Reclaman por "mal procedimiento": joven despedido sin causa e imputado por robo

En la madrugada del lunes 30 de mayo, una persona ingresó al bar "Siete10" sin ejercer violencia y se llevó 390 mil pesos. Pocas horas después, la policía realizó un allanamiento en Zona Norte, demoró a un joven de 24 años, secuestró dos celulares y encontró "una suma ínfima de dinero". Según la policía, "las pericias de la Agencia de Investigación Científica, el barrido de cámaras de seguridad y las investigaciones realizadas" los llevaron hasta el sospechoso.

 

Pero no fue así. El sospechoso no es una persona vinculada al ambiente delictivo ni poseía antecedentes policiales, sino un empleado del local gastronómico que había sido despedido días antes. Y su identidad no fue resultado de la labor policial, sino señalada por el empresario damnificado por el supuesto robo.

 

El joven se llama Daniel "Chelo" González, tiene 24 años y recibió a LA ARENA en la casa de sus suegros, junto a varios familiares. Contó que ingresó a trabajar a finales del año pasado y fue despedido dos semanas antes del robo. Al momento de editar esta nota, aún no había percibido su indemnización. "Estoy convencido de que me denunciaron para ensuciarme y, de paso, ahorrarse esa plata", dijo.

 

Ante LA ARENA denunció exceso de violencia de quienes llevaron adelante el allanamiento, "rompieron parte del cielorraso y el colchón", y lamentó que "la jueza y la fiscala ordenen con tanta premura un allanamiento, sin investigar nada. No tengo antecedentes, nunca había estado en una comisaría".

 

Despido sin causa.

 

Daniel nació en Santa Rosa, el 11 de agosto de 1997. "Soy cocinero. Trabajé en varios locales de la ciudad, donde pueden dar referencias mías, y en noviembre pasado ingresé a Siete10. Estuve seis meses en la cocina y después me empezaron a pasear por otros sectores, porque querían sacar gente. Me mandaron a la bacha (lavacopas) y después a hacer limpieza. Cobraba 1.600 pesos por ocho horas, en dos turnos, seis días a la semana", contó. Percibía unos 40 mil pesos por mes.

 

"El lunes 16 de mayo, aprovechando mi franco, compartimos una cena familiar. Al día siguiente desperté con taquicardia y dolor en el pecho y acudí a la guardia del hospital, donde estuve hasta las 2 de la tarde. Como no me dieron certificado pensaba ir a trabajar, pero seguía muy descompuesto. El martes acudí a la asistencia, donde tampoco me extendieron certificado, y el miércoles se realizó el censo nacional. El jueves, cuando llegué al trabajo, había un empleado nuevo en la bacha y a mí no me daban tareas".

 

Dos días después, el sábado por la tarde, le confirmaron verbalmente que estaba despedido. "El lunes fui al Ministerio de Trabajo y me mandaron a la AFIP, para comprobar si estaba registrado y tenía los aportes, porque nunca me dieron recibo de sueldo. Volví con esa documentación y en el ministerio me explicaron que antes de iniciar cualquier trámite, debía esperar el telegrama" de cesantía.

 

Seudo investigación.

 

La carta documento, notificando el "despido sin causa", llegó el lunes 30 y al día siguiente Daniel la llevó al ministerio. Acababa de regresar de este trámite, cuando la policía golpeó a su puerta. "Minutos antes, mi suegra me había enviado la noticia del robo en Siete10, y ya tenía a toda la policía en la casita que alquilamos, en el Plan 3.000", recordó.

 

Lo detuvieron, ficharon e imputaron como único sospechoso de la causa por robo. "Me dijeron que en las filmaciones identificaron a una persona con campera azul, jeans oscuros y una mochila gris y blanca. Y buscaban esas prendas. Florencia, mi esposa, estaba en ropa interior y no le permitieron cambiarse. Revolvieron toda la casa, y rompieron el colchón y el cielorraso. En una cajita teníamos 12 mil pesos guardados para el alquiler, pero apareció abierta y vacía. Florencia le reclamó a los policías que faltaba la plata, hasta que un efectivo 'encontró' los billetes dentro de un cajón, y los añadieron al listado del secuestro", contó a este diario. La policía se llevó el dinero y sus celulares, pero no las prendas de vestir que deberían incriminarlo.

 

Sin explicaciones.

 

La causa cayó en poder de la fiscalía de Leticia Pordomingo y el juzgado de Florencia Maza. "Preguntamos cómo lo identificaron sin antecedentes, si Chelo no tiene ni multas de tránsito. Nos confirmaron que el patrón lo señaló como único sospechoso y la fiscalía ordenó el allanamiento, sin más ", agregaron sus familiares.

 

Daniel y Florencia contrataron a un abogado para defenderse y pedir su desvinculación de la causa. "Presentamos un descargo y solicitamos la devolución de los teléfonos y el dinero, que era para pagar el alquiler, pero nos respondieron que son materia de investigación y se los quedaron".

 

Además de estar desocupado, ahora 'Chelo' enfrenta una causa penal, y sigue sin cobrar su indemnización. "Es una situación horrible, me ensuciaron ante otros empresarios y nos avergonzaron ante los vecinos. ¿Qué le decimos a la señora que nos alquila", se preguntó.

 

"Pobres, sin derechos".

 

"El 83% de la ciudadanía argentina está disconforme con el sistema de justicia, y yo también. Nadie cree en los jueces, porque muestran doble vara: una para pudientes y poderosos, y otra para los pobres" afirmó Rubén Brandizi, abuelo de Florencia Rauch Brandizi, compañera de Daniel. "La gente pobre vive expuesta a la irresponsabilidad de fiscales que cobran mucha plata. Aunque a Leticia Pordomingo habría que felicitarla, por su celeridad. Ni bien recibió la denuncia de este empresario, sin investigar nada mandó a invadir la casa de mis nietos. Una clara discriminación hacia los más humildes, porque si hubieran señalado a una familia adinerada o poderosa, hubieran averiguado mejor y esperado a tener pruebas", dijo.

 

Y recordó que "en Argentina hubo quiebras fraudulentas con robos multimillonarios, como en el caso de Vicentín, y todavía no indagaron a nadie. Es que la justicia con sus jueces y fiscales, respeta el principio que formuló Rosenkratz: los pobres no tienen suficiente plata para pagar por sus derechos".