarias de la vivienda accesible porque su hijo de 12 años tiene una discapacidad motriz. De forma muy amable invitó al equipo de LA ARENA a ingresar a su vivienda para recorrerla. Se disculpó porque según ella tiene la casa "despelotada", pero no es nada más ni nada menos que el proceso de mudanza, ese que esperaron doce años, los años que tiene Agus.

 

"La casa es muy bonita, es mejor que pagar alquiler, pagás lo tuyo y es techo digno", es lo primero que dijo porque "pagar 25 mil pesos hoy en día es imposible para alquilar" una vivienda en Villa Germinal. "Teníamos cucarachas, ratones, se nos llovía, era un desastre", agregó.

 

Ayer por la tarde no sabían si iban a terminar de acomodar toda la vivienda, pero comenzaron de a poco. "Ya trasladé algunas cosas, pero nos falta la cocina y tengo que entregar la llave. Quiero dejar el otro departamento limpio porque ya lo alquilaron también, un poco más y la dueña casi me saca a la calle. Le pagué 15 mil pesos más", lamentó Claudia y contó: "Tengo que dar de baja el otro gas y la luz, no tuvimos tiempo. El miércoles tenemos que pasar la tutela para los servicios de esta casa".

 

Orgullosa mostró su nuevo baño accesible. "Es grande, todavía no está limpio porque no terminé", volvió a excusarse. También mostró su felicidad porque los espacios son más grandes y lamentó que "todos los muebles se rayaron a causa de la silla de rueda porque no teníamos espacio. Ahora vamos a poder agregar otro mueble más en la pieza".

 

La casa de la familia fue una de las tantas que colocó rejas a todas las ventanas para mayor seguridad. La mujer también ya conoció a la vecina lindante. "Ya nos prestamos cosas que necesitábamos. Hay que conocerse con los vecinos por si los necesitamos en un caso de emergencia", aseguró.

 

Por último, la familia de Claudia lamentó que el termotanque tenía una pérdida y no podían usarlo para bañar al niño. "Nos dijeron que hoy mismo (por ayer) iba a venir a arreglarlo. Tengo que bañar al gordito y no quiero volver a calentar agua en una olla cuando tenemos esta comodidad", dijo con razón la adjudicataria. "Es nuestra casa. No la esperábamos, pero llegó", afirmó.

 

Golpe de suerte.

 

Otra familia adjudicataria es la de Martín Emiliano Molina. Con mucha felicidad y festejos, toda su familia estaba descargando el mobiliario desde una camioneta roja. "Una cantidad de sentimientos mezclados, es felicidad, tristeza por abandonar una vida en otro barrio, pero ahora es un nuevo comienzo", dijo en diálogo con este diario. "Somos jóvenes, con mi señora tenemos 28 años, con un nene de un año y medio y que se nos dé la oportunidad de tener la casita nos satisface a pleno. Ahora a progresar y seguir", aseguró.

 

Describió que tuvieron un "golpe de suerte" porque solo estuvieron inscriptos en el IPAV cinco meses. "Se tenía que dar de esa manera y así se fue dando todo: nos pusimos de novios rápido, enseguida nos enteramos que ella estaba embarazada, ahora nos tocó la casita. En un lapso de dos años fue increíble la cantidad de bendiciones", relató.

 

Contó que anteriormente se encontraban alquilando un monoambiente en el barrio Mataderos. "Era chiquito, teníamos una pieza para compartir los tres, una cocina que nos daba vergüenza invitar a la gente porque era muy chica y no había lugar. Incómodo pero teníamos un techo", señaló.

 

Ahora celebró que "la casita es innovadora, con un diseño único a comparación de los otros planos del IPAV, son amplias. Cuando las estaban construyendo las vinimos a ver, tiene muchas comodidades, con dos calefactores, un termotanque y una cocina. Lo bueno es que te la entregan con servicios de gas y electricidad".

 

"La familia siempre está, es indispensable", dijo visiblemente emocionado al mencionar a las personas que los estaban ayudando y aseguró que ayer iban a celebrar con un asado, el primero de muchos.