Lunes 22 de abril 2024

Ulises fue trasplantado y tiene el alta

Redacción 23/01/2023 - 00.19.hs

Los trasplantes de órganos, córneas y tejidos transforman vidas. Salvan a quienes están al borde de la muerte, restauran la vista, convierten la pérdida en esperanza y forman profundos vínculos entre completos desconocidos. Esta es la historia del pequeño Ulises Matías, de tan solo seis años y que recientemente fue trasplantado del corazón, pero también la historia de toda la familia Palacios-Mazzei que, por segunda vez, transitaron los largos pasillos de un hospital, durante largas noches, hasta encontrar ese pequeño donante que salvaría la vida del niño pampeano.

 

Después de un mes de estar internado, llegó el donante para Ulises Matías el 14 de diciembre: fueron casi 12 horas de cirugía en la Fundación Favaloro hasta que por fin, por parlantes, le comunicaron a su familia que podían subir a la habitación para recibir el parte médico. La salud se volvió a complicar porque luego de la operación, el niño se contagió de Covid-19, pero el viernes pasado, recibió el alta y ahora la familia se encuentra en Buenos Aires para esperar los resultados de una biopsia que le realizarán el miércoles. Si todo sale bien, volverán a Santa Rosa.

 

Pero todo el proceso fue muy difícil para la familia Palacios-Mazzei porque su hijo Alexis, hace diez años, también tuvo que ser trasplantado por la misma enfermedad del corazón que es hereditaria. "Cuando Natalia quedó embarazada de Ulises nos dijeron que existía una posibilidad de que tenga el mismo problema. Pero al tener dos hijos más (Priscila y Alan) que no tienen nada, no sabíamos qué hacer, si interrumpíamos el embarazo o no", relató su papá, Javier, a LA ARENA.

 

Buscar ayuda.

 

La ayuda sobre qué decisión tomar llegó de todos lados, desde su propia familia pero también de la familia donante del corazón de Alexis, que después de tres años de aquella operación formaron una linda relación de amistad. Llamaron a Miriam, la mamá de Matías que falleció trágicamente en Mendoza y que luego de estar internado varios días, junto a su pareja Adrián decidieron donar los órganos. El corazón fue para Alexis (la historia del encuentro está narrada en aparte).

 

"Y todos nos dijeron lo mismo: si Dios así quiso por qué lo van a interrumpir, va a estar todo bien", dijo el hombre, pero ese miedo volvió cuando a los dos años le diagnosticaron la enfermedad y en noviembre del año pasado, a sus seis años, fue colocado en emergencia nacional. "Se nos vino el mundo abajo porque si bien sabíamos desde los dos años de su enfermedad, estábamos convencidos de que no iba a pasar a mayores, que lo íbamos a cuidar y que no iba a necesitar el trasplante", recordó.

 

Ulises sufrió una recaída y desde el hospital Lucio Molas le recomendaron que sea trasladado al Garrahan. "Estaba viviendo la peor pesadilla de mi vida", relató Javier y agregó: "Cuando llegamos al Garrahan juro que no podía estar un día más ahí porque era repetir todo lo que ya había vivido: dormir en el auto, andar por esos pasillos".

 

Una de las jefas del equipo de trasplante del Garrahan es una médica de Winifreda y cuando Ulises comenzó con complicaciones, junto con Alexis pidieron hablar con ella. "Nos dijo que por el peso y el tipo de sangre era muy difícil conseguir el trasplante. Ya lo sabíamos porque si bien con Alexis tuvimos una espera corta y un final feliz, vimos la otra parte: chicos conectados a un corazón artificial".

 

La esperanza.

 

"Yo le dije a la médica que Alexis estaba con vida gracias al Garrahan, que les debía todo, pero que no lo podía tener a Ulises ahí porque no soportaba los pasillos. Yo miraba el quirófano y era terrible pensar que a Ulises lo iban a meter ahí", describió el hombre. Junto con el equipo médico tomaron "la decisión acertada" de trasladarlo a la Fundación Favaloro. "Allí fue distinto, si bien los miedos y los nervios eran los mismos, era otro lugar", señaló.

 

Luego de un mes, el 14 de diciembre, llegó el tan esperado corazón. "Cuando nos llamaron esa mañana que había un posible operativo en Salta, fue difícil la espera", afirmó. El niño ingresó a las 21 al quirófano y toda la familia pasó muchas horas en el hall del establecimiento. "Sabíamos que cuanto más horas tardaba, mejor era. Lo que menos necesitábamos era que salga un médico rápido del quirófano. Miraba el reloj toda la noche y lo único que esperaba era que pasen más de diez horas", subrayó.

 

La "noche terrible" se convirtió en un día de esperanza cuando a las 8 de la mañana del 15 de diciembre por los parlantes les comunicaron al papá y a la mamá que debían subir al quinto piso para recibir el parte médico. "Esos cinco pisos en el ascensor fueron eternos para nosotros", recordó, pero todo había salido perfecto.

 

El alta.

