Martes 30 de abril 2024

Las hojas del fresno

Redaccion Avances 12/03/2023 - 09.00.hs

El argumento de esta nouvelle trata de un hombre que acaba de perder a su compañera. Se desempeña como educador e intenta sobreponerse de la partida de Elena, a quien parece haber amado más que a nadie.

 

Gisela Colombo *

 

“Las hojas del fresno” es una novela escrita por Jorge Oscar Bach, poeta y docente nacido en Morón, que incursionó también en el ensayo y la narrativa. Graduado en Lengua y Literatura, ejerce la docencia. Dirige una revista literaria llamada “Voces de hoy en el tiempo” y formó parte de La Luna que…, grupo literario que ha gestado su propio sello editorial. Publicó en narrativa “Historias del fin” y “El imitador”. Mientras “Jazmines de la calle oscura” y “El otro que habito” son dos poemarios.

 

El argumento de esta nouvelle trata de un hombre que acaba de perder a su compañera. Se desempeña como educador e intenta sobreponerse de la partida de Elena, a quien parece haber amado más que a nadie. La enfermedad que provoca el fallecimiento va revelándose de a poco, mediante pasajes significativos desperdigados en orden anacrónico por el relato. Esos fragmentos reflejan un proceso de manifestación de la enfermedad que suele darse tan dosificado como en la vida real.

 

Lo curioso es que la empatía que logra el texto no se desvía jamás del sentir del protagonista. Es que el tema es su pérdida y no el sufrimiento de la desahuciada. Este hecho contribuye a la unidad de una historia que no extravía ni por un segundo su eje y el foco desde donde se observa la materia narrada. Si el descubrimiento de la enfermedad y el tránsito de Elena hacia la muerte aparece en fragmentos mediante raccontos, no intenta iluminar sino el dolor del protagonista. Así en el tiempo del relato, vemos una Elena recreada por la memoria, que ya se ha ido y en eso, precisamente, consiste el dolor. Por tanto, los raccontos que se dedican a situaciones en que Elena estaba viva se ordenan a profundizar la comprensión de las heridas de él. Este mecanismo es un acierto en la medida en que el lector tiende a sentir empatía hacia el viudo y no se inclina a desviar la atención hacia el drama de la enfermedad.

 

Si hubiera necesidad de resumir en un título simple, cuál es el tema de “Las hojas del fresno”, ése sería “Resiliencia”: luego de una pérdida, la capacidad de no sucumbir al duelo de por vida, por importante que sea lo perdido.

 

La historia se cuenta en primera persona y aborda los primeros días del duelo. Otro elemento eficaz que logra el texto es el de recrear el mareo temporal en que suele vivirse la irrupción del tiempo eterno del reino de la muerte en la perpetua sucesión de la vivencia ordinaria. Esa confusión y desfasaje que deja en sus víctimas sobreviene como un recuerdo de que somos mortales, a pesar de la costumbre de estar vivos. Ese olvido ameno se disuelve y deja un caos de emociones y conceptos difícil de ordenar. Y en este aspecto es donde se dibuja la mayor universalidad de esta historia particular que podría ser como la de cualquiera de nosotros.

 

Asistimos, junto a nuestro héroe, al proceso de aceptación que algún día nos será necesaria: la aceptación de que es inexorable la caducidad de todo lo humano. Como si el lector tuviera permitido filtrarse en el sentir y el pensar del protagonista que es, en algún punto, también el poeta. El libro reproduce esa característica aunque sea genéricamente narrativo. Prueba de ello es el poema inicial que inaugura las páginas y anuncia una novela lírica, sutil y refinada.

 

La elegancia del discurso no ocurre como una separación de lo cotidiano. Especialmente, de los pequeños detalles que construyen las ausencias. La forma tampoco lo hace. El autor construye una sutileza nada sectaria, una prosa simple y equilibrada no manchada de aspiraciones eruditas.

 

En suma, un texto poético con la accesibilidad propia del discurso narrativo y el fondo filosófico que le otorga interés universal.

 

* Docente y escritora

 

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