Atuel: otra burla

Mendoza no deja de superarse a sí misma a la hora de mostrar su "generosidad" hacia los pampeanos. Ahora propuso reemplazar el agua del cauce del Atuel por el de 25 perforaciones. No fue una broma. La propuesta fue presentada seria y formalmente el lunes en Buenos Aires ante el estupor de la delegación pampeana que no podía dar crédito de lo que estaba escuchando.
Esta nueva burla que llega desde la provincia vecina no mereció el marco que tuvo: en la reunión estaban presentes los dos gobernadores y la máxima autoridad del país en materia de políticas hídricas. Sin embargo sucedió y los funcionarios pampeanos que relataron el momento prefirieron esbozar una sonrisa antes que volver a derramar nuevas lágrimas.
Pensar que hace pocos días el gobernador mendocino se había enojado con su par pampeano porque éste -según dijo- se negaba a reunirse para escuchar su ofrecimiento final. Después se aclaró el asunto -que resultó una nueva operación- y apareció finalmente la propuesta que provocó una lógica y nueva decepción. No solo por la liviandad con que fue formulada sino porque es además indefendible desde todo punto de vista.
De todos modos no deja de ser un nuevo antecedente -otro más de una larguísima cadena- del desprecio con que los "hermanos" cuyanos tratan a los pampeanos luego de robarles un río interprovincial. Pero ahora sucedió en el marco de una serie de reuniones de la CIAI ordenadas por la Corte Suprema y con participación del gobierno nacional. El solo hecho de que el gobierno mendocino haya supuesto que La Pampa podía llegar a considerar semejante ofrecimiento es una prueba más de la cerrada postura que persiste con el paso del tiempo y de la imposibilidad de ponerse en el lugar de los que -de este lado del paralelo 36- venimos sufriendo un despojo desde hace setenta años. De ahí la imperiosa necesidad de que el máximo tribunal del país termine de poner las cosas en su lugar ahora que finalizaron las tratativas entre ambas partes sin llegar a alcanzar siquiera un esbozo de acuerdo.

Dura respuesta
El presidente de la Nación recibió una dura réplica desde la Justicia por su defensa del policía que fusiló por la espalda a un asaltante y sus críticas al accionar de los jueces. Para la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional las declaraciones del jefe de gobierno "deben interpretarse como una indebida injerencia" en el accionar del Poder Judicial "lo que resulta a todas luces incompatible con un estado de derecho".
La reacción se originó en el gran malestar que ocasionaron las palabras del presidente en los estrados judiciales y, también, en las nutridas muestras de solidaridad que recibieron de sus pares los miembros de la Cámara del Crimen que confirmaron el procesamiento del policía bonaerense. El jefe de gobierno había expresado que no podía "entender" la decisión judicial y, peor todavía, se permitió advertir a "las siguientes instancias" que revisen el caso porque "queremos vivir en paz".
Semejante opinión sobre el accionar judicial justo cuando se está sustanciando la causa no es otra cosa que ejercer presión, por parte de la máxima autoridad política del país, sobre los magistrados que intervienen. De ahí el profundo malestar que se generó en los tribunales y que motivó la respuesta de la Amfjn, una entidad que mantiene aceitadas relaciones con el Poder Ejecutivo, lo opuesto a lo que sucedía con el gobierno anterior.
Lo que también habría influído en el endurecimiento de los magistrados es una encuesta conocida en los últimos días que arrojó altísimos niveles de desaprobación, el 79 por ciento, para el Poder Judicial; muy por encima del 56 por ciento que cosechó el Ejecutivo. En verdad son las relaciones incestuosas entre ambos poderes lo que potencia estas respuestas; quizás por eso los jueces por esta vez decidieron dejar las cortesías de lado.