 

Pero después del trasplante, Ulises recibió el diagnóstico positivo de Covid-19. "Fue muy duro porque él quedó solo en la Terapia y nosotros nos tuvimos que aislar y no lo podíamos ver, solo hablábamos por videollamada", explicó. Después de tres días pudieron ingresar a la habitación y lograron pasar las fiestas de fin de año juntos.

 

El viernes pasado Ulises recibió el alta y, con todos los cuidados correspondientes, puede recorrer Buenos Aires. El miércoles le realizarán una biopsia y, si todo sale bien, regresarán a Santa Rosa. "Hemos envejecido 20 años, pero escuchar a Ulises que me está llamando para hacer cosas es lo mejor que me pasó. El ya está muy bien, ahora solo debemos cuidarlo y disfrutar de la vida", dijo emocionado.

 

"A su debido momento", los Palacios- Mazzei buscarán a la familia donante. "Necesitamos agradecerles", aseguró pero afirmó que esperarán porque creen que todavía no es el momento. "Sabemos el dolor que debe tener esa familia en este momento", finalizó.

 

"Sigue con esa conexión".

 

La donación de órganos no solo cambia la vida de la persona que está esperándolos. El proceso también es muy difícil para la familia donante. Hace 10 años, Alexis Palacios (hermano de Ulises Matías), de forma urgente también debió recibir un corazón. Pero muchas veces ambas familias necesitan encontrarse para agradecer y para sanar el dolor.

 

Luego de la cirugía de Alexis, Javier sintió la necesidad de buscar aquella familia mendocina que había salvado la vida de su hijo. "Mi corazón me decía que tenía que buscarlos para agradecerles", recordó en diálogo con LA ARENA. "En la primera Navidad que tuvimos con Alexis estábamos en Buenos Aires, cuando se hizo la medianoche toda mi familia brindaba porque estaban contentos por tenerlo a Alexis con vida, pero a su vez estábamos muy tristes porque sabíamos que había otra familia que no tenía a su hijo. En el peor momento de su vida, los padres tomaron la decisión de donar los órganos", desarrolló.

 

"Si bien nosotros sentimos la necesidad de buscar a la otra familia, nos tomamos un tiempo. Las cosas a la ligera pueden ser perjudiciales y el Incucai también recomienda que no nos encontremos", explicó el hombre. Así y todo Javier había intentado buscar a la familia. "Me llevó mucho tiempo porque yo buscaba información sobre accidentes y no había nada. Fue muy difícil, pero los encontré por Facebook", señaló.

 

Ganas de conocer.

 

Luego de tres años, Alexis pidió conocer a aquella familia. "Cuando él me preguntó, le dije que sabía quiénes eran, le mostré todo en la computadora y Alexis se encerró en la habitación a llorar porque había sentimientos encontrados", afirmó. Javier le explicó que la situación no sería fácil porque "no sabíamos cómo iba a reaccionar esa mamá, si le íbamos a hacer bien o mal".

 

"Mi hermana, sin querer y teniendo poco conocimiento de Facebook, le manda la solicitud de amistad a Miriam Vega (mamá de Matías, el joven fallecido en Mendoza). Cuando ella ve la foto de mi hermana con Alexis con un barbijo y un cartel que dice "Donar órganos salva vidas", le pregunta si tenía un hijo trasplantado", recordó.

 

Aquella noche Javier se encontraba manejando el camión de recolección y no aguantó las ganas de llamar a Miriam. Con autorización de su jefe, frenó el trabajo y se comunicó con la mujer. "Le dije: 'Estoy seguro que el corazón de mi hijo es el de tu hijo'", afirmó y agregó: "Miriam en todo momento nos recalcó que ella no se podía recuperar de la pérdida de su hijo y que haya aparecido Alexis en su vida la frenó a tomar otras decisiones".

 

Luego del encuentro, ambas familias se hicieron muy amigas y ahora Ulises también se llama Matías en honor a aquel adolescente que donó sus órganos.

 

Conexión.

 

Al ser consultado sobre si Alexis cambió luego de aquella operación o si existe algún rasgo de Matías en él, Javier contestó: "Después del trasplante, Alexis estaba muy triste. Antes de eso, estando muy grave, miraba un programa de Guido Kaczka y no se lo perdía. Después del trasplante no quería mirar más tele, estaba triste, se la pasaba mirando el techo".

 

"Me empecé a preocupar y hablamos con el equipo de psicólogos. Se acercan a hablar con él y me quedó grabado lo que le dijo la psicóloga: '¿Viste que cuando tenés un autito y lo perdés que lo extrañas?', 'Sí' le dijo él y ella le dijo: 'Ahora perdiste tu corazón' y cuando le dijo así se largó a llorar con todo. Nos hicieron salir de la habitación y cuando volvimos, él era otro", desarrolló.

 

También mencionó que Alexis tiene mucho cariño con Miriam y Adrián Mazzega (papá del joven) y que tiene mucha amistad con los amigos de "Tutte", como le decían. "A Tutte le gustaban mucho los autos y a Alexis también. En gran parte creo que sigue con esa conexión", finalizó.

 

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