Miércoles 08 de octubre 2025

Un sueño que llegó al cielo

Redacción 08/10/2025 - 00.18.hs

En Cuchillo Có viven 200 personas. La localidad más cercana es La Adela, a 120 kilómetros, y una particularidad es que para llegar al pequeño poblado hay que recorrer 50 kilómetros por tierra, lo que convierte a ese lugar en uno de los más aislados e inhóspitos de la provincia. Y ahí, en ese punto del territorio pampeano, todos los días, un grupo de niños, niñas y adolescentes convive en la Escuela Hogar, el sitio donde aprenden, estudian y comparten. Y donde también sueñan. Como lo hizo el grupo de los más chiquitos, el de Jardín de Infantes que soñó tan alto que, para que se vuelva realidad, tuvo que subir a un avión.

 

“Para la Feria de Ciencias siempre trabajamos distintas temáticas y buscamos contextualizar y encontrar algo propio del pueblo. Por eso este año pensamos en la pista de aterrizaje que no está muy visible y que no se le da la relevancia que tiene. En base a eso se nos ocurrió que a través de un títere de nombre “Lola” que se prepara para ir de vacaciones, se pueda preguntar si podría viajar en avión. Y los chicos le dicen que no, entonces salimos a preguntar a las familias, a los habitantes del pueblo, si conocen y si saben que tenemos una pista de aviación. Fue una investigación propia de los alumnos porque la idea fue que ellos generen el trabajo, dónde preguntar, qué preguntas hacer. Hicimos entrevistas, buscamos en páginas webs información sobre pistas en otros lugares, y eso generó cierta movilización en el pueblo”, le cuenta a LA ARENA la docente María Dietrich que por la mañana trabaja en el JIN 23 y por la tarde es Coordinadora de curso del nivel secundario de la Escuela Hogar de Cuchillo Có.

 

“Una de las preguntas claves era sobre cuándo se usa la pista, entonces supimos que es Defensa Civil en caso de una emergencia, o el gobernador de la provincia. Contactamos a Defensa Civil y vía Zoom hablamos con Juan Lago quien le contó a los chicos cómo se usa y todos los detalles de su funcionamiento”, agregó la docente que es originaria de Colonia Santa Teresa pero que hace 20 años llegó a Cuchillo Có. Y ya no se fue.

 

“Hice la secundaria en Guatraché, luego estudié y cuando comencé a trabajar salió una suplencia en Cuchillo Có. Me fue gustando y me quedé. El pueblo es lindo, somos poquitos por supuesto, y tiene la característica que está un poco lejos de todo, pero me gusta y por eso elijo quedarme. Desde hace 20 años es mi lugar”, asegura María.

 

Feria.

 

Los más chicos de la Escuela Hogar finalmente elaboraron el proyecto y le pusieron como título “La pista de aviación de mi pueblo”. Lo presentaron de manera institucional y luego viajaron a Santa Rosa para la instancia provincial de la Feria de Ciencias. Y fue allí donde se produjo un quiebre en el camino del trabajo hecho entre todos.

 

“La del pueblo es una pista que se usa con fines sanitarios o si, por ejemplo, se produce un incendio para que puedan llegar los brigadistas. Nosotros averiguamos cómo comunicar a la población su uso y qué función tiene dentro de la comunidad, por eso en la Feria Escolar les contamos a las familias. La cuestión es que cuando fuimos a la Feria Provincial tuvimos la fortuna de que llegó la Ministra de Educación (Marcela Feuerschvenger) al stand y mientras le contaba el trabajo, le comenté que nos quedaba el sueño por cumplir de cómo utilizar esa pista. Y ella me dijo: ‘No te hagas problema que los sueños por ahí se cumplen’. Y a la semana recibimos el notición que nos re movilizó a todos porque la Ministra había gestionado ante el gobernador que llegue una avioneta a la pista para poder usarla y poder volar”, resaltó la docente.

 

Contratiempo y emoción.

 

Con la noticia confirmada, la expectativa y la emoción fue difícil de contener. Todo se desencadenó de forma rápida y “Lola”, junto al grupo de seis niños y niñas, debían estar listos para la señal indicada. Para cuando llegara el día soñado de subirse a ese aparato con motor y alas.

 

“Un trabajo fundamental que había que realizar era averiguar en qué condiciones tenía que estar la pista, el pronóstico del tiempo, hacer una repasada con las máquinas de Vialidad porque la pista es de tierra. Y resulta que avanzamos con todo eso y tres o cuatro días antes de la fecha confirmada vienen los pilotos y determinan que la pista no estaba en condiciones. Imaginate... ¡qué les decíamos a los chicos! ¡Y a todo el pueblo! Porque la expectativa era de toda la comunidad”, recordó María sobre esas horas de zozobra e incertidumbre.

 

“Enseguida nos comunicamos con el Ministerio de Educación y en esas llamadas nos dijeron que nos quedemos tranquilos, que de alguna u otra forma los chicos iban a volar. Y fue así, porque el martes 30 de septiembre fuimos a La Adela para hacer el viaje desde allí. Desde la pista que está en la localidad nos llevaron a sobrevolar Cuchillo Có, hicimos un simulacro de aterrizaje y volvimos. Fue algo fascinante, sobre todo porque los chicos lo vivieron con mucha emoción. Para todos en realidad, porque la verdad es que no sé si ellos volverán a subirse a un avión algún día. Por eso todos quedamos muy felices y agradecidos, porque hubo que hacer un montón de cosas como gestionar seguros, permisos, que todo estuviese en orden. Y por suerte salió todo maravilloso”, valoró la docente que subió al avión junto a la directora del establecimiento educativo, Ana Leda Giavedoni y a la preceptora Vanesa Correa.

 

A Salta.

 

Pero la historia para el grupo del JIN 23 sigue abierta, con capítulos de más viajes, experiencias y nuevas aventuras. Aunque esta vez será a través de una larga ruta nacional.

 

“Clasificamos a la instancia nacional de la Feria de Ciencias así que el 27 de octubre nos vamos a Salta, a Cafayate, así que estamos con una emoción atrás de otra”, sonríe María. “Ya con lo que logramos y con lo que pudimos concretar tenemos el sueño cumplido, pero por supuesto que ahora el desafío es representar muy bien a la provincia. El Ministerio se portó muy bien con nosotros y queremos estar a la altura. También todo fue posible gracias a la colaboración de mucha gente que nos acompañó”, agregó la docente respecto a la comunidad de un lugar que también vio reducida su cantidad de habitantes. O al menos en la matrícula escolar.

 

“Ha descendido bastante la matrícula, hoy tenemos seis nenes en el Jardín cuando hace unos años llegamos a tener 20. Creo que tiene que ver con que los jóvenes se van a otras ciudades, cuando terminan el secundario se van a otros lugares a estudiar y después ya no vuelven. También tenemos la particularidad de que hay familias golondrinas, que se trasladan para trabajar específicamente en determinada época y luego se van. Se nota mucho la ausencia de personas trabajando en el campo, porque además hoy con la tecnología es más fácil que tener un empleado”, analizó Dietrich.

 

“Siempre hago la cuenta de cuántos nenes van naciendo para saber la matrícula que voy a tener más adelante. Es algo que tengo incorporado y el otro día hablando con la ministra Feuerschvenger también abordábamos la baja en la natalidad que es una tendencia mundial y que en nuestro país y en la provincia es notable. Hay una proyección respecto a cuántos alumnos menos va a haber en las aulas a partir de ese fenómeno social”, agregó.

 

Acondicionamiento.

 

Otro de los aspectos positivos que se generó a partir de la gran repercusión del proyecto “La pista de aviación de mi pueblo” fue que ahora la pista se pondrá en condiciones para que esté preparada ante alguna eventualidad.

 

“Con todos los trabajos que se hicieron se determinó que se tiene que poner en condiciones la pista, porque lo cierto es que nunca se sabe en qué momento puede ser necesaria. En lo particular queremos agradecer a todos los que hicieron posible este proyecto, desde la combi que nos trasladó a La Adela hasta todas las gestiones de la Ministra. Es increíble lo que se generó y creo que todavía no caemos del todo así que hay que disfrutar y seguir”, remarca una docente que busca transmitir las sensaciones de un grupo de niños que se atrevió a soñar, desplegó sus alas y se fue de paseo tan alto que se mezcló entre las nubes.

 

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