Jueves 28 de marzo 2024

"Fue una demostración de poder"

Redacción 10/11/2022 - 11.05.hs

"Fue una demostración de poder". Así definió ayer el abogado y docente de Abogacía Gustavo Arballo a la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que revirtió la decisión del Senado de la Nación de designar al senador Martín Doñate en el Consejo de la Magistratura (ver página 3). El actual secretario de Jurisprudencia del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa fue consultado sobre el tema en el Aire de la Mañana, por Radio Noticias 99.5.

 

La Corte intervino tras una presentación del senador Luis Juez (Juntos por el Cambio), quien sostuvo que la segunda minoría en el Senado le correspondía a su bancada y, por lo tanto, debía ser él quien se sumara al Consejo de la Magistratura, y no Doñate, un senador que llegó a la Cámara Alta por el Frente de Todos (FdT), que es la primera minoría, la cual luego se dividió en dos bloques pasando a representar la primera y segunda minorías.

 

"En este caso, Juez hizo el planteo judicial. ¿Cuál fue la lógica de la Corte? Que notificó al Senado un determinado día y que debía designar un representante de la segunda minoría, de acuerdo a la composición que los bloques tenían el día de la notificación. Por tanto, no podía aparecer gente que estaba en la primera minoría. Esto consideró la Corte que era una trampa. Una nota al pié sobre esto: el mandato del senador Doñate, que es el que ahora fue defenestrado del Consejo, y de Juez, que es el que asumirá, va a durar poco tiempo, porque en breve se tienen que renovar. Con lo cual, esto en la práctica tiene poca repercusión. Pero quiero hablar de otra cosa que me parece mal de la sentencia y es que en ningún momento se le dio traslado, se le hizo saber, a Doñate, al bloque que lo designó y al Senado, para que comparezcan en el proceso, para ver qué tenían que decir en su defensa ante la presentación de Luis Juez. Este es un problema serio de arquitectura procesal de la decisión. En cualquier contexto el afectado tiene que tener una voz en el proceso y esto la Corte no lo hizo nunca.

 

-¿Te parece más una decisión política de la Corte que una decisión técnica o jurídica?

 

-La Corte se vio desautorizada por esta maniobra y consideró que su decisión tampoco era tan importante a corto plazo porque iba a tener efecto solo por un par de semanas en un organismo que está bastante paralizado, de hecho solo celebró dos plenarios durante este año.

 

-Este amparo que presentó Luis Juez fue rechazado en primera y segunda instancia con el argumento de que la Justicia no podía intervenir en una cuestión interna de otro poder de la República.

 

-Ese argumento es pan y manteca. Lo estándar de los libros básicos del derecho constitucional, que es que el Poder Judicial no se puede meter en las cosas que hagan los otros poderes. Mirado tan literalmente es verdad que eso no es tan así. Si el Senado, por resolución de su presidenta, quiere poner en lo que era la segunda minoría a un representante de una quinta minoría, es claro que eso no corresponde a lo que quiso el constituyente cuando diseñó el Consejo de la Magistratura. Lo que sí es problemático, que está en el considerando 8 del fallo, es que la Corte parece ponerse muy estructurada, cuando en la práctica, una vez que una persona ingresó y tiene su escaño en el Senado, los bloques son plásticos, se pueden unificar, se pueden dividir y no están obligados a mantener, como la Corte pretende, un congelamiento de los bloques. Esto que hizo el FdT puede entenderse como una maniobra o también como un lógico desgaste de un frente, sobre todo teniendo en cuenta que en el FdT, los componentes no están en total sintonía, como también sucede en otras coaliciones. Entonces, si la Corte se pone a fijarse en el árbitro de la homogeneidad de la coalición, ciertamente está metiéndose en un problema del que no va a salir nunca cuando tenga que discutir estas cuestiones de asignación de un cupo a las minorías. Ese efecto es más persistente y más problemático que las dos o tres semanas de mandato que le pueden tocar a Luis Juez o a Doñate.

 

-¿Y por qué la Corte toma esta decisión?

 

-Ciertamente es una demostración de poder. Es una señal. La Corte dice: "Conmigo no se juega, cuando dije esto, estaba asumiendo que el representante de la segunda minoría no iba formar parte de ningún bloque perteneciente a la primera minoría". La maniobra existió. Esto es cierto, pero la lógica que la Corte usa para desmantelar la maniobra es muy problemática porque ahí sí la Corte se está metiendo en un rol de sommelier de coaliciones.

 

-¿Amerita un juicio político?

 

-No iría tan lejos.

 

-Lo que es indiscutible es que esta decisión de la Corte tensiona mucho las relaciones entre el Poder Judicial y los otros dos poderes. Sobre todo cuando el año pasado esta Corte se arrogó una función legislativa, como es volver a poner en vigencia una ley (NdR: la del Consejo de la Magistratura) que había sido derogada por el Congreso.

 

-En el derecho hay una visión más repartida sobre esto. La Corte ya había hecho eso en casos mucho menos importantes. Me refiero a esto de retrotraer partes de leyes cuando las declaraba inconstitucional para no dejar las cosas colgadas del pincel. Es cierto que la Corte le dio un plazo de 90 días al Congreso para resolver el tema, un plazo que es escaso para sancionar una nueva ley. Yo creo que la forma de salir de este problema, como decía Jauretche, es por arriba, es una nueva ley del Consejo de la Magistratura. En mayo de este año el Senado le dio la media sanción. Es un proyecto bastante bueno, al cual yo le haría algunos cambios. En algún momento todas las partes tendrán que tomar nota que esto de poner un parche sobre otro parche es institucionalmente tóxico y la Cámara de Diputados debería darle la media sanción que falta a este proyecto de ley.

 

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