Sabado 14 de junio 2025

¿Mendoza pagó la consecuencia de apropiarse del agua del Atuel?

Redacción 14/01/2025 - 00.15.hs

La fuerte crecida en el río Atuel, en el sur de Mendoza, ocurrida el sábado recién está comenzando a mostrar sus consecuencias para esa región. No solo porque afectó a las centrales eléctricas I y II del complejo de los Nihuiles, sino porque provocó graves daños en la infraestructura del Cañón del Atuel, uno de los atractivos turísticos del sur mendocino.

 

Ayer, el diario San Rafael, de la ciudad homónima, informó que la crecida fue similar a otra ocurrida en 2006, cuando el río ingresó con dos metros de altura a las centrales eléctricas y su caudal llegó a los 500 metros cúbicos por segundo. Algo parecido, creen, ocurrió días atrás.

 

Pero lo llamativo es que, según el artículo periodístico, los 150 milímetros que llovieron en apenas dos horas en esa zona, se combinaron con el “fuerte caudal” del río Atuel. Según datos del Departamento General de Irrigación del gobierno de Mendoza el domingo último -un día después de la crecida- el Atuel llevaba 66 metros cúbicos por segundo, 11 metros por encima del caudal histórico. A su vez, se informaba que el embalse Valle Grande, ubicado aguas abajo del lugar donde ocurrió la crecida, usaba 48 metros cúbicos por segundo para riego.

 

Respecto al nivel del dique El Nihuil no había datos, pero este diario publicó a fines de diciembre que por primera vez en diez años habían tenido que abrir las compuertas para permitir que escurra el agua.

 

La pregunta que cabe hacerse es si la voracidad de Mendoza por el agua del Atuel y su histórica postura de no permitir su escurrimiento natural hacia La Pampa no influyó también en la crecida del río y sus desastrosos efectos.

 

Rutas cortadas.

 

Como consecuencia del temporal del sábado por la madrugada, la ruta 173 conocida como el “Cañón del Atuel” se encuentra inhabilitada desde el dique Valle Grande hasta la represa de El Nihuil. Según un informe difundido por la Dirección Provincial de Vialidad, también se mantiene intransitable la ruta 150 que va desde Villa 25 de Mayo hasta Agua del Toro. La crecida de los ríos durante el fin de semana también dejó intransitables los caminos turísticos en el Valle de Uco.

 

Según los medios cuyanos, varias cuadrillas de Vialidad Provincial trabajaban ayer en el departamento San Rafael sobre la ruta provincial 220, que mantenía “algunos tramos cubiertos con barro”, razón por la cual este camino fue habilitado solamente hasta el hotel abandonado. En ese tramo, las autoridades recomiendan “transitar con vehículos 4x4 y mucha precaución”.

 

En los casos apuntados, las rutas permanecerán cerradas “para todo tipo de vehículos, sin excepción” debido a los derrumbes, acarreos y deslaves ocurridos durante el temporal.

 

En plena temporada de vacaciones, el temporal le asestó un duro golpe a una de las industrias más prósperas de la zona: el turismo. La reparación de ese extenso tramo del Cañón del Atuel que resultó destruido seguramente demandará muchos meses de trabajo, que excederán largamente esta temporada turística.

 

Cruz Roja.

 

Mientras tanto, la filial de la Cruz Roja Argentina en San Rafael desplegó un operativo de asistencia para ayudar a familias damnificadas por la fuerte tormenta que azotó esa región. “Nos sumamos y nos acercamos a la delegación para ver en qué necesitaban nuestra ayuda, y nos asignaron la tarea de visitar casas de personas que se habían anotado para recibir colchones”, explicó Lucía Villatoro, coordinadora de Juventud de la Cruz Roja.

 

La voluntaria también explicó que las tareas consisten en relevar diariamente los hogares para confirmar necesidades de cada familia. “Además de colchones, muchas familias necesitan nylon, membranas y otros materiales para reparar sus viviendas”, agregó.

 

Los daños provocados por la tormenta fueron significativos, y muchas viviendas registran techos dañados y pertenencias inutilizables.

 

Villatoro también comentó que “este equipo se está capacitando constantemente para responder ante cualquier suceso, como accidentes o fenómenos climáticos” y recordó que “a nivel nacional Cruz Roja cuenta con un programa que registra eventos climáticos y desastres para coordinar posibles ayudas desde su sede central”.

 

Pérdidas del 100%.

 

El lunes 6 de enero, cinco días antes de las lluvias que el sábado provocaron el desborde del río Atuel, un intenso temporal de viento y granizo había destruido techos e instalaciones y obligó a declarar la emergencia climática en San Rafael. “Parecía que un gigante había arrancado los techos de las casas y los hubiera levantado”, aseguró Samuel Barcudi, presidente del Concejo Deliberante.

 

En diálogo con el diario San Rafael, el funcionario añadió que “el daño fue completo, tanto en términos materiales como sociales” y anticipó pérdidas totales en la producción agrícola, principal sustento económico de la región. “Estamos registrando una pérdida del ciento por ciento en la producción, un desastre que afecta directamente a la economía local y al empleo. Y a esto debemos sumarle destrucción de viviendas, servicios básicos como luz y agua, y una sensación general de desesperanza entre los vecinos”, lamentó.

 

La catástrofe no solo arrasó con techos y árboles. También dejó a miles de familias en una situación de extrema vulnerabilidad.

 

La declaración de emergencia permitirá al municipio “actuar con mayor rapidez para adquirir bienes y servicios esenciales, como materiales de construcción, alimentos y generadores eléctricos”, porque no sería posible “esperar los tiempos normales de la administración pública, cuando una licitación puede llevar meses”.

 

La emergencia habilita a los municipios para “realizar contrataciones directas, de manera ágil y con el único objetivo de atender necesidades inmediatas de familias afectadas”. Entre las primeras acciones tras la emergencia estuvo el trabajo conjunto entre gobierno provincial y cooperativas para despejar caminos y restablecer servicios: “el restablecimiento de la luz era prioritario, porque sin electricidad no hay comunicación ni agua potable. Además, adquirimos generadores especiales para las cámaras frigoríficas que conservan lo poco que pudo cosecharse antes del tornado”.

 

Sin embargo, las autoridades mostraron gran preocupación por las consecuencias a largo plazo: “si bien hoy la urgencia es restablecer servicios y atender necesidades básicas, en unos meses el problema será otro porque muchas personas se quedarán sin trabajo debido a la falta de cosecha. Esto tendrá un impacto social enorme y debemos imaginar medidas que sostengan el empleo”, concluyó Barcudi.

 

Temporada “un poco floja”.

 

El presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, Gabriel Brega, fue consultado por el diario UNO sobre las consecuencias del temporal y la crecida para el turismo. “En este momento se está evaluando y tratando de llegar con las máquinas a los sectores afectados”, dijo. A la dificultad para llegar, se suma que algunos puntos siguen sin energía. Sobre el impacto del evento climático en las reservas y la marcha de la temporada, Brega admitió que ya venía “un poco floja” y consideró que “no por este problema va a dejar de venir gente”.

 

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