Jueves 25 de abril 2024

“Queremos una Justicia severa y serena”

Redacción 01/02/2023 - 08.12.hs

La Asociación Civil Usina de Justicia acompañará este jueves a la familia de Lucio Dupuy durante la lectura de sentencia contra las imputadas Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez. “Queremos una Justicia justa y una pena severa que es la prisión perpetua, pero si no es serena nos parece aberrante”, afirmaron al mencionar las publicaciones en redes sociales para que las acusadas sean maltratadas en la cárcel.

 

Es importante explicar que la Asociación se creó en 2014 para acompañar y ayudar, en distintos aspectos, a los familiares de víctimas de homicidios y femicidios. Uno de sus integrantes es Guillermo Bargna, padre de Soledad, una joven de 19 años que fue asesinada por un violador liberado en 2009.

 

Además de auxiliar a familiares, el objetivo de la Asociación es cambiar ciertas leyes. “Guillermo estuvo al frente de la lucha por la promulgación de la Ley de Víctimas, para que la víctima sea parte, que no sea un elemento de prueba, sino que sus derechos sean respetados, que no tenga que sufrir el calvario de la revictimización, que no tenga que sufrir la humillación en la comisaría”, explicó a LA ARENA el abogado Ricardo Picozzi, quien también forma parte de la Asociación.

 

Caso Lucio.

 

El letrado explicó que se hicieron eco del caso que conmociona el país “desde el primer momento”. Aseguró que le llama la atención la presunción de que “los niños están siempre en sus casas seguros cuando esas paredes que debían protegerlos, son en ocasiones trampas”. También recordó que “durante un año y 20 días el niño fue torturado. Es increíble cómo los que estaban obligados a actuar no hicieron nada, como por ejemplo la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes y la Asesoría de Niños, Niñas y Adolescentes, los hospitales, la escuela, la Policía, los vecinos que veían lo que pasaban. Cualquiera podría haber evitado esto”, afirmó.

 

“Queremos una Justicia justa y severa, pero también serena”, sostuvo y agregó: “Que todos sean iguales ante la ley, o sea que se les dé el máximo de la pena a los padres que mataron a Renzo, a Milena, a Jaír, a Marcelino y Pía, a Milo y a tantos más. Aunque suene duro, mientras están encerrados no pueden matar y la posibilidad de sufrir tan tremendo castigo tal vez disuada a algún otro monstruo”.

 

En ese sentido, explicó que en el caso de Lucio, “suponiendo lo que todos suponemos, que las madres y la novia de la madre son culpables, les corresponde prisión perpetua con la accesoría de reclusión por tiempo indeterminado. Dicho de otra manera: se van a morir en la cárcel, pero que se mueran de viejas, no asesinadas por reclusos o por martirios carcelarios. Queremos una Justicia severa que es la prisión perpetua, pero si no es serena nos parece aberrante”.

 

Por otro lado, lamentó que le otorgaran nuevamente la tenencia del niño a Magdalena Espósito Valenti. “Hay una presunción que con las madres es donde mejor están los niños, pero los estudios Resnick las estadísticas de Bolivia, Uruguay y España indican que dentro del hogar son más peligrosas las madres que los padres”.

 

Proyecto de ley.

 

Picozzi también se refirió al proyecto de Ley Lucio, al cual también acompañarán con la visita del jueves. Si bien creen que es importante para que “ningún otro niño sufra el martirio que padeció Lucio Dupuy”, hay algunos puntos que se pueden mejorar.

 

En primer lugar señaló que el proyecto “hace mucho hincapié en capacitación para funcionarios, organismos y en cómo denunciar, pero sobre lo que se les va a capacitar es algo que ya deberían saber”. Asimismo celebró el logro que se pueda denunciar de forma anónima. “Si tu pareja golpea a tu hijo podés denunciar y que no se entere, o si sos el vecino y tenés miedo que te prenda fuego el auto también lo podés hacer”, acotó.

 

Una vez que la ley esté sancionada, desde la Asociación pedirán que se agregue que el agravante por ascendente incluya al padrastro, madrastra o familiares adultos. “Hay muchos formalismos que aprovechan los abogados defensores porque si el ADN no indica que es el padre o madre del niño no tiene ese agravante, pero era el adulto que estaba cuidándolo. El que mata al niño que debe cuidar es tan culpable como el padre de sangre”, afirmó.

 

Otro punto que mencionó es la importancia de que se valore la legítima defensa de un tercero, “que pueda intervenir cuando están golpeando a un niño. En esa situación el tercero no puede dudar y esa defensa legítima es para proteger al niño. Quizás muchos vecinos miraron para otro lado por miedo a intervenir y podrían haber evitado lo que le pasó a Lucio”.

 

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