Un premio para el gran esfuerzo
La sala Bustriazo Ortiz del Centro Municipal de Cultura de Santa Rosa fue testigo ayer de la emoción y la alegría de los más de 70 alumnos y alumnas que egresaron de la Escuela 1 de Adultos. Acompañados por sus familias y docentes, los estudiantes finalizaron, en algunos casos el secundario y en otros la primaria.
Valeria March es una de las docentes que trabaja hace más de 30 años en Educación para adultos y con visible alegría, expresó a LA ARENA que "la modalidad es apasionante".
March explicó que la Escuela para Adultos número 1 funciona en el Colegio República, pero que tiene otras sedes dentro de Santa Rosa, como el centro comunitario de Fonavi 42, la escuela 27 y en la sede de Fundalhum. Además, funciona en varios pueblos a través de extensiones aúlicas, en Anguil, en Lonquimay, en Uriburu y en La Adela.
"La Escuela de Adultos cambió hace un tiempo las modalidades, hizo una reestructuración, ahora se transformó en unidad pedagógica, que tiene toda la oferta: Primaria, Ciclo básico, Ciclo orientado para terminar el secundario y tiene la modalidad a distancia", detalló la docente y explicó que La Adela es la localidad que mayor cantidad de gente tiene sobretodo de los campos de la zona. "Los facilitadores son fundamentales porque son las únicas personas que ven porque realizan la modalidad a distancia", destacó.
Evaluación.
Al momento de trabajar con las diferentes realidades que se encuentran en cada una de las sedes, March explicó que se generó un cambio de paradigma, donde no se pone tanto énfasis en el contenido academicista, sino que se pone el foco en el desarrollo de las capacidades de cada uno, para esto reciben un cuadernillo donde van trabajando de acuerdo a sus tiempos y trazando su propia trayectoria.
"Cada uno puede, a través de lo que se solicita, ir mostrando la parte que más de cerca le toca, porque no es lo mismo un adolescente que un adulto, porque cada uno va pudiendo hacer sus trayectorias y con sus tiempos de la manera que sea", aseguró.
"Los facilitadores van recogiendo los exámenes finales obligatorios que les exige el cuadernillo y luego reciben una devolución de eso y se les toma una evaluación metacognitiva que es una evaluación mucho más general, en ese momento hay una retroalimentación con el profesor de cátedra a través del papel en el caso de los pueblos, y frente a frente en lo que es presencial acá", explicó en relación a la manera en que se evalúa a los alumnos.
"Un docente especial".
March contó a LA ARENA que ser un docente que trabaja con adultos "no es para cualquiera", debido a que es necesario generar un lazo con el estudiante para que se entusiasme, se incentive y continúe con sus estudios. "Si vos no lográs llegar a tu alumno, te abandona", afirmó.
La docente detalló que para quienes participan de esta modalidad es una situación muy apasionante porque ven los progresos y las trayectorias de casa estudiante. "Muchas de las alumnas que estudian en presencial quieren seguir estudiando y tienen arriba de 45 o 50 años, eso para nosotros es genial", enfatizó.
"A nosotros no nos queda otra que avanzar con ellos y ayudarlos a avanzar en su trayectoria porque lo necesitan y lo quieren. El que se estimuló y lo quiere porque tiene otro objetivo, te apura a vos para ayudarlo a avanzar".
"El hecho de que hoy podamos hacer un acto mucho más formal para ellos es muy importante, porque marcan ejemplo, porque dan el ejemplo en su casa, porque hay algunos que van a estudiar con sus hijos", completó.
Un "plus" especial.
Liliana Payo es la directora de la Escuela y contó que para ella "realmente representa una satisfacción enorme tener egresados, de tener la escuela habitada, de todo el compromiso y la vitalidad que ellos han puesto aun siendo padres, madres o haciéndose cargo de sus nietos, todo eso tiene un plus especial para mi".
Payo explicó que el rol que cumplen los docentes es la base de la modalidad que comenzaron a implementar hace poco tiempo. "La escuela 1 es una escuela cabecera de extensiones aúlicas, entonces el trabajo que hace el docente tutor es increíblemente bueno, y tiene un valor re importante que en el pueblo haya un secundario", cerró.
Un esfuerzo familiar
Azucena y Severo son madre e hijo oriundos de Uriburu y ambos recibieron sus diplomas. "Es una experiencia única que podamos cumplir nuestras metas", aseguró el joven. Este año comenzaron con la modalidad de educación a distancia y completaron su formación. "No se cómo hice, pero llegué", se sinceró Azucena entre risas y contó a LA ARENA que se quedaba hasta las 4 de la madrugada estudiando para poder rendir.
Azucena es cocinera en la escuela, explicó que siempre quiso estudiar y que con una compañera juntaron firmas para que el secundario llegara al pueblo, y que cuando finalmente llegó "éramos cuatro o cinco y dijimos 'vamos a anotarnos' y salimos en grupo". Daniela, la docente tutora de Uriburu, explicó que Víctor, también hijo de Azucena, participa del Centro para Adultos y está terminando la primaria. "Toda la familia está enfocada en terminar sus estudios, se te desborda el alma de alegría al verlos. Los trabajos de Azucena son una belleza para leer". Todos coincidieron en que el apoyo de la familia fue clave para continuar.
Vocación docentes y talleristas
Una de las sedes que tiene la escuela de adultos es en Fundalhum, en donde quienes asisten a almorzar se quedan para trabajar con las docentes de educación primaria. Una de las personas que trabaja allí es Nilda Quirán, profesora y licenciada en Historia y actualmente jubilada. Trabaja ad honorem.
Quirán contó a LA ARENA que muchos terminaban la formación primaria en la fundación y querían seguir, por lo que llevaron la propuesta al Ministerio para sumarse al proyecto de Educación a distancia e iniciaron con el secundario en 2018. "Este es nuestro primer egresado de Fundalhum, para nosotros es muy importante", afirmó.
"Siempre me gustó trabajar por los demás, además yo estudié en una universidad pública, di clases en escuela pública y yo me sentía con ganas todavía al momento de jubilarme y quise seguir trabajando", manifestó la docente.
Además de la educación primaria y secundaria, se dan talleres de herrería y computación. Nahuel Pumilla es el profesor que se encarga del curso de herrería en la Escuela 219. Contó que cuando inicia el ciclo lectivo se abren las inscripciones y cada año se va incrementando el cupo. Pumilla explicó que su taller es de los pocos que van quedando bajo la órbita de la educación para adulto porque muchos pasaron al ámbito de la educación técnica.
"Nosotros somos de los pocos que vamos quedando porque sentimos la necesidad de que en el barrio tenía que tener una salida laboral, para esa población que sino queda como excluida", aseguró.
Pumilla puso el énfasis en la necesidad de que las capacitaciones laborales se dicten en los barrios para llegar a la población que suele quedar por fuera del sistema. "Faltarían algunos otros, como el de electricidad que el tallerista se jubiló y van desapareciendo. En realidad estaría bueno que se incorporen más", dijo y explicó que "en las escuelas técnicas no les dan mucha atención porque como el estándar es más elevado enseguida quedan excluidos".
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