Desprestigio judicial

Si algo le falta a la Corte Suprema de Justicia para caer en un desprestigio mayor del que ya tiene -que se diría absoluto- se lo han dado las declaraciones de quien fuera uno de sus secretarios, al exponer ante la Comisión de Juicio Político que lleva adelante el Congreso. En su testimonio, el funcionario, que al parecer fue desplazado de su cargo por hacer una auditoría demasiado prolija, puso en evidencia los desmanejos económicos en la obra social de la entidad. Para peor, el empleado, que ratificó su lapidaria declaración ante los tribunales, dijo también que hubo amenazas, aprietes en la jerga tribunalicia, para con otros trabajadores que conocen y manejan el tema.

Las irregularidades que se desprenden del informe, parte del cual quisieron ignorar algunos de los supremos, son muy graves, que hacen evidente una desprolijidad y ausencia de corrección administrativa insólitas, máxime en una entidad que maneja centenares de millones de pesos.

No es ninguna novedad decir que la Justicia es el más desprestigiado de los poderes que rigen el Estado, muy especialmente después del deterioro que le causó el gobierno macrista. Como se recordará, fue escandalosa la designación y promoción de jueces amigos o la integración de la propia Corte Suprema, que se mantiene incompleta en sus integrantes, con algunos de ellos nombrados "a dedo" o bien que accedieron al cargo pese a sus desvergonzadas ligazones con empresas particulares sobre las que deben emitir juicios.

Esas y otras irregularidades bien pueden sospecharse como hechos de corrupción y parecen haber dado lugar a enfrentamientos entre los propios cortesanos, ubicados a uno u otro lado de la denuncia